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Ana Rosa García
Jueves, 19 de mayo 2016, 08:12
La pugna de los aspirantes a abrir su propia farmacia en Cantabria, dentro del concurso público convocado por la Consejería de Sanidad, es ya la más reñida de la historia. Tanto, que asisten a una insólita situación de empate que ha obligado ... a habilitar un mecanismo excepcional, porque los habituales no han bastado para afinar las puntuaciones igualadas y marcar el orden de lista de los candidatos. «Esto era algo absolutamente imprevisible», señala Rafael Navarro, subdirector de Ordenación y Atención Sanitaria. Un cúmulo de casualidades. Después de un año largo de proceso, al que se presentaron en origen unos 360 farmacéuticos, «hemos terminado la puntuación de méritos, a falta de este desempate que resolveremos el próximo martes, mediante un sorteo», explica.
Ante la ausencia de criterios subsidiarios para solucionar esa situación «entre un pequeño porcentaje de aspirantes», la Comisión de Valoración de méritos ha optado por recurrir al azar y que sea el orden alfabético el que decida. Un mecanismo que se utilizará por primera vez en un concurso de este tipo, aunque «es frecuente en los procedimientos de la Administración pública. Jurídicamente es correcto», aclara.
Las puntuaciones se resolverán atendiendo a la letra que saldrá por sorteo (se celebrará en la sede de la Consejería, a las 13.30 horas), a partir de la cual se iniciará el orden de prioridad de los empatados en función de su primer apellido y, si coincidieran, del segundo apellido y, en su caso, del nombre. «Hemos tenido que hacerlo de esta forma porque con los criterios que contempla el Decreto 7/2003, de 30 de enero, de planificación farmacéutica, y la orden de la convocatoria de 2015, ha sido imposible desempatar», apunta Navarro. Las fórmulas previstas en la normativa sirvieron para deshacer el empate en «la mayoría de las puntuaciones que se repetían» al principio había más de treinta afectados, pero en cambio se demostraron ineficaces para un reducido número de solicitantes (Sanidad prefiere preservar ese dato).
«La puntuación de los concursantes es la suma global de los méritos por formación académica, experiencia profesional, experiencia docente y actividad investigadora y publicación científica. La normativa establece que en igualdad de puntos, rompe el empate el que más nota tenga en expediente académico; si no basta, se hace la comparativa con la experiencia laboral; y si tampoco funciona eso, con la trayectoria docente. El último criterio es la puntuación recibida por su labor investigadora y científica. Pero con todo y con eso, nos encontramos con que seguía habiendo solicitantes empatados», señala el subdirector de Ordenación Sanitaria. «¡Ni siquiera ampliando los decimales hasta la diezmilésima se solucionaba!», añade. ¿Cómo es posible tanta coincidencia? La explicación es que cada uno de los criterios que se valoran tiene una puntuación máxima, y estas personas llegan a ese tope.
Recursos pendientes
Una vez resuelto este último imprevisto, una más de las «muchas interrupciones que ha habido que subsanar a lo largo del proceso», sostiene Navarro, la próxima semana se publicará en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC) la resolución provisional de los aspirantes (326) y se abrirá un plazo de diez días hábiles para la presentación de recursos de alzada. Navarro no se atreve a aventurar cuándo podrán conocerse de forma definitiva los farmacéuticos que se adjudicarán las 33 licencias de apertura en liza, puesto que «se cuenta con que habrá nuevos recursos». Será un último intento por defender una mejor posición por parte de aquellos aspirantes que se han quedado fuera de los puestos cabecera, pero no será el único cabo suelto. «Hay que ver qué pasa finalmente con las cuatro o cinco demandas iniciadas por la vía contencioso-administrativa», dice Navarro. «No sabemos si van a prosperar ni el alcance de esas sentencias, en caso de que las hubiera. Mientras tanto, el proceso sigue su curso. Si finalmente hay sentencia, las acataremos».
En su día, el anuncio de la convocatoria de este concurso generó mucha expectación en el sector farmacéutico. No en vano, es la primera vez en más de una década que los colegiados tienen la oportunidad de abrir su propio negocio la única vía posible es el concurso público. Representa una salida laboral para farmacéuticos en paro, pero también para adjuntos que apuesten por abrir una farmacia en propiedad y, también, para aquellos que busquen un cambio de ubicación, como el salto del núcleo rural al urbano. La oferta, que se reparte por 27 zonas farmacéuticas de las 116 en que se divide la región, está abierta a todos los colegiados. De hecho, más de la mistad de las solicitudes procedían de fuera de Cantabria.
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