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JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ
Sábado, 4 de junio 2016, 08:46
La actuales 20 horas semanales de clase que imparten los profesores de los centros públicos de Secundaria en Cantabria se reducirán a 19 a partir del próximo curso y a 18 el siguiente, recuperándose así la situación que existía antes de los recortes en materia ... educativa que ejecutó el Gobierno del PP en 2012. Este es uno de los principales puntos del principio de acuerdo al que han llegado, tras meses de negociaciones, la consejería de Educación del Gobierno de Cantabria y la Junta de Personal Docente. Solo falta la firma de ambas partes, que se rubricará en la Mesa Sectorial del próximo martes, al igual que la reforma del calendario que tanta discusión ha levantado.
La reducción de horas lectivas semanales era una de las principales reclamaciones de los profesores de la enseñanza pública durante los últimos años. Consideran que de esta forma se mejorará la calidad en las aulas porque habrá más tiempo para preparar las clases y será más fácil hacer un seguimiento individualizado del alumno cuando presente momentos de dificultad, entre otros aspectos. «El tiempo de más que los docentes dedicaban a dar clase se perdía en tiempo para coordinarse con los compañeros, reunirse, preparar las clases, corregir los exámenes, atender a las familias... Porque aunque la ley marca 20 horas lectivas, en muchos casos se han convertido en 21», detalla Jesús Aguayo, representante del sindicato STEC y portavoz de la Junta de Personal Docente, de la que también forman parte ANPE, CC OO y UGT.
Desde que se hizo cargo de la consejería de Educación hace casi un año, Ramón Ruiz había dejado clara su intención de llevar a cabo esta reducción y justificó sus beneficios, entre ellos el descenso del número de repetidores (el 9% en ESO y el 11,9% en Bachillerato) que cree que traerá consigo. «Hay que poner los máximos recursos para atender al alumnado en el mismo momento en que se produce un fallo o un problema en su aprendizaje», comentó hace meses al respecto. Ruiz ya ha informado esta semana a la Comisión Permanente de los directores de los centros de Secundaria del principio de acuerdo llegado con la Junta.
Los sindicatos preferían una reducción inmediata de 20 a 18 horas de clase, pero finalmente se hará de forma progresiva: en el curso 2016-17 serán 19 horas y en el 2017-18 se quedarán en 18, menos de la mitad de las 37,5 horas de trabajo a la semana que establece su régimen laboral. Cabe destacar que esta reducción afecta solo a los profesores de los institutos de Cantabria de carácter público, porque los docentes de la enseñanza concertada están regulados por otro convenio.
Ajustes
A partir de ahora le tocará a los centros ajustar los horarios y los repartos de clases de sus profesores para el próximo curso, tarea nada fácil por la estructura de la Enseñanza Secundaria Obligatoria, según reconoce Pedro Ruiz Moya, director del IES Valle de Camargo, portavoz de la permanente y presidente de la asociación de directores de centros de Secundaria. «Con la referencia de las 19 horas, nos va a obligar, en algunos casos, a ir a 20 horas por profesor, en otros a 18, hasta generalizar la reducción», detalla.
Eso sí, existe el compromiso general de que «cualquier modificación que hagamos para llegar al cupo de 19 horas, no afectará a ninguno de los programas de los centros y, sobre todo, a los que tienen que ver con la equidad, la inclusión y la calidad educativa», resalta Ruiz Moya.
¿La reducción de los horarios de clase semanales implicará la contratación de más profesores para los centros? La respuesta dependerá del personal, de los programas educativos y del número de clases de cada uno de ellos. Probablemente sí, pero no en todos los casos. «Es muy importante analizar con detalle la situación de cada centro», resume Ruiz Moya.
Más medidas
El principio de acuerdo entre el Gobierno cántabro y los sindicatos contempla diez puntos, entre los que también destaca el compromiso -e interés- de reducir a 25 el número máximo de alumnos en las clases de Infantil y Primaria. «Este curso en Cantabria hay 80 unidades que superan este ratio», denuncia Aguayo, que admite que la reducción tiene que ser gradual porque es un proceso «complejo». El objetivo es que durante el curso 2016-17 no haya ninguna clase -salvo contadas excepciones- con más de 25 niños en todos los niveles de Educación Infantil y hasta 3º de Primaria y en el siguiente año se extienda al resto de los cursos de Primaria -4º, 5º y 6º-.
Otro de los acuerdos contempla que las ofertas públicas de empleo para la enseñanza se fijen en el mes de octubre, para evitar que se repita lo que ha ocurrido otros años, cuando la convocatoria no se ha hecho pública hasta enero o febrero, creando gran incertidumbre y malestar entre los posibles aspirantes. Este curso ya se hizo en octubre y el acuerdo implica que, hasta el final de la legislatura, se hará así.
«Es un acuerdo de mínimos que nos deja razonablemente satisfechos y que deja puertas abiertas para mejoras en el futuro», resume Jesús Aguayo. El portavoz de la Junta de Personal Docente insiste en que, más que avances, lo que se ha conseguido es «recuperar lo perdido».
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