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mada martínez
Lunes, 6 de junio 2016, 07:17
La Guardia Civil informaba este mes del hallazgo de una plantación de marihuana de dimensiones excepcionales: 1.600 plantas ocupando los dos niveles de una vivienda de la Penilla de Villafufre, en el centro de Cantabria. En las imágenes facilitadas por la Benemérita se observan decenas de plantas ordenadas bajos los focos, una cocina convertida en invernadero, ventiladores y cables serpenteando entre las macetas, muy poco espacio sin ocupar. Un cultivo interior (indoor) sobresaliente. Las plantaciones en Cantabria han dejado de estar al aire libre para instalarse bajo techo: en locales, garajes, cuadras o casas alquiladas como la de la Penilla. La Guardia Civil observa que la proporción está en 70 a 30 a favor del indoor.
prevalencia
El cannabis es la sustancia con más prevalencia de consumo en Cantabria entre los 15 y los 64 años, según recoge la Dirección General de Salud Pública (Consejería de Sanidad) atendiendo a datos de 2013. El primer consumo se produce a los 18,4 años (edad similar a la nacional), un poco antes los hombres que las mujeres. El 36,2% de las personas en esta franja de edad han consumido cannabis alguna vez en la vida, casi seis puntos por encima de la media de España. De todos modos, el consumo diario es residual un 1,7% de la población. La Dirección General tiene datos nuevos (recabados este mismo año) sobre el consumo en menores (14 a 18 años). El cannabis también se presenta como la sustancia estupefaciente más prevalente. Con datos similares al resto del país, el 28,1% de la población en esa franja de edad lo ha consumido alguna vez; el 25%, en los últimos 12 meses, y el 18,6%, en los últimos 30 días. El consumo diario (veinte o más días al mes) es del 1,5%.
El cannabis se extrae de la planta Cannabis sativa. Del cannabis derivan el hachís y la marihuana. Su más reconocido principio activo es el Tetrahidrocannabinol o THC, que es lo que causa un efecto sobre el cerebro.
El cambio de ubicación suscita una pregunta: ¿Se trata de una actividad ilícita en aumento? La respuesta tiene sus matices, pero «sí parece que está al alza el cultivo y tráfico de marihuana», interpreta el fiscal Antidroga de Cantabria, Ángel González, quien considera que durante un tiempo esta tendencia se mantendrá así. De todos modos, el fiscal considera que el negocio global del cannabis se mantiene estable en Cantabria, no ha sufrido grandes variaciones en los últimos años, ni sus indicadores (delitos, incautaciones) se han disparado.
Ha ejercido como fiscal antidroga en dos periodos: entre 1993 y 2002, y entre 2008 y el momento actual. Consulta las dos últimas memorias que obran en su poder. La de 2014 recoge que ese año se aprehendieron 2.600 plantas de cannabis; el año pasado, 4.000, con una diferencia abismal en cuanto a gramos susceptibles de ser comercializados y consumidos. El fiscal matiza de nuevo: sí detecta un auge en el cultivo de marihuana, pero no ha ocurrido lo mismo con otros derivados del cannabis, como el hachís, que precisarían de estructuras mayores para manufacturarse y comercializarse en el mercado negro. ¿Y qué puede motivar esta tendencia? González se aleja de causas ligadas a la crisis, aunque no descarta que la coyuntura haya llevado a algún neófito a buscar dinero extra con esta actividad ilícita. Él lo vincula a una demanda social también al alza, en particular a las asociaciones constituidas en torno al cannabis, «el asociacionismo ilícito», precisa, aquel que se aleja de la doctrina del consumo compartido y encubre actos delictivos. También habla de cierta relajación social en la percepción de esta sustancia. Contrario a la regulación, piensa que la situación se atajaría interviniendo «desde un punto de vista educativo, sanitario y jurídico».
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Para explicar el cambio a indoor, González apunta, entre otras razones, a la presión de las fuerzas de seguridad, a la eficacia de los operativos, que, durante años, han perfeccionado la detección de los cultivos ocultos en montes o zonas de difícil acceso de la región. Raúl Arias es portavoz de la Guardia Civil en Cantabria. La Benemérita actúa contra el cultivo y tráfico de cannabis en gran parte de Cantabria (la Policía Nacional lo hace en Santander y Torrelavega). Arias explica que el cambio ha cristalizado en los dos últimos años. También dibuja un panorama regional estable en torno al cannabis: la región se mueve en las mismas cifras de intervención y delito que el resto de España, la situación «no es alarmante» en ningún caso. Tampoco detecta «una estructura organizativa» constante en la comunidad, ni «grupos criminales» vinculados estrictamente al cultivo y tráfico de esta sustancia.
Las últimas operaciones de la Guardia Civil permiten hacerse una idea del tipo de plantación indoor que se localiza en Cantabria. «Normalmente, el que planta en interior es para vender», entiende el fiscal Ángel González. Un cultivo extenso bajo techo permitiría más cosechas por año (hasta un máximo de cuatro, aunque las plantas de interior adquieren menor altura y frondosidad que en exterior, y, por lo tanto, menos cantidad consumible; hablaríamos de un salto de cien gramos al kilo y medio por planta). Las cosechas se desestacionalizan, y también los operativos policiales. Otras fuentes consultadas explican que con un cultivo a cubierto, los cosechadores evitan que les roben las plantas, evitan el pillaje.
Plantar dentro también implica una inversión inicial en aparataje y material para activar el crecimiento u ocultar la actividad. Por ejemplo, la Guardia Civil cifró en 15.000 euros el desembolso de la Penilla de Villafufre, una cantidad «importante». Los agentes encontraron allí 80 lámparas (bombillas de 600 vatios), 80 transformadores, filtros para camuflar el olor, turbinas, fertilizante para el crecimiento y la floración, bandejas para macetas y tiestos, además de aparatos de extracción y otros parapetos. Parte de este material se puede adquirir en las llamadas grow shops. Desde Houseplant, la primera que abrió en Espña, ubicada en Madrid, se alejan radicalmente de este perfil de cliente. Los suyos no tienen nada que ver con esta dimensión de cultivos. Ahora, que es temporada alta, sus ingresos (compra de semillas, macetas, etc.) pueden subir entre un 5% y 10%, hace unos años un 20%. «Una vez que se regularice el cannabis desaparecerá el mercado negro», señalan desde Houseplant. Ese es el debate abierto: la regularización.
Para alimentar los focos (600 watios), la plantación se había enganchado a la red eléctrica de forma ilegal. Eso pasa con muchos cultivos de gran tamaño, evitan el contador. Una decena de hechos delictivos relativos al cultivo y elaboración de estupefacientes, detectados por la Guardia Civil en 2015, reflejó este delito extra: defraudación del fluido eléctrico. Viesgo ya ha informado a este periódico de que el pasado año detectó 479 casos de fraude, diez de ellos vinculados a cultivos de marihuana. Esta defraudación puede tener además «víctimas colaterales». El Diario ha relatado uno de estos casos. La protagonista es Magdalena, quien arrendó su vivienda en Rumoroso (Polanco) y sus inquilinos acabaron montando allí una casa de la marihuana. Para alentar el crecimiento de las plantas, y probablemente para evitar que se contabilizara su elevado consumo eléctrico, se engancharon a la red. La reclamación de la compañía le ha explotado en la cara a Magdalena: le reclaman más de 12.000 euros porque es la titular del contrato. Ella pelea ahora para revertir la situación.
Consumo del norte peninsular
El cambio de enclave se aprecia a golpe de intervención policial. Como ya publicó este periódico, en los primeros diez meses de 2012, la Guardia Civil había conseguido localizar 17 plantaciones al aire libre, en municipios como Laredo, Cartes, Soba o Liébana; tres años después, también en otoño, la cifra acumulada de detenciones era similar, pero las plantaciones se habían detectado en una docena de espacios cerrados. Así que la Benemérita ha actuado bajo techo contra la marihuana en 2015, localizando plantaciones indoor en Castro, Piélagos, Valderredible, San Felices, Los Corrales de Buelna, Santa María de Cayón, Alfoz de Lloredo o Puente Viesgo. Los puestos de mando de la Guardia Civil son claves en la detección de plantaciones como la de Villafufre contarían, de necesitarlo, con el apoyo del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas. Raúl Arias añade que también es «importante» la colaboración ciudadana. Una mezcla de ambos factores ayuda a poner en marcha la investigación para localizar puntos de cultivo como el de la Penilla (una casa alquilada, con «síntomas de ocultación», etc.).
El Informe Europeo sobre Drogas 2015 indica que «en lo que respecta a la hierba, Grecia, España e Italia han notificado recientemente grandes incrementos de las incautaciones». En el plano local, en 2015 la Guardia Civil contabilizó más de mil aprehensiones de marihuana, una cifra similar a la de 2014. Esto se tradujo en 43.000 gramos consumibles, 37.000 de los cuales se interceptaron en medio de un hecho delictivo (cultivo, tráfico). ¿A dónde pueden ir a parar estas cantidades en caso de traficarse con ellas? «Al consumo en el norte peninsular», estima la Guardia Civil. El fiscal coincide. Otras fuentes consultadas hablan de que España es el mayor suministrador de marihuana de países como Francia u Holanda y que, quizá, parte de lo cultivado en la región pudiese exportarse hacia allí.
Los seis mil gramos restantes aprehendidos por la Guardia Civil se correspondieron con actividad de menudeo, un hecho punible que suele derivar en infracción administrativo (no en delito). Las aprehensiones vinculadas al menudeo se distribuyeron por toda la provincia, y fueron más intensas en los municipios con zonas de ocio, como son Laredo, Noja, Corrales, Piélagos, Santoña o Suances.
Vinculados a las aprehensiones, la Benemérita señaló 50 intervenciones delictivas el pasado año, y sesenta personas fueron detenidas (el arrestado en la Penilla de Villafufre era un vecino de Castro Urdiales). Los detenidos, en su mayoría, tienen entre 25 y 40 años, varones, españoles, aunque no hay un perfil tipificado. Otras fuentes coinciden en resaltar este hecho: la constante es que no hay perfil, se detiene desde personas con antecedentes hasta aquel «del que no sospecharías», incluso gente que «ni siquiera consume».
Tres casos en la zona oriental
La Policía Nacional opera en Santander y Torrelavega. En 2016, la Jefatura Superior del País Vasco ya tiene en su haber tres intervenciones sobre plantaciones indoor, todas en la zona oriental de Cantabria. La primera, fechada en febrero, se produjo en Castro Urdiales y se saldó con dos detenidos y la intervención de 14 kilos. Un mes después, localizó tres plantaciones entre Treto y Cicero (2.100 plantas y tres arrestados en total), y en abril, en una vivienda con terrenos adyacentes, se incautó de 1.265 plantas y detuvo a dos personas.
En 2015, el Grupo de Estupefacientes de la Policía Judicial (Jefatura cántabra) sumó cinco actuaciones, dos de ellas en viviendas. Hubo tres operaciones principales. La primera ocurrió en abril: en un domicilio de Torrelavega halló 169 plantas y arrestó a dos personas; la segunda se desarrolló en Santander, donde intervino 4 kilos de marihuana y arrestó a otros dos individuos. La Policía también intervino en 2015 en un club cannábico santanderino ubicado en el Barrio 1º de Mayo (1.331 gramos y tres detenidos).
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Ana del Castillo
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