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mada martínez
Miércoles, 13 de julio 2016, 07:16
Al Colegio de Enfermería de Cantabria llegan, como un goteo intermitente, ofertas de trabajo de empresas e instituciones de países europeos, sobre todo del Reino Unido (aunque también algunas de Alemania, Suecia, Noruega, Finlandia o Francia; incluso de Arabia Saudí). En el Colegio validan y ... comprueban las condiciones a través de su Consejo General, y luego informan a sus colegiados. Saben que algunos usarán este billete hacia el mercado laboral. Lo mismo ocurre en Satse, el principal sindicato del colectivo: «Todos los días nos llegan ofertas», confirma María José Ruiz, su secretaria autonómica, y casi todas apuntan a un mismo lugar en el mapa: Inglaterra, Escocia o Irlanda.
Satse también comprueba la validez de las ofertas con su matriz para evitar fraudes o casos de desprotección laboral, como los ocurridos en Alemania y que fueron denunciados. Y luego ponen sobre la pista a las afiliadas o interesados en empezar a trabajar. Todos pasan por una entrevista para acreditar conocimientos y nivel de inglés, a veces de forma presencial, otras veces vía skype.
En el Colegio tienen registrados actualmente a 15 profesionales trabajando en el extranjero, 14 mujeres y un hombre. El perfil de quien emigra se corresponde, en la mayoría de los casos, con el del recién graduado que encuentra en estas ofertas una primera oportunidad laboral. Rocío Cardeñoso, presidenta del organismo cántabro, percibe un cambio en la motivación: «Antes era una opción que tenía más que ver con una experiencia vital, ahora es una opción de trabajo, para empezar a trabajar sobre todo».
El Consejo General presentó una cifra el pasado año: entre 2010 y 2015, cerca de 5.000 enfermeras españolas emigraron a países de la Unión Europea, principalmente a territorios del Reino Unido. El Consejo interpretó la salida al extranjero como una forma de sortear las pocas expectativas para encontrar trabajo en un país en crisis económica.
En Cantabria, se alcanza casi el pleno empleo entre los profesionales en los meses de verano (se ofertan plazas en residencias, campamentos, en servicios de playa), pero en invierno la situación cambia radicalmente: entre 300 y 400 profesionales se quedan en situación de desempleo fija o intermitente, explica Cardeñoso.
El Brexit, la salida de Gran Bretaña de la UE aprobada en referendo por un 51,9% de los votantes, preocupa entre los españoles que trabajan allí. Grosso modo, podría cortarse la libre circulación de personas con los países de la Unión, eliminarse algunas directivas europeas sobre cualificaciones... El panorama laboral se daría la vuelta como un calcetín.
Al Colegio y al sindicato ha llegado ya esta inquietud en forma de consultas. «Existe preocupación por el Brexit, en qué condiciones van a quedar los profesionales, qué va a cambiar, si serán extracomunitarios», comenta Cardeñoso, que apunta a que el 4% de las enfermeras que están en el NHS (National Health Service) son españolas. En el Colegio están pendientes de la situación.
Cardeñoso sabe que la mayoría de profesionales que emigran al Reino Unido optan por su sistema público. ¿Por qué? Es una forma de ganar experiencia, de estar en el mercado, y también de sumar puntos para las bolsas de empleo en España, en Cantabria. Teniendo en cuenta que gran parte de los profesionales regresan (el Colegio les guarda la colegiación durante dos años, a modo de cobertura extra), es una forma de invertir en el futuro. Por eso, este asunto genera incertidumbre entre las enfermeras desplazadas: ¿Seguirá contando la experiencia laboral británica para la baremación en España?
Cardeñoso recuerda otra motivación: muchos profesionales deciden sacarse allí la especialidad, por ejemplo la de matrona, que en España tiene categoría de examen EIR (Enfermero Interno Residente) y que en Reino Unido resulta menos complicada y también más corta. Y también está el perfeccionamiento del idioma.
"Les va a afectar muchísimo"
Marta Pérez González, santanderina de 24 años, trabaja en un hospital público de Eastbourne, en la costa sur de Inglaterra. El Brexit le ha pillado al mes y medio de instalarse, pero tiene una idea clara de lo que podría ocurrir si Reino Unido sale de la UE, algo que podría hacerse efectivo en dos años: «Les va a afectar muchísimo al sistema público de salud». En el hospital donde trabaja hay una constante demanda de personal para trabajar en las unidades, «se quedan cortos [] no tienen suficientes enfermeras. Esa es una de las razones por las que demandan tantas y de forma superurgente». Por eso entiende que la situación se agravará cuando el Brexit sea un hecho.
Lucía Zubelzu (26 años, de Reinosa) trabaja en una residencia en Edimburgo. Escocia votó por quedarse en la UE, ganó la permanencia con un 62%. «Tendrán que negociar, ver las necesidades Echarnos a todos no pueden. Dentro del NHS hay muchos españoles, y hacen falta».
En Satse también palpan la preocupación. Saben del caso de una enfermera que se vuelve a España ante la incertidumbre. «Nos trasladan su inquietud. De momento, no sabemos lo que va a pasar, si va a haber cambios, qué va a ocurrir con la puntuación», indica Ruiz. La secretaria autonómica recomendaría a las enfermeras que volvieran, salvo si tienen un trabajo fijo. ¿Por qué? Porque entiende que el mercado en Cantabria puede abrirse con las (previsibles, dice Ruiz) jubilaciones que habrá en Valdecilla y con la última Oferta de Empleo Público.
Alta formación
La formación de los profesionales enfermeros es un reclamo para las empresas y hospitales extranjeros. «En general, es de las mejores de Europa», asegura Rocío Cardeñoso. «Están hiperformados». María José Ruiz coincide en esta «buena consideración de las enfermeras españolas». Entre otras cosas, porque con el grado (también antes, con la diplomatura) adquieren gran número de competencias, y las ponen en práctica. Por eso, se da alguna situación descompensada: si bien en España podrían desarrollar su potencial al 100% desde el minuto uno, en países como Reino Unido tienen que acreditarse periódicamente para tareas como pinchar o asistir al médico.
El Brexit se ha convertido en una incógnita para los miles de españoles que trabajan en el sector sanitario británico. Las respuestas llegarán cuando Gran Bretaña decida qué modelo va a adoptar para relacionarse con el resto de Europa: ¿Seguiá en la unión económica, se permitirá la libre circulación de trabajadores, serán extracomunitarios? El sindicato de Enfermería trata de resolver dudas, y espera a que España tenga gobierno para trasladarle esta preocupación por el sector sanitario que trabaja en territorio británico. En Cantabria, donde Satse suma cerca de mil afiliadas, «atendemos muchas consultas telefónicas». De momento, pueden responder que las condiciones siguen siendo las mismas.
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