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Álvaro San Miguel
Jueves, 21 de julio 2016, 10:33
Una mujer que sufrió un bajón de azúcar al volante desató este jueves el caos en una de las vías de acceso principales a Santander: la Autovía de la Meseta (A-67). La conductora, de 45 años, circulaba hacia la capital cántabra cuando, ... minutos antes de las diez de la mañana y a la altura de Bezana, sufrió una hipoglucemia. Tras perder el control de su automóvil, dio un golpe lateral a otro vehículo y se salió de la vía. El desafortunado accidente ocurrió exactamente en el punto kilométrico 198 y afectó a cinco vehículos.
Tras la colisión, el coche de la mujer accidentada quedó orientado en el sentido opuesto a la marcha y, según fuentes oficiales, los «nervios» o un «despiste» hicieron que tratara de salir de la autovía conduciendo como un kamikaze, como se denomina a quienes circulan en dirección contraria en las autovías. Tras ponerse en marcha, la conductora chocó con un nuevo vehículo que circulaba en el sentido correcto y, tras recorrer 1,3 kilómetros, dejó tras de sí un reguero de colisiones en cadena que afectó a ocho coches más.
El centro coordinador del 061 desplazó hasta el lugar del accidente a la UVI móvil de Santander (SVA), que se encargó de evacuar a la mujer de 45 años, la más grave, con un fuerte traumatismo en el tórax. Una segunda ambulancia, con Soporte Vital Básico, trasladó a otro herido hasta el Hospital de Valdecilla. Los sanitarios del 061 examinaron a una decena de personas implicadas en la colisión, dos de ellos niños, aunque sólo fue necesario evacuar a las dos personas citadas. El resto presentaban heridas y contusiones leves y se desplazaron por sus propios medios hasta el hospital. El balance definitivo de heridos arrojó finalmente un total de 16 heridos leves. Todos ellos fueron dados de alta a lo largo del día, incluida la conductora kamikaze, que aseguró a la Guardia Civil que su último recuerdo era ir circulando por la autovía a la altura de Bezana.
El aparatoso accidente provocó una importante retención de más de tres kilómetros. La Guardia Civil de Tráfico montó un operativo de emergencia para no saturar el embudo que se había formado en torno al accidente múltiple y desvió puntualmente el tráfico en la salida inmediatamente anterior al lugar de la colisión: la salida de Mompía. Desde allí, los agentes redirigieron el tráfico por la carretera nacional N-611 mientras las grúas y el personal de la Demarcación de Carreteras despejaban la autovía de vehículos.
«Como fichas de dominó»
La colisión en cadena dejó un rastro de nerviosismo a lo largo de los más de tres kilómetros de retenciones. «La caravana era muy larga y cuando llegamos a la altura del accidente nos encontramos con un coche cruzado y una hilera de coches con golpes. Parecían fichas de dominó», explicaba a este diario María de la Cueva, que vio las consecuencias de la colisión múltiple escasos minutos después de producirse. «Justo cuando atravesamos el lugar del accidente nos cruzamos con la ambulancia. Era impresionante. En el coche que estaba en sentido contrario había una mujer, pero en los arcenes había unas diez personas con chalecos reflectantes y hablando todos por el móvil», relató De la Cueva.
Otra conductora, que tras media hora en el atasco fue desviada por la carretera nacional en la salida de Mompía, aseguró que se puso «bastante nerviosa» cuando empezó a escuchar cómo se corría la voz de coche en coche de que había sido un kamikaze. «Siempre voy por esa carretera y si llego a salir de casa unos minutos antes me podía haber encontrado con ese coche en dirección contraria. Asusta sólo de pensarlo», explicó a este diario la conductora.
Los llamados kamikazes se han convertido en una triste constante en las carreteras cántabras. En la mayoría de los casos recientes ocurridos en la región se trataba de personas mayores que se despistan y entraban en la autovía por lo que en realidad era una salida, lo que les obligaba a conducir varios kilómetros en dirección contraria hasta que encontraban otra entrada. Se trata de un problema que preocupa especialmente a las autoridades de Tráfico de la comunidad autónoma.
Otros casos, una minoría en Cantabria, son los protagonizados por personas que conducen bajo los efectos de las drogas y alcohol, que también se incorporan a las autovías en sentido opuesto por equivocación. En los últimos años no se conocen casos de auténticos kamikazes en Cantabria: conductores que circulan contra el sentido natural del tráfico por el puro placer del riesgo o para ganar apuestas con elevadas sumas de dinero.
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