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Nieves Bolado
Martes, 9 de agosto 2016, 07:16
Tienen entre 16 y 30 años y su «sueño» es alcanzar la independencia, disponer de una vivienda y poder comenzar a 'volar' en solitario. Los jóvenes en este tramo de edad quedan muy lejos de lo que pudieron hacer sus padres y ven cómo se ... alarga la edad en la que podrían abandonar el 'nido'. En síntesis, la falta de trabajo, la baja remuneración de quienes lo tienen y el precio de la vivienda -tanto en compra como en alquiler- son los factores genéricos que les cortan las alas en ese ansiado vuelo hacia la autonomía total. Así y todo, Cantabria es de las pocas comunidades autónomas donde ha aumentado la población juvenil que pudo abandonar la guarida familiar en 2015, aunque tan sólo el 18,4% de los cántabros de menos de 30 años ha conseguido establecerse en una vivienda independientemente de su familia.
Los datos regionales tienen un pero. Es el Observatorio Nacional para la Emancipación Juvenil -uno de los organismos de información del Consejo de la Juventud de España- quien lo dice. Acaba de hacer público su último informe de cierre de 2015, en el que advierte un preocupante índice de pobreza en la población joven de Cantabria. Según el Consejo de la Juventud, seis de cada diez personas jóvenes inactivas en la región se encontraban en riesgo de exclusión social en 2014.
A pesar de este panorama, ha mejorado su posición en la lista de comunidades que avanzan en la autonomía domiciliaria de sus jóvenes, si bien para un cántabro de menos de 30 años, comprar o alquilar una vivienda libre «es una opción que requeriría asumir un sobreendeudamiento superior al 30% de sus ingresos», explican.
Las condiciones laborales de la población joven ocupada presentan, además, «una mayor dificultad por la insuficiencia de horas de contratación y la sobrecualificación que en la mayoría de comunidades», explica Víctor Reloba, responsable del área socioeconómica del Consejo. Todo ello a pesar de que, según los datos facilitados por este observatorio, el 63,9% de los jóvenes cántabros de menos de 30 años cuenta con estudios secundarios postobligatorios o superiores.
No todos los jóvenes tratan de encontrar aquí esa libertad y la autonomía que ansían. Los cántabros también se buscan la vida en otros países. La estimación de datos sobre movimientos migratorios en 2015 refleja una pérdida de población joven en todos los segmentos de edad entre 16 y 30 años. El flujo migratorio con el exterior se ha saldado con una merma de 2,8 personas por cada 1.000 habitantes de entre 16 y 30 años, «lo que representa una pérdida de población joven mucho más significativa que la registrada en el año 2014».
Para 'volar', al extranjero
La emigración de los jóvenes cántabros se caracteriza por un peso cada vez mayor de los que optan por intentar su emancipación en el extranjero; tres de cada diez personas emigrantes de 15 a 30 años, en 2015, eran de nacionalidad española. Según la estimación de datos sobre movimientos migratorios el año pasado, han sido más los jóvenes de 16 a 34 años de Cantabria los que se establecieron en otras regiones de España que los que fijaron su residencia en Cantabria provenientes de otras comunidades autónomas.
Sin embargo en 2015 -y en comparación con 2014-, la pérdida de población joven en el colectivo de menos de 30 años ha sido ligeramente menor. El año pasado, los movimientos migratorios interautonómicos se saldaron con una pérdida de 2,7 personas por cada 1.000 habitantes de 16 a 29 años y de 2,5 en el colectivo de 30 a 34 años.
Trabajar, ganar lo suficiente para vivir por sí mismos, es un dato aún en laguna en esta región. El Observatorio dice que en el cuarto trimestre de 2015, tan sólo el 49,7% de las personas de 16 a 29 años de la comunidad eran laboralmente activas, lo que representa la segunda tasa más baja de España. «El desempleo entre las personas jóvenes de Cantabria ha sufrido una intensa disminución en el último año, del 16,69%», detallan. En la actualidad, la tasa de paro de la población joven es del 28,2%, la quinta más reducida.
Aunque la tasa de empleo en el actual trimestre -el 35,7%- es inferior a la media de España, se observa que la ocupación entre las mujeres jóvenes de la comunidad es superior a la de los hombres de la misma edad y ligeramente más abultada que la de la media de España en este perfil.
La evolución de la participación en el mercado laboral entre las personas jóvenes de Cantabria muestra que en el último año ha disminuido el número de personas activas en los perfiles de mayor nivel formativo, estudios secundarios postobligatorios y estudios superiores. Sin embargo, entre las personas jóvenes con estudios secundarios obligatorios ha habido un retroceso en el número de activos durante los últimos doce meses.
Las personas jóvenes con estudios secundarios obligatorios y postobligatorios presentan una tasa de actividad notablemente inferior a la media de la comunidad y de España. En este sentido, tan sólo las personas jóvenes con estudios universitarios marcan una tasa de actividad superior a la media general de la comunidad. El nivel de ingresos de los hogares jóvenes de Cantabria, y el sueldo de las personas jóvenes asalariadas, ha aumentado ligeramente en el último año. No obstante, la capacidad adquisitiva de la población joven sigue siendo inferior a la media de España.
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