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Ana Rosa García
Viernes, 2 de septiembre 2016, 07:16
El equipo de Geriatría se despidió ayer del Hospital de Liencres -el último paciente abandonó la tercera planta a mediodía- con resignación y la «certeza» de que la Dirección de Valdecilla «comete un grave error al prescindir de las camas de hospitalización geriátrica como servicio ... independiente».
A partir de ahora, «perdemos nuestra estructura de trabajo» -dependerán de Medicina Interna- y «la población perderá el nivel de especialización que habíamos alcanzado, basado en la evidencia científica, que estaba dando tan buenos resultados».
Los cinco geriatras al frente de la unidad, con el respaldo del personal de enfermería, la trabajadora social y la terapeuta ocupacional, mostraron a este periódico su «total desacuerdo» con esta decisión que interpretan que responde «a la falta de conocimiento sobre cómo trabaja este sólido equipo».
Aunque veían «muy positivo» el traslado a Valdecilla, y así lo reconoció el responsable del servicio, Jesús Pérez del Molino, a finales de julio, entonces «desconocían» que más allá del cambio de ubicación, que es «anecdótico», se planeaba «un modelo de atención que nada tiene que ver con lo que hemos venido haciendo los últimos años».
Acatan la disciplina del hospital «con respeto», pero «a sabiendas de que las consecuencias no tardarán en verse»: «La hospitalización de agudos, que es la que se quita (28 camas, reducidas a 15 en verano), se ocupa del anciano más frágil desde el momento de su ingreso. Si no se atiende debidamente, el deterioro cognitivo y funcional desencadenado después es mucho más difícil y costoso de revertir».
Los profesionales no tienen duda de que «donde el trabajo de Geriatría es más eficiente es en el hospital», y aunque siempre se han mostrado «dispuestos a colaborar» con el resto de especialidades que precisen soporte geriátrico, que es la alternativa que les ha trasladado la Dirección, junto con el refuerzo de los cuidados extrahospitalarios (un hospital de día en Liencres), consideran que «se rompe este equipo multidisciplinar especializado» que es «muy difícil» que pueda desempeñar la misma labor «sin disponer de las herramientas necesarias».
Entienden que su método de trabajo «a veces puede generar reticencias porque supone un cambio de paradigma», que no está desarrollado aún en la mayoría de las comunidades, pero se aferran a la literatura científica y al último Informe Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud de la OMS para sostener que «íbamos por el camino correcto»; «apostando por la movilidad del paciente, que es vital; contando con sus familias como una pieza más del equipo, preparándolas para los cuidados en el domicilio, y garantizando la continuidad asistencial en coordinación con Atención Primaria».
«Refuerzo de la Geriatría»
Todas esas «pautas que funcionan bien» son las que la Gerencia quiere extender al resto del hospital. Frente al «retroceso» en la calidad de la atención que augura el equipo médico y enfermero, la Dirección defiende que «el objetivo que se busca al replantear el papel del servicio es potenciar la Geriatría», sumándose los cinco médicos de Liencres a los cuatro que ya trabajan integrados en Valdecilla. «En ningún caso se trata de desmantelar nada, la plantilla no se va a ver afectada. Se trata de reconducir el tipo de asistencia con una visión diferente», apunta el director médico de Valdecilla, Trinitario Pina.
Así se lo comunicó la Gerencia a la junta de personal el pasado 27 de julio en una reunión en la que todos los sindicatos aplaudieron este movimiento al entender que el cambio reportaba un «beneficio general para los pacientes», tanto del servicio de Geriatría, que podrán recibir asistencia de apoyo (rehabilitación, cuidados intensivos, consulta especializada de otros servicios...) como para los enfermos mayores a cargo de otras especialidades. «En Valdecilla hay muchos pacientes que necesitan cuidados geriátricos y que hasta ahora no los tenían», añade Pina.
En este sentido, insiste en que «lo que planteamos es una dinámica transversal de la Geriatría, orientada hacia un tipo de asistencia más ambulatoria, con el consiguiente refuerzo de la atención geriátrica en Urgencias, en la hospitalización domiciliaria y en planta, especialmente para pacientes quirúrgicos». Valdecilla prescinde de la hospitalización geriátrica de agudos porque «es una visión del siglo pasado, y la prueba es que ningún hospital de tercer nivel, como es el nuestro, mantiene este modelo», concluye.
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