Malestar entre los criadores de tudanco por el boicot

La suspensión de la Olimpiada del tudanco, que debía celebrarse mañana en Cabezón de la Sal, está generando malestar entre los criadores de esta raza, que han empezado a expresar su descontento con la postura intransigente de la asociación que los agrupa en su pulso con la Consejería por la cuantía de las ayudas: una diferencia de diez euros entre lo que el colectivo pide y lo que el Gobierno ofrece de 180 a 170 por vaca, sin límite de animales, mantiene el veto a participar en concursos y reuniones que se celebren durante este año.

«Callanduco, muchísima gente se queja, pero somos así y todo el mundo tiene compromisos. Las votaciones se hicieron a mano alzada y muchos no se sintieron libres. Lo que nadie pensaba es que llegase el Pilar y estuviésemos así», opina Pablo Gómez, de Arenas de Iguña, una posición que comparte otro ganadero de la localidad, Aurelio Lombilla. «La mayoría de ganaderos no están contentos, pero por cobardía no lo dicen. Ahora se ha convertido en un tema político; si no se firmó la propuesta de los 170 euros ha sido por puro encoñamiento, y es una pena». Y va más allá. «En las estabulaciones de tudanca no se debería mirar tanto si es a título principal, sino en qué situación se encuentran los animales, sobre todo en invierno: comprobar si la ayuda se usa para vivir la vida o para que la vaca coma».

«Polemizar para nada» es lo que Miguel Gutiérrez, Quiqui, cree que se está haciendo. «Estamos equivocados si se piensa en solucionar los problemas obrando así. Yo soy partidario de aceptar lo que te den por derecho y, si quieres más, lo pides de otra manera», dice este criador de Puentenansa. «Es una tontería haber llegado a esta situación», según Carlos Morante, de Polaciones.

Otros, como Fidel Carlos Vejo, de Potes, simplemente se lamenta de que se suspenda el encuentro cabezonense. «A nadie agrada», resume. Es algo parecido a lo que piensa Gregorio Cuevas, de Cieza. «Duele que no se haga este año la Olimpiada, pero si se ha dado una palabra, hay que cumplirla».