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Álvaro Machín
Martes, 1 de noviembre 2016, 07:38
Los expertos las llaman nieblas de advección. Es la definición técnica para un proceso curioso que coloca una cortina densa prácticamente pegada a la costa y que provoca que uno pueda viajar del Londres de Jack el Destripador si pasea por el muelle a una terraza de verano sólo unos pares de kilómetros tierra adentro. Nieblas marinas, en resumen, provocadas por el choque del aire más cálido con un agua muy fría. Hoy, en principio, se quedará en poca cosa.
«Es un fenómeno muy propio de zonas como California. Hay fotos típicas en San Francisco en las que el puente queda prácticamente tapado», explica José Luis Arteche, delegado en Cantabria de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Google está lleno de ejemplos.
Y ayer los amantes de la fotografía se pusieron las botas en Cantabria. «El agua ha bajado tres o cuatro grados en el último par de días». Primera causa. «Son afloramientos fríos que se dan después de días de viento del nordeste». Una cosa y otra el agua muy fría y las corrientes de aire más caliente suman y espesan. «Es propio del Cantábrico. Empieza por Lugo, va por Asturias y llega a Cantabria. A veces llega al País Vasco y puede llegar al sudoeste francés, como pasó precisamente este sábado. No son muy habituales, pero no es complicado encontrarse con cosas así una vez al año en primavera o en otoño». Una línea blanca posada sobre el litoral. Porque es eso, una línea que puede meterse unas millas mar adentro, pero que no avanzará hacia el interior salvo que exista algo de viento que lo arrastre. «Yo venía esta mañana de Sarón y estaba todo súper despejado hasta llegar hasta aquí», comentaba una joven que hacía cola para coger un autobús en el Seve Ballesteros. Justo es eso.
A la niebla hay que sumar el proceso de «inversión térmica», según explica Arteche. Para entenderse, una capa de aire que rompe la norma que dice que si asciendes hacia la atmósfera, la temperatura irá bajando. La corta. Una barrera para la niebla que provocó que Peña Cabarga, por ejemplo, fuera todo un espectáculo. «A mitad de subida estaba ya completamente despejado». Con la niebla por debajo... Impresionante.
La niebla, en todo caso, es un fenómeno variable y de difícil predicción. Pero en Aemet ya esperaban que ayer a media mañana se fuera despejando y que hoy sea menos densa.
Primer aviso
Lo que sí destacan los modelos es que el próximo fin de semana va a suponer un paso adelante hacia el tiempo propio del mes de noviembre. «La primera invernaduca», indica Arteche. En la práctica, una bajada de las temperaturas respecto a un panorama que ayer dejó casi 28 grados en Tama (Cillorigo de Liébana) o 26 en Soba. Un 31 de octubre con termómetros de agosto.
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Ana del Castillo
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