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Enrique Munárriz
Domingo, 20 de noviembre 2016, 13:29
Las aguas vuelven a discurrir encauzadas por los meandros de las negociaciones para sacar adelante las cuentas públicas del año que viene. Después de un tenso y público enfrentamiento de varios episodios durante las últimas dos semanas, los dos socios del bipartito limaron ayer asperezas ... y ya navegan en la misma dirección, aunque cada cual trate de barrer para casa. El acuerdo no está ni mucho menos cerrado, pero las dos formas de sentir en el Ejecutivo dan por seguro que la capacidad inversora crecerá cerca de 80 millones de euros. Los socialistas quieren atar en corto el gasto a la espera del techo que apruebe Madrid pero, de momento, reconocen que ya han aceptado un aumento de «entre 70 y 80» de los 120 millones que había pedido los regionalistas, mientras que los segundos ven posible engordar la cifra aún más.
Esa cuantía es la que la salió, según fuentes de ambos partidos, pactada de la reunión que celebraron durante la mañana de ayer los dos equipos negociadores. Los socialistas finalmente han decidido sumarse a la tesis defendida públicamente por Rafael de la Sierra, consejero de Presidencia y número dos de Miguel Ángel Revilla, desde hace unas semanas de que es necesario un presupuesto inversor y «expansionista» para afrontar nuevos proyectos, especialmente en las áreas que dirige -industria, innovación, obras públicas y medio rural- tras un año de austeridad. La muestra más evidente es que en el primer borrador elaborado por la Consejería de Economía, Hacienda y Empleo, la encargada de cuadrar las cuentas, había una reducción de casi 100 millones de euros sobre el Presupuesto vigente. Una decisión que no sólo cumplía las expectativas del propios consejeros de ambas formaciones, que habían solicitado hasta 160 millones cuando cada departamento envió sus peticiones para elaborar el documento, sino que encima suponía un nuevo tijeretazo.
El PSOE finalmente cambió de criterio y el viernes puso sobre la mesa 48 de los 120 millones, pero el PRC lo consideró claramente «insuficiente». En ese tira y afloja ayer volvieron a sentarse alrededor de la misma mesa y negociaron aumentar esa cantidad en cerca de otros 30 millones más. Esta cuantía ya se ve con mejores ojos entre los regionalistas para desarrollar sus planteamientos expansivos, pero todavía consideran «razonable que el incremento pueda ser mayor».
El presidente del PSOE y exconsejero de Economía, Ángel Agudo, defendió ayer en una tribuna en este periódico un incremento, aunque mucho más moderados. Dijo la economía crecerá en el 2017 en torno al 2,5%, lo que sitúa su aumento de ingresos en torno a los 50 millones de euros. «Muy lejos de los 120, pero en cualquier caso incrementos superiores a los años 2011-2015. Se puede distribuir el incremento que sea como se quiera, en función de los acuerdos previos y de los objetivos, pero los efectos sobre la economía y el empleo no son superiores si se destina a inversiones en infraestructuras que si se aplica a servicios públicos esenciales para la comunidad», recalcó en clara alusión a las propuestas regionalistas.
¿Semana clave?
Con los actuales mimbres, cada consejería ha puesto a trabajar a sus equipos para reasignar las cuentas e incluir algunas que se había tenido que quedar fuera. Tanto el consejero de Educación como el de Economía marcaron esta semana en el calendario el próximo martes como fecha más probable para cerrar el documento con su socio. Incluso, para llegar a tramitarlo en un Consejo de Gobierno urgente. Pero hay muchas voces, tanto en el Ejecutivo como en los grupos parlamentarios, que lo ven muy precipitado para todos los flecos que quedan sueltos.
Cuando los dos socios de Gobierno cierren el modelo económico que quieren desarrollar y haya 'fumata blanca', llegará el momento de sentarse a hablar con la oposición. La minoría parlamentaria del bipartito, que cuenta con 17 de los 35 diputados de la Cámara, no les permite sacarlo adelante solos. Necesitan al menos el apoyo de otro grupo parlamentario y nadie va a darlo gratis. Podemos ve con buenos ojos contar con 120 millones más pero para levantar su mano en la votación exige la cabeza del responsable de Sodercán, Salvador Blanco, algo a lo que el PSOE no está dispuesto. Con la formación morada descartada, todas las miradas se dirigen a Ciudadanos, quienes son reacios a dar dinero público al Racing y quieren, como ya han solicitado, que Sodercán vuelva a Industria. Una negociación que, en cualquier caso, apremia para aprobar los presupuestos en plazo.
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