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José Luis Pérez
Miércoles, 23 de noviembre 2016, 21:14
El restaurante El Cenador de Amós, en Villaverde de Pontones, dirigido por el chef Jesús Sánchez, y el restaurante Annua, en San Vicente de la Barquera, capitaneado por Óscar Calleja, recibieron ayer en Gerona la segunda estrella Michelin y de este modo ... entran en un selecto y exclusivo club de restaurantes donde su nivel de excelencia es reconocido por los inspectores de la acreditada y centenaria publicación de la marca francesa de neumáticos. Desde que en 1975 el Molino y el Marinero estrenaron el palmarés en la región, es la primera vez en la historia que Cantabria tiene no sólo uno sino dos restaurantes con dos estrellas. Algo tanto inédito como sorprendente para una región con menos de seiscientos mil habitantes, que de este modo se sitúa entre las mejores en ratio estrella/habitantes.
A este brillante resultado porque tan solo cinco restaurantes han pasado a tener la segunda estrella en España, se suma el éxito de Miguel Cobo, del Cobo Vintage, un cocinero cántabro que emergió gracias al programa televisivo Top Chef, afincado desde hace años en Burgos, donde abrió Cobo Vintage, que ahora podrá colocar en su puerta la placa con una estrella Michelin. Además, los cocineros Nacho Solana (Solana), Toni González (Nuevo Molino) y Roberto Terradillos (El Serbal) mantienen la estrella que ostentan en sus respectivos establecimientos.
La gala se celebró anoche en Gerona, en concreto en Mas Maroch, un espacio de El Celler de Can Roca para banquetes y grandes eventos. Por parte cántabra, no faltó ningún protagonista. Jesús Sánchez acudió acompañado por su esposa Marián Martínez, directora del restaurante Cenador deAmós desde que lo abrieron en 1993 en Villaverde de Pontones la primera estrella la recibieron en 1995. Óscar Calleja, chef y copropietario de Annua desde que levantaron el telón en la antigua ostrería de San Vicente de la Barquera en 2008, acudió acompañado por su jefa de sala, Elsa Gutiérrez. En su caso la primera estrella la recibieron en noviembre de 2011. También estuvo presente en la gala Miguel Cobo, que se da la circunstancia de que en su periodo de formación, tras pasar por la escuela de hostelería, completó su formación en el Cenador deAmós. Y como representante institucional de Cantabria, la gala contó con la presencia del consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio del Gobierno de Cantabria, Francisco Martín que fue invitado por Michelin ya que están abiertas las conversaciones para que en 2017, dentro de la programación del Año Jubilar Lebaniego, la Guía Michelin de 2018 pueda ser presentada en Santander.
Un hito histórico
Personalidad, creatividad e innegable talento ante los fogones. Estas son algunas de las claves del éxito de la gastronomía de Cantabria en esta publicación tan considerada a escala mundial. Cenador de Amós y Annua se proyectan ahora como la punta de lanza de un sector que se está convirtiendo en un motor económico y turístico para la región.
Si resulta indudable que la cocina de Cantabria ha evolucionado notablemente en los últimos años de la mano de cocineros como éstos, equiparándose por materias primas, técnicas, elaboraciones y presentaciones a las de otras regiones con mayor peso específico en el ámbito de la alta gastronomía, ahora se refrenda con estos resultados que inequivocamente sitúan a la región como una de las grandes triunfadoras de la Guía Michelin 2017.
Cantabria ya llegó a tener seis restaurantes con una estrella, pero contar con dos entre el selecto grupo de 23 con dos estrellas en España es un hito histórico que tendrá importantes consecuencias y que atraerá a numerosos clientes adeptos al creciente turismo gastronómico. Porque, como bien dice Michelin cada año en su guía, un dos estrellas es un restaurante con «una cocina excepcional. ¡Merece la pena desviarse!». En el caso de los establecimientos con una, la guía define la suya como «una cocina de gran fineza. ¡Compensa pararse!».
De los nervios a la euforia
En los prolegómenos de la gala, que arrancó entorno a las 20.00 horas, los representantes cántabros no ocultaban sus nervios, porque no siempre que Michelin invita a cocineros a su gala es para recibir nuevas estrellas. En este caso, su presencia también estaba justificada por el proyecto de presentar la guía en Santander, ya que en este tipo de eventos son los cocineros locales quienes hacen de anfitriones y coordinan el cóctel que se sirve tras hacerse públicos los resultados.
En cualquier caso, cuando comenzaron los discursos de los representantes de las instituciones y de los directivos de Michelin, con Michael Ellis al frente como responsable mundial de la guías, las pulsaciones de Jesús, Óscar, Miguel, Elsa o Marián se aceleraban. La euforia se desató cuando desde el estrado se pronunció su nombre. Jesús Sánchez estaba desde hace muchos años en las quinielas y su proyección nacional e internacional eran un síntoma de que tanto sus compañeros de profesión como la crítica especializada valoran su brillante evolución y su apuesta por la excelencia. También Annua aparecía en algunos pronósticos, porque su cocina con influjo mexicano y oriental no solo tiene sabor y textura, sino que deslumbra al amante de la alta gastronomía.
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