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Gonzalo Sellers
Lunes, 26 de diciembre 2016, 19:06
Han pasado dos meses desde que el consejero de Economía, Juan José Sota, reconoció que iba a ser «difícil» aprobar el Presupuesto en tiempo y empezaba a valorar una prórroga de las cuentas de este año. Todo el proceso se convirtió, desde entonces, en un ... quebradero de cabeza para el Gobierno. Primero, por las pugnas entre los dos socios por el reparto de los fondos y, después, por la búsqueda de un aliado necesario en la oposición. La firma del esperado pacto con Ciudadanos, que se hizo oficial este lunes en el Parlamento, permite al bipartito salir de la encrucijada, a costa, eso sí, de renunciar a una de las improntas de su proyecto presupuestario: la subida de impuestos con la que esperaba afrontar el crecimiento inversor para 2017.
«Han sido unas negociaciones arduas, largas y complicadas. Este no es el Presupuesto del Gobierno porque hemos tenido que ceder en cosas, pero estoy satisfecho. El puzle tan complicado que dejaron las elecciones obliga a tener cintura y pactar», señaló el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.
El documento firmado por las tres partes (PRC, PSOE y Ciudadanos) reúne ochenta compromisos repartidos entre todas las Consejerías que forman el Ejecutivo, desde la gratuidad de los libros de Primaria hasta un control más férreo de las empresas públicas, pasando por una mayor dotación económica para prevenir incendios y medidas concretas para incentivar a los emprendedores. «Se trata de un documento equilibrado entre las políticas sociales y las medidas para reactivar la economía y el empleo», indicó la vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos.
Principal discusión
La reforma fiscal, como reconocieron los implicados, fue el principal foco de discusión durante las conversaciones mantenidas en las últimas semanas con los diputados del partido de Albert Rivera. «Para nosotros era crucial no incrementar los tributos, creemos que el dinero debe quedarse en el bolsillo de la gente», explicó su portavoz, Rubén Gómez, para quien los fondos deben buscarse «en la parte improductiva de la Administración y no a través de gravar a los ciudadanos».
urbanismo
La inclusión de unas normas transitorias en la Ley de Medidas del Presupuesto, con el objetivo de minimizar los efectos de la anulación del Plan General de Santander, se llegó a plantear con fuerza en el seno del Gobierno. Incluso, provocó un encontronazo entre el PRC, a favor de esta solución planteada por el Ayuntamiento, y el PSOE, partidario de posponerlo hasta la aprobación de la futura Ley del Suelo. Pero esta propuesta fue perdiendo fuelle con el paso de los días, sobre todo después de que Ciudadanos se alineara con los socialistas y pusiera como condición para aprobar el Presupuesto dejar fuera el asunto de Santander. El PRC decidió priorizar el acuerdo de las cuentas y buscar otras vías para ayudar «lo más rápido posible» a la capital. Ayer, el presidente cántabro aseguró que la inclusión de estas normas en la Ley de Medidas nunca estuvo sobre la mesa en las conversaciones con Ciudadanos. Pero por si acaso, en el acuerdo se ha incluido una cláusula por la que ninguno de los tres partidos puede presentar enmiendas parciales, y si lo hace, deberá contar con el visto bueno unánime de las otras partes.
El frenazo a la subida fiscal tendrá un impacto de 24 millones de euros en las cuentas, según la cifra aportada ayer en la firma del acuerdo, aunque horas después fuentes cercanas al Gobierno matizaron la previsión entre 16 y 20 millones. «Era una subida pequeña y no trascendental», matizó Revilla. Si se cumple la estimación hecha pública, la cifra global del Presupuesto será, por tanto, de 2.597 millones de euros, un 5,3% superior al de este año.
En el borrador inicial manejado por Economía el crecimiento era de un punto más, ya que recogía subidas en los impuestos de Sucesiones y Patrimonio y bonificaciones en el tramo del IRPF. Todo quedará anulado y se mantendrá como está en la actualidad.
¿Cómo afectará esto a las inversiones o a las políticas sociales? Según Revilla, de ninguna manera, ya que esos 24 millones se recortarán de partidas destinadas a cubrir imprevistos. «Teníamos una holgura de partida, un colchón, que nos permite reducir esos ingresos sin cambios en los proyectos», destacó el presidente.
Este sacrificio es asumible para Revilla con tal de tener aprobadas unas nuevas cuentas el próximo mes de febrero. «Sin Presupuesto esto sería un caos. No se puede gobernar de ninguna manera. Puede ser mejor o peor, pero tiene que haber uno», remarcó el líder regionalista, que ha visto como, por primera vez en dos décadas, no ha quedado otra alternativa que prorrogar el documento de este año. Una situación en la que también ha influido el contexto político nacional, con un Gobierno central que tampoco ha podido aprobar en tiempo su Presupuesto.
"Buena sintonía"
Pero el bipartito no es el único que ha tenido que ceder en las negociaciones. La retirada de la reforma fiscal es, sin duda, el mayor triunfo de Ciudadanos, pero el partido de Albert Rivera también ha tenido que ceder en algunas exigencias de las que hizo bandera en el Parlamento. Por ejemplo, con Sodercán. La formación naranja fue la impulsora de varias iniciativas durante el último año para que la empresa pública volviera a ser gestionada desde la Consejería de Industria (PRC) y no desde la de Medio Ambiente y Urbanismo (PSOE). Sin embargo, el bipartito, cuyo pacto de legislatura incluye que Sodercán debe quedar bajo el ala socialista, no transigió en este punto.
«Ha habido muy buena sintonía durante las conversaciones, pero no vamos a ocultar que hemos tenido que relajar algunas exigencias, como la de Sodercán. No siempre se puede tener todo», reconoció Gómez. A cambio, Ciudadanos consiguió el compromiso de un mayor control en las empresas públicas: todos los grupos parlamentarios tendrán representantes sin remuneración en once organismos públicos, entre los que se encuentran Cantur, el Parque Científico, Mare, Sican y la propia Sodercán.
Desde Ciudadanos señalaron que la adopción de las 80 medidas por el Ejecutivo «ha sido suficiente para no bloquear el documento», pero en ningún caso supondrá que a partir de ahora su labor de oposición se relaje o vuelva más blanda. «Este no es nuestro Gobierno ni nuestro Presupuesto ni los vamos a ejecutar, es un acto de responsabilidad por el bien de Cantabria», destacó Gómez.
Distancia con Podemos
El partido de Albert Rivera sucederá, así, a Podemos en su papel de aliado del Gobierno para acar adelante el Presupuesto. El desencuentro del bipartito con la formación morada comenzó desde el primer minuto, a raíz de la exigencia de cesar a Salvador Blanco al frente de Sodercán como condición indispensable para negociar.
Es cierto que en los últimos días se intensificaron las conversaciones entre el Ejecutivo y el partido de Pablo Iglesias, pero Revilla reconoció ayer que las propuestas de Ciudadanos eran «las más asumibles», mientras que las de Podemos eran «irrealizables».
«Había una diferencia de 250 millones de euros entre los ingresos y gastos que aportaban en su documento. Y había otras diferencias importantes, como imposiciones que no se pueden hacer a un Gobierno en unas negociaciones», destacó el presidente, que en todo momento defendió su «lealtad» al pacto de investidura con la formación morada, que «sigue vigente».
Desde Podemos acusaron de «mentir» a Revilla. La formación morada emitió ayer mismo un comunicado en el que explica algunas de sus propuestas, como «una redistribución del gasto público, sin ningún incremento del mismo, en las empresas públicas». «Estos Presupuestos suponen la buena sintonía de la coalición cántabra con la derecha, algo que sigue la estela del país, lo que en ningún modo es bueno para Cantabria», señalaron desde Podemos, que prevé «un aumento de la deuda, unos ingresos inflados, recortes y una vuelta al modelo de ladrillo y asfalto».
La vicepresidenta Eva Díaz Tezanos, en relación a las conversaciones con el resto de partidos, destacó que «hubo voluntad de hablar con todos, pero Ciudadanos fue más proclive desde el primer momento a llegar a un acuerdo y no puso líneas rojas»
Una vez firmado el acuerdo con el partido de Albert Rivera, el Consejo de Gobierno aprobará el Presupuesto definitivo y lo registrará en el Parlamento esta misma semana. Durante el próximo mes cumplirá su tramitación y en las primeras semanas de febrero podría celebrarse el debate de aprobación.
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