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José Carlos Rojo
Lunes, 6 de marzo 2017, 19:06
Quedan menos de 48 horas para que los militantes del PP cántabro decidan a quién confiar el liderazgo del partido y el cruce de palabras continúa calentando el debate en torno a sendas candidaturas. De un lado, el candidato a la presidencia Ignacio Diego ... se ha dirigido hoy en una carta a los 'directores de los medios de comunicación' en la que insta a abandonar el discurso del insulto en las redes sociales: "Creo que tenemos el derecho a discrepar, pero ninguna justificación para hacerlo sin mantener respeto", asegura Diego. De otro lado, la candidata María José Sáenz de Buruaga pide a las bases el apoyo para alcanzar los votos suficientes que eviten la segunda vuelta del proceso congresual del día 25. Todo con el fin de "terminar con la tensión a la que algunos han sometido al partido".
El tono en el que el actual presidente del PP cántabro se expresa denota cierta desazón: "He intentado por todos los medios frenar esta escalada de crispación y, de hecho, he optado por la indiferencia ante las falsedades, algunas muy graves, que se han expresado por compañeros de los que nunca lo hubiese esperado, entre los que incluyo a María José e Ildefonso". "Sí, he fracasado en ese intento por imponer el sosiego en el discurso", sentencia.
Para Diego no conviene olvidar que los miembros de sendas candidaturas son "compañeros y amigos", que han hecho cosas importantes juntos. "Este es un proceso muy nuestro, que afecta a solo 3.400 personas", afirma el actual presidente del partido para justificar que no haya concedido entrevistas a los medios de comunicación y que tampoco haya contestado a ninguna de las "faltas de respeto" referidas a su persona. En la misiva pone el foco en su preocupación por la militancia: "Se sienten avergonzados de que el Congreso se haya traducido a un combate dialéctico que nos distraiga del objetivo principal: obtener nuevas responsabilidades de gobierno en 2019 gracias a proponer las mejores ideas y los mejores candidatos".
Un tono conciliador
María José Sáenz de Buruaga, consciente también de la guerra interna que hace sangre en el partido, se ha dirigido hoy en una nota de prensa a los medios para certificar su "compromiso para empezar a trabajar desde este mismo miércoles para renovar el proyecto de futuro de Cantabria". "No podemos seguir mirándonos al ombligo". "No podemos seguir enredados en las situaciones personales de cuatro dirigentes, no podemos seguir anclados en el pasado. Lo que nos pide la calle es que demos un nuevo impulso a este partido, y eso es lo que tienen que resolver los afiliados en la votación del miércoles", sentencia en un tono que ha buscado la conciliación. "Buscaré pasar página de las discusiones internas y trabajar por el futuro".
Su visión de la crisis del partido tiene una única salida: la renovación que "pide la calle". "Nos piden que pongamos fin a una etapa ya agotada y abramos otra nueva, que dejemos de mirar hacia el pasado y lo hagamos hacia el futuro. Que construyamos un proyecto para gobernar Cantabria".
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