Borrar
Militantes y cargos del PP durante la votación celebrada el miércoles en Santander.
Arranca la pelea por el voto de los compromisarios

Arranca la pelea por el voto de los compromisarios

Ignacio Diego logró una victoria mínima gracias al apoyo en los núcleos más rurales, mientras que María José Sáenz de Buruaga ganó en los municipios más grandes

Gonzalo Sellers

Viernes, 10 de marzo 2017, 07:10

El PP no tiene tiempo para lamentarse de la resaca. La victoria por la mínima que Ignacio Diego arrancó del voto de los militantes no ha sido suficiente para cerrar un conflicto interno que ha resquebrajado el partido. Los menos de cien apoyos, de un total de casi 3.000, que separan al presidente de María José Sáenz de Buruaga abocan a los populares a una segunda vuelta en la que los compromisarios tendrán la última palabra. Serán esos 975 delegados los que elegirán al nuevo presidente del PP, que deberá ser capaz de recomponer un partido escindido en dos facciones y prepararlo, además, para las elecciones de 2019. El contador del escarnio público entre ambas candidaturas ya se ha vuelto a poner a cero. La carrera por ganarse la confianza de los militantes acabó en un empate técnico y ahora empieza otra muy distinta por los compromisarios.

Mientras la comisión organizadora se toma su tiempo para ofrecer los datos oficiales, tanto de los votos de los militantes como de los delegados elegidos, los análisis de las primeras cifras provisionales arrojan una clara distinción de los apoyos según el tamaño de los municipios. Diego venció con claridad en los territorios más pequeños y rurales, además de en otros feudos más importantes como Cabezón de la Sal, El Astillero y Valdáliga. La secretaria general, por su lado, se impuso en los territorios más poblados: Santander, Torrelavega, Camargo y Piélagos, entre otros.

Viejas fórmulas

El PP estrenaba este año, tras la reforma de los estatutos aprobada en el Congreso nacional, la fórmula del voto militante directo. Pero esta primera vuelta sólo ha servido para reflejar la división que existe en el partido y, lejos de despejar la hostilidad que ha marcado las primarias, la ha acentuado. Ahora el partido vuelve a lo que ya conoce, al histórico voto de los compromisarios. Un sistema más complejo pero que las candidaturas pueden y saben controlar más. En la tabla que encabeza estas páginas aparece el nombre de cada municipio, quién ganó el voto militante y cuántos delegados le corresponde a cada territorio. Pero no es tan sencillo como sumar los representantes de uno y otro para saber quién ganará en el Congreso del próximo 25 de marzo. Esto no es EE UU, donde el partido que consigue más votos populares se lleva todos los delegados de un estado. Aquí se reparten. El día del Congreso votarán 975 compromisarios. 780 de ellos fueron elegidos anteayer en las urnas, mientras que los otros 195 son los llamados miembros natos que forman parte de la junta directiva regional. ¿Quiénes son exactamente estos últimos? Todos los presidentes de las juntas locales, los alcaldes o portavoces de grupos municipales y todos los cargos del Comité Ejecutivo, es decir, de la cúpula del partido.

En ese grupo están incluidos desde los propios Diego y Buruaga hasta los diputados regionales y nacionales, senadores y cargos orgánicos del PP cántabro, como los vicesecretarios (Santiago Recio y José Manuel Igual). También aparecen en esa lista, por ejemplo, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, con el cargo de vocal; el delegado del Gobierno, Samuel Ruiz, y la alcaldesa de Santander, Gema Igual.

Tanto desde la candidatura del presidente como de la secretaria general coinciden en que Diego cuenta con más respaldos entre estos compromisarios natos. Aquí partirá con una supuesta ventaja que Buruaga deberá recortar entre los 780 delegados elegidos en las urnas si quiere convertirse en la primera mujer en presidir el PP cántabro.

¿Cómo se eligen estos otros representantes? Eso ya lo hicieron los militantes la misma tarde que votaron el nombre del presidente. A cada municipio o distrito le corresponde un número determinado y en las listas marcaron con una x sus preferidos de entre los afiliados que, en su día, se inscribieron para poder ocupar ese cargo. Sus nombres no se conocerán hasta que el comité organizador los haga públicos.

Lucha por cada delegado

La dificultad está en el reparto de esos compromisarios. En los municipios más pequeños, en los que Diego ha conseguido todos los votos populares, su candidatura se llevará todos los delegados. Un ejemplo. Puente Viesgo participará en el Congreso con cinco delegados. El presidente ganó allí cuatro votos a cero, por lo que es evidente que esos cinco compromisarios puede sumarlos a su cuenta. Lo mismo ocurre con los seis de Riotuerto o los cinco de Santiurde Toranzo, pueblos en los que Buruaga no consiguió ningún apoyo.

La complejidad radica en los municipios más grandes que contaban con varias mesas electorales. El mejor ejemplo es Santander, donde se dirimen 123 compromisarios. La secretaria general logró 331 votos de militantes frente a 200 de Diego. ¿Eso quiere decir que Buruaga se llevará el 62% de los delegados? No es tan sencillo.

En el Hotel Santemar, donde el PP estableció su sede de operaciones en la capital, se colocaron nueve mesas electorales. Una por cada uno de los ocho distritos de la ciudad más otra exclusiva para Nuevas Generaciones. El reparto en este caso se resume en una sola idea: el candidato que haya ganado en cada mesa se lleva todos los compromisarios de ese distrito.

Voto secreto

Este entramado de porcentajes, nombres y números será el escenario en el que ambas candidaturas pelearán durante las dos próximas semanas para ganarse el apoyo del mayor número de delegados. La pasada noche electoral, Buruaga era optimista con este sistema, ya que los compromisarios votan en sobre cerrado y sin la presión de los presidentes locales, como al parecer ocurrió en algunos municipios esta semana. "Soy optimista, al haber ganado en plazas tan importantes se abre un panorama favorable de cara al voto de los compromisarios", señaló la secretaria general. Ese optimismo también se vivió, por los mismos motivos, en la candidatura rival.

Lo único que se votará a mano alzada en el Congreso en concreto, con un cartel de sí y no serán las ponencias que se presentarán: la de Política y Reglamento, la Económica y la Social. De la primera se encargarán María Luisa Peón, Isabel Urrutia, María Jesús Susinos y Javier Fernández; de la Económica lo harán Eduardo Arasti, Carlos Caramés, Carlos García Diego y Daniel Cosgaya, y la Social correrá a cargo de César Pascual, Antonio Gómez, Higinio Priede y Raúl Fernández.

Las tres ponencias se pueden consultar desde este jueves en la página web oficial del PP cántabro. Estos textos constituirán la base para el desarrollo de la acción política del partido durante los próximos cuatro años. Además, a través de la web, los compromisarios adscritos a cada una de las ponencias podrán presentar sus propuestas de modificación, adición o supresión a los distintos textos por medio de un formulario que se ha habilitado.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Arranca la pelea por el voto de los compromisarios