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Jesús Lastra
Viernes, 19 de mayo 2017, 20:15
Un fantasma del pasado ha resucitado en Cantabria después de que una vaca de una explotación ganadera de Camargo haya dado positivo en las pruebas de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), conocida comúnmente como enfermedad o mal de las vacas locas.
El caso se detectó el ... 9 de mayo con motivo del resultado positivo a esta dolencia arrojado por una res muerta de la granja, una hembra de raza mestiza nacida en febrero de 2002. El suceso ha dado pie a una investigación sobre el complejo camargués, que cuenta con cerca de 50 cabezas de ganado. El Ayuntamiento dijo ayer desconocer cualquier información al respeto del positivo florecido en su territorio y precisó que, en todo caso, las competencias recaen sobre el Ejecutivo autonómico. Según explicaron desde la Consejería de Medio Rural a Efe, el episodio no supone «riesgo para la salud», ni afecta «al estatus de la cabaña ganadera».
Desde el departamento que dirige el regionalista Jesús Oria igualmente abundaron en la efectividad de las medidas de control que se han adoptado y «el avance» en la erradicación de esta enfermedad, que causó una auténtica psicosis en Europa a mediados de los años noventa del pasado siglo, especialmente en Gran Bretaña, donde se registró la epidemia más severa.
Respecto al caso cántabro, las pruebas de diagnóstico se efectuaron en el marco del Programa Nacional de Vigilancia, Control y Erradicación de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), en concreto dentro del programa de vigilancia activa. Este protocolo establece el muestreo en todo el territorio nacional de todos los bovinos muertos en explotación mayores de 48 meses de edad para determinar la evolución y prevalencia de la enfermedad.
El deceso del animal se produjo el 22 de abril y tras la recogida del cadáver se procedió a la toma de muestra del encéfalo de la res, de acuerdo con lo establecido en la regulación nacional. El diagnostico inicial se efectuó en el Servicio de Laboratorio y Control de la Dirección General de Ganadería de la Consejería y, tras un primer resultado positivo, la muestra fue remitida para su análisis al Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid), centro de referencia en España, que confirmó de manera oficial la enfermedad el pasado 5 de mayo.
Tras la notificación del resultado por la Subdirección General de Sanidad e Higiene Animal y Trazabilidad del Ministerio de Agricultura, Cantabria efectuó la declaración oficial del foco el 9 de mayo.
"No hay peligro"
Desde Medio Rural insistieron a Efe que este caso de Camargo «no tiene riesgo para la salud, no afecta al estatus de la cabaña ganadera» de la región ni conlleva restricciones al comercio ni al consumo humano. «No hay peligro alguno para los consumidores toda vez que se sigue aplicando en los mataderos la eliminación de los MER (material especificado de riesgo), fundamentalmente cerebro y médula espinal, a partir de los 12 meses de edad de todos los animales sacrificados», explicaron.
Desde este departamento se indicó que la aparición de este foco de EEB está «dentro de los parámetros de la evolución epidemiológica de la enfermedad» en España, considerando la edad del animal positivo.
También se destacó la senda bajista y constante de los casos de EEB, y se aludió al incremento de la media de edades de los animales afectados. Consultada por este periódico, Medio Rural no pudo ayer aportar más detalles del caso ni las potenciales consecuencias respecto a las medidas a adoptar.
En Cantabria se han declarado al menos 25 casos de síndrome de las vacas locas desde que en 2001 se registrara el primer episodio. No obstante, el último suceso de este tipo data ya de 2007.
El de Camargo no ha sido el único positivo de EBB contabilizado en España este año, pues la Organización Mundial para la Salud Animal (OIE) informó en marzo de un foco en Salamanca. En concreto, un animal de una explotación en Horcajo Medianero, cerca de la capital charra, dio positivo en unas pruebas rutinarias, dijo la OIE, citando un informe del Ministerio de Agricultura. Esta situación obligó a sacrificar a tres vacas del municipio salmantino y otra más en Bonilla (Ávila).
Tranquilidad en el sector
En el sector ganadero cántabro la noticia ha sido recibida con sorpresa y, en el fondo, con cierta tranquilidad. El secretario general del sindicato UGAM-COAG, Gaspar Anabitarte, que admitió no conocer el episodio, sí que dejó claro que «hoy en día está dominado el asunto, más que nada tras comprobar años atrás que el mal de las vacas locas no era tanto como parecía. Fue más el desconocimiento ante la manera de actuar y aquellas imágenes terribles de montañas de reses sacrificadas que lo que en realidad fue. Actualmente es una enfermedad que no tiene relevancia y el tema está bajo control», sostuvo.
Otros titulares de explotaciones explican que ahora la clave estará en examinar la alimentación de las reses de la granja camarguesa.
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