La situación generada en el seno de nuestro partido, el PP de Cantabria, después de la celebración del XII Congreso Regional, es incomprensible y está llegando a un punto que no es razonable ni admisible. ¡Basta ya! Máxime cuando esa estrategia parece dirigida ... por aquellos que hasta hace poco más de dos meses formaban parte de la cúpula de la dirección del partido en nuestra región.
Es un espectáculo nada edificante para tantos y tantos de nuestros afiliados y también de nuestros votantes a quienes debemos un comportamiento impecable, a la altura de un partido que ha sido hegemónico en nuestra región en todas las convocatorias electorales y a la altura de nuestros principios, ver que cada día el buen nombre de nuestro partido es cuestionado en los medios de comunicación, en medio de acusaciones de pucherazos, trampas, ilegalidades, etc.
Hemos trabajado todos juntos durante muchos años, dejándonos la piel por este partido y, sobre todo, por Cantabria. Debemos trabajar en equipo, todos juntos, no concibo otra forma de trabajar y no es de recibo que por ambiciones personales estemos conduciendo al PP de Cantabria a una ruptura sin retorno. Este partido no es propiedad de nadie, es de todos y cada uno de los afiliados y cargos públicos que día a día trabajan sin descanso por llevar nuestro proyecto a todos los rincones de Cantabria, porque creemos en nuestras ideas, nuestra capacidad de gestión, nuestros valores y nuestros equipos para aportar soluciones eficaces a los problemas con los que conviven cada día los cántabros.
Se ha celebrado un proceso democrático para elegir la nueva dirección de nuestro partido. Todos los afiliados han podido participar en este proceso y hay unas normas que debemos respetar porque todos las hemos votado en nuestro último Congreso Nacional. Un partido es también disciplina y respeto a nuestras normas y esas normas han decidido que María José Sáenz de Buruaga sea nuestra nueva presidenta, la presidenta del PP de Cantabria y todos debemos apoyarla, ayudarla para trabajar juntos por un objetivo común, que es ganar las próximas elecciones autonómicas y municipales.
Es legítimo que alguien pueda pensar que se han cometido irregularidades y están en su derecho de acudir a los tribunales, pero deberán dejar que sean los jueces los que dictaminen y, mientras tanto, no poner en cuestión día tras día el buen nombre del PP Cantabria, que ha tenido a lo largo de su existencia una trayectoria impecable.
Los ciudadanos de Cantabria no entienden que estemos instalados en esta lucha fratricida y mientras tanto haya miles de personas, miles de familias y miles de empresas luchando día a día por buscar mejores oportunidades para ellos y sus hijos. La sociedad nos demanda trabajar para que aportemos soluciones a los problemas a los que se enfrentan cada día y no les interesa este culebrón en el que se está convirtiendo el Congreso Regional. Lo que les interesa es conocer cuáles son nuestras propuestas para crear empleo y riqueza en nuestra región y bienestar para los ciudadanos que viven en esta hermosa tierra.
Me consta que los esfuerzos de integración de la nueva presidenta han sido sinceros, pero no se puede celebrar un congreso regional para que todo siga siendo exactamente igual y esa parece la pretensión de algunos; en caso contrario, es difícil entender todo lo que está pasando.
Necesitamos un nuevo impulso, cercanía con los problemas de los cántabros , ilusión por alcanzar nuevos objetivos y fue María José Sáenz de Buruaga la que dio un paso al frente para tomar el relevo que nuestro partido necesitaba y resultó ganadora en un congreso limpio y democrático, mientras no se prueben las graves acusaciones vertidas por un sector crítico con el resultado. Todo los demás son ambiciones personales, filias y fobias que no interesan a la sociedad de Cantabria.
Todos los cargos públicos que formamos parte de las listas del PP debemos lealtad a nuestras siglas. Por encima de rencillas internas está el respeto a nuestros procedimientos y, por supuesto, a nuestra nueva presidenta y a los nuevos órganos de dirección del partido.
No sé si hemos llegado al punto de no retorno, pero como diputada nacional y afiliada pido que encontremos la cordura y el entendimiento necesario. Volvamos a ser el partido que siempre fuimos, unido, cohesionado, fuerte e ilusionado para que en 2019 consigamos convencer al mayor número de cántabros de que nuestro proyecto político es el que conviene a Cantabria y a España.
Por favor, ¡basta ya!
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