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Álvaro Machín
Sábado, 17 de junio 2017, 08:00
Bajo la denominación Aproximación Cabecera 29 hay un viejo proyecto. Supone, en la práctica, la señalización con luces más allá del umbral de la pista del aeropuerto Seve Ballesteros para facilitar la aproximación en la maniobra de los pilotos. Eso implica instalar parte ... de este sistema sobre el agua. La iniciativa lleva dando vueltas desde julio de 2014. Lo último que se supo, hace un año, fue la posibilidad recogida en el BOE de presentar alegaciones al estudio de impacto ambiental de la obra. Desde entonces no había novedades. Justo hasta estos días. Aena ha publicado en su página web el anuncio de la licitación de la obra, con un presupuesto de casi un millón de euros (947.522,63) y un plazo de ejecución de ocho meses. Las empresas interesadas tendrán hasta el 3 de julio para presentar ofertas.
Reunión
El consejero, el director general de Transportes, representantes de los cinco grupos parlamentarios, de la patronal (CEOE) y de los sindicatos junto a los miembros de la Asociación Amigos de Parayas. Todos ellos constituyeron ayer el Comité de seguimiento y asesoramiento de la actividad aérea del aeropuerto Seve Ballesteros, una propuesta que estaba sobre la mesa hace años.
Fue el primer encuentro de un grupo que volverá a verse en octubre y al que se invitará a Aena y a los ayuntamientos de Santander y Camargo. La idea es que sus decisiones y sugerencias para mejorar diferentes aspectos puedan ser transmitidas a la propia Aena y a las autoridades locales y regionales.
La cabecera 29 es la que da a la bahía y por la que entra la mayoría de las aeronaves. El proyecto está íntimamente ligado con el ILS (Sistema de Aterrizaje Instrumental), en cuya renovación el gestor aeroportuario se gastó recientemente casi un millón de euros. Colocaron uno más moderno. Pero los expertos siempre han dicho que sin ampliar la iluminación previa a la pista es difícil poder acercarse más cuando no hay condiciones de visibilidad. Y lo que hay justo antes en Santander es la ría. Sin luces allí, los nuevos aparatos no pueden evitar que haya que cancelar vuelos cuando la niebla pega duro.
Ya hace un año se explicaron las vueltas que ha dado este proyecto. Inicialmente pensaron colocar un sistema de luces de novecientos metros, pero eso suponía penetrar casi 745 en el canal de la ría de El Astillero, que "presenta una elevada intensidad de tráfico marítimo". Es lo que se recogía en el BOE. Allí se explicaba que, tras mantener reuniones con la Autoridad Portuaria, se optó por un sistema más modesto. Trescientos metros que se adentrarían 140 en las aguas. En total, 28 luces. Una parte del montaje, sobre el suelo terrestre y la otra, en el agua. Para esta segunda sería necesario construir una estructura de vigas de 15 y 30 metros de longitud apoyadas sobre pilotes perforados de hormigón armado. Las mareas ya lo advertían en las condiciones influirán en el trabajo de máquinas y naves desde las que tengan que realizarse las labores.
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