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Enrique Munárriz
Martes, 20 de junio 2017, 20:39
La paz en Podemos apenas ha durado un año. El secretario general, Julio Revuelta, presentó su dimisión acuciado por los duros conflictos internos que soporta el partido. La disputa abierta entre dos de los diputados en el Parlamento cántabro, Verónica Ordóñez y Alberto Bolado ... , que también anunció su cese a última hora de la noche de ayer como miembro del Consejo, ha terminado por llevarse por delante al líder de la formación morada. Desde el propio partido han reconocido que existen diferencias y tensiones internas en el grupo parlamentario, aunque lo desvinculan de la cascada de marchas que se han producido en el órgano ejecutivo en los últimos días. Además de Revuelta y Bolado, cinco consejeros presentaron su dimisión el pasado fin de semana y otros dos, José Manuel González y Marta Robledo, lo han hecho en las últimas horas.
3 de diciembre de 2015
. El Consejo Ciudadano se reúne para cesar a los por entonces secretarios de Organización, Comunicación y Política, todos ellos cercanos a José Ramón Blanco. Finalmente se decide aplazarlo para después de las elecciones nacionales.
9 de enero de 2016
. El oficialismo intenta frenar la ruptura. Propone negociar con el sector crítico una dirección de consenso.
9 de febrero de 2016
. Ante la guerra interna, Iglesias anuncia la disolución del Consejo.
17 de mayo de 2016
. Julio Revuelta gana las primarias de Podemos a su rival Jimena González y nombra una nueva dirección.
16 de junio de 2017
. Estalla la primera crisis con la dimisión de cinco miembros de la dirección por las diferencias internas que tratan de ocultar.
Las riendas de Podemos no las asumirá ahora una sola persona. Serán los miembros del Consejo Ciudadano que quedan en pie los que autogestionen el día a día del partido y las decisiones de estrategia política. Esta fórmula está recogida por los estatutos de la formación, que permite mantener el organismo, sin disolverlo, mientras sigan en el cargo la mitad más uno de los consejeros. Se han ido nueve y quedan 23. Habrá primarias para elegir un nuevo secretario general antes de las elecciones de 2019, pero la fecha aún no está cerrada. Lo seguro es que no será durante este verano, explicó la portavoz del partido y responsable de Participación, Mercedes González.
A pesar del ruido de sables, la decisión de Revuelta pilló con el pie cambiado a todos los mandos de Podemos Cantabria, que se enteraron de su dimisión a última hora de la tarde del martes. «Sabíamos que lo había tenido en la cabeza, pero nos ha cogido a todos por sorpresa», reconocieron fuentes de la formación.
El ya exlíder de Podemos, que trabaja como profesor de Economía en la Universidad de Cantabria, no hizo referencia a ninguno de estos motivos en su comunicado de despedida. Todo lo contrario. Presentó su marcha como algo normal tras una etapa cumplida. Un argumento muy similar al que utilizaron algunos de los consejeros que cesaron la semana pasada, aunque cuestionado por varias fuentes de la dirección podemita, que ven en el conflicto interno el detonante inequívoco de esta cascada de dimisiones
«Hemos hecho el trabajo de tres años en uno solo. Ahora, con los objetivos cumplidos, lo más lógico es evitar una diarquía y dar paso a una fase en la que, una vez ya está definido al detalle el proyecto político hasta el 2019 con Arronti Cantabria, el Consejo Ciudadano prepare el camino para el equipo de personas que afrontará dicho reto electoral», señaló Revuelta.
El secretario general aseguró ayer que ha conseguido «estabilizar el partido y hacer del mismo una herramienta política capaz de ganar las elecciones de 2019». Si ha cumplido el segundo objetivo, lo dirán las urnas dentro de dos años, pero el primero, a la vista del enfrentamiento entre dos de sus diputados, está lejos de cumplirse.
Alberto Bolado ha tenido fuertes desencuentros con el llamado frente castreño del partido, liderado por Verónica Ordóñez y con mucha ascendencia en los órganos de dirección de Podemos. El diputado astillerense ha recriminado en varias ocasiones a su compañero el reparto de los temas que se hace en el grupo parlamentario, así como la monopolización de los cinco trabajadores que el partido tiene allí. Tan grave es el asunto que uno de ellos, el consejero de comunicación, Alberto Gavín, ha presentado una consulta en Recursos Humanos de la dirección nacional para aclarar quién gestiona determinados recursos del partido. Varias fuentes de la formación señalaron a este periódico que se trataba de una queja formal por 'mobbing' contra Alberto Bolado, pero desde el partido negaron tajantemente este extremo.
En el tenso Consejo Ciudadano del pasado viernes, una de las medidas que se toma es que esos empleados pasen a depender orgánicamente de la propia dirección del partido, lo que provoca las quejas de muchos consejeros. Esta decisión no gusta nada, entre otros, a los dirigentes que presentaron su dimisión aquel día, vestida como un rutinario cambio de ciclo.
Los círculos, molestos
Estos problemas en el Parlamento que salpicaron a la organización del partido no han sido ajenos para los miembros de los círculos, muy preocupados por el aumento de tensión. De hecho, varios militantes de grupos locales tenían previsto reunirse en las próximas semanas con Revuelta para pedir explicaciones por esta situación.
Ajeno a toda esta polémica se encuentra el tercer diputado de Podemos, Jsé Ramón Blanco, que en su día protagonizó otra batalla distinta por el control del partido y empujó a sus críticos a unirse bajo la candidatura de Revuelta, aunque no llegó a presentarse a las primarias del verano pasado.
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