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Enrique Munárriz
Miércoles, 21 de junio 2017, 07:10
Los barones cercanos a Ignacio Diego y críticos con María José Sáenz de Buruaga no están dispuestos a dar el brazo a torcer y ceder en su pulso con la dirección regional. Casi la mitad de los números uno plantaron el lunes a su presidenta ... y su equipo de confianza en una reunión convocada para abordar la virulenta crisis interna que ha roto la formación y «pone en riesgo los resultados electorales de 2019». Sólo 52 cabezas de lista, incluidos 11 alcaldes, de 100 municipios en Limpias y Ribamontán al Mar no existe líder tras darse de baja en el partido acudieron a la llamada de Joaquín Costa para analizar «la preocupante situación», según recalcaron desde el PP cántabro.
Los dieguistas, que no reconocen a la cúpula del PP, decidieron no asistir para dar un nuevo portazo público y notorio a Sáenz de Buruaga en su intento de recomponer el partido. Desde la dirección recalcan que otros diez números uno excusaron su presencia por «motivos personales». Según fuentes del PP, hubo un pacto previo para no presentarse de todos aquellos destacados dirigentes incluidos o afines a Lealtad Popular, que piden que se reinicie todo el proceso de primarias y que confían en que la impugnación judicial por irregularidades prospere en los tribunales.
Ante la presencia de los candidatos de todas las grandes ciudades, así como de los municipios del arco de la bahía y gran parte del Besaya, Sáenz de Buruaga lanzó un aviso a navegantes: «Hay una minoría que está sembrando una estrategia de descrédito y daña la imagen del PP». Dura pero intentando buscar la complicidad de los presentes, alertó de que «en 2015 el partido perdió uno de cada tres votos» y que de seguir así «hay riesgo de convertirse en la segunda fuerza». «Esta situación puede llevar al Partido Popular a un fracaso electoral grave», llegó a advertir la presidenta del PP.
Tras hacer una radiografía de la situación, la dirección regional tendió la mano a los todos los barones, los que estaban presentes y los que se quedaron en casa, para enderezar el rumbo. A sus adversarios les reiteró que no se va a marchar, que la dirección es legítima y que cuenta con el respaldo de Génova. Aunque no lo citó explícitamente la muestra es que Madrid ha citado mañana, jueves, a los nueve diputados díscolos para que refrenden el relevo del actual portavoz parlamentario, Eduardo Van den Eynde, por la propia Sáenz de Buruaga para evitar que un expediente que puede terminar con su expulsión del grupo.
«Enderezar la situación»
En Joaquín Costa, donde se ubica la sede del partido, explican que se trataba de una reunión interna y ya contaban con que se quedarían las sillas vacías de determinados candidatos, especialmente de núcleos rurales donde reside la menor parte de la población de la región y que dieron su apoyo incondicional al expresidente del PP. Pero, aún así, aseguran que desde la dirección regional salida del último congreso en el que Buruaga se impuso a Diego por cuatro votos se va «a hacer todo lo que está en su mano para enderezar el PP», «que cuentan con todos para 2019» y que todavía se está a tiempo de reconducir la situación, aunque reconocen que es difícil.
Por su parte, los miembros de Lealtad Popular solicitaron ayer a la presidenta, a través de las redes sociales, que «haga un ejercicio de transparencia y publique sus ingresos ante la acumulación de cargos que ostenta, tanto institucionales como en el Partido Popular».
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