Secciones
Servicios
Destacamos
Emilio Lora-Tamayo (Madrid, 1950) ya ejerce como rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, el undécimo de la historia de la institución académica. «Estoy en pleno proceso de transición», reconoce -fue designado hace apenas una semana- mientras se despide de su etapa en ... el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y se pone al día con la realidad de la UIMP. El catedrático de Electrónica y doctor en Ciencias Físicas se pone al frente de «la universidad de universidades», que ya ha «disfrutado» como alumno y ponente. Una etapa en la que se marca como líneas de trabajo fundamentales «mejorar la gestión de la institución, avanzar en la internacionalización y fomentar la conexión con la sociedad de Santander y Cantabria», donde la UIMP «no sólo tiene sus raíces, sino también su tronco, que florece cada verano con los cursos y actividades culturales que le dan un carácter absolutamente puntero e internacional». El que fuera presidente del CSIC en dos etapas -entre 2003 y 2004 y desde 2012 hasta hace un par de semanas- sucede en el cargo a César Nombela, «amigo y referente», con quien ha compartido muchos episodios comunes, tanto en su trayectoria laboral como en la personal, por lo que se puede intuir que desarrollará una línea continuista. «Si esa etiqueta no tiene tintes peyorativos, se puede decir que sí, porque la trayectoria ascendente de la UIMP hace que no precise de grandes cambios, sino de ajustes y retoques», matiza Lora-Tamayo.
-La UIMP no es una institución desconocida para usted.
-No, no lo es. He vivido la UIMP durante las últimas cuatro décadas desde las vertientes de alumno y profesor. Mi primer contacto con la UIMP fue a finales de los años 70, en 1978 creo, cuando ofrecí una conferencia sobre diseño asistido por ordenador. A partir de ahí, casi todos los veranos y, últimamente más como presidente del CSIC y de su fundación, he intervenido en cursos, seminarios, y siempre con mucho gusto.
-¿Cuáles son los retos fundamentales que se marca en esta etapa?
-Hay varias líneas de trabajo que tienen que ser objeto de especial atención, desde la constatación de que la línea de acción que mantiene la Universidad en los últimos años es creciente y por tanto es importante no truncarla. Por un lado, hay que cuidar y potenciar lo que funciona -los cursos avanzados, los de español, los de inmersión en inglés, el diálogo entre la ciencia y la sociedad, los posgrados, que están teniendo un desarrollo formidable, tanto en su vertiente máster como doctorado- y, además, mejorar la gestión, avanzar en la internacionalización de la universidad y fomentar la conexión con la sociedad local, en todas las sedes, pero especialmente en la de Santander.
-¿En qué se fundamenta esa mejora de la gestión que ambiciona?
-Uno de los principales retos es analizar y plantear actuaciones para la mejora de la gestión de la UIMP, abordar una necesaria reforma administrativa de la institución que el profesor Nombela ya barajaba. En 2016, preocupado por estos temas, encargó al INAP (Instituto Nacional de Administración Pública) un informe sobre la gestión de la UIMP, que ya ha sido enviado a la universidad hace pocas semanas. Ahora hay que analizarlo, pensarlo y ver si con la implantación de algunas de las medidas que propone el informe, u otras que pudieran surgir, se pueden mejorar los ámbitos de gestión.
-¿Eso implicaría cambios en la estructura organizativa actual?
-El informe del INAP nos dirá cosas sobre estructura, mecanismos de gestión... Lo que me han dicho es que hay holgura, margen, para mejorar las metodologías de gestión y vamos a ver si podemos hacerlo con la ayuda de este informe y con todas las reflexiones que podamos recabar. Para esto necesitaremos el análisis y la colaboración de todos los estamentos de la UIMP y el apoyo del Ministerio de Educación, que me consta que está de acuerdo.
-¿En qué pilares se apoyará el impulso de la internacionalización?
-La internacionalización es algo que está en el ADN de la universidad; su propio nombre ya revela la voluntad de que la UIMP sea un foro de debate de todas las temáticas pero también de contraste con opiniones y tendencias procedentes del extranjero. Hace tiempo que esto se consigue con profesores y ponentes extranjeros que vienen a nuestros cursos, algo que hay que seguir potenciando, pero además hay que analizar la posibilidad de desarrollar iniciativas conjuntas que sean de carácter transfronterizo o incluso transoceánico.
-¿Se refiere a promover una sede de la UIMP fuera de España? Nombela dijo en su despedida que era una de las asignaturas pendientes que dejaba en el tintero.
-Sí, sí, a eso me refiero. Es una iniciativa que puede servir de mucho para dar a conocer en el extranjero la universidad española en general y la UIMP en particular.
-¿Hay recursos para ello?
-Puede haber determinados mecanismos que apoyen su puesta en marcha. Si hablamos de un proyecto transfronterizo hay programas europeos que apoyan este tipo de actuaciones; si hablamos de uno transoceánico, no se pueden olvidar las oportunidades que nos proporcionan todos los países de habla hispana y portuguesa en América, donde ya tenemos otras iniciativas.
-Su predecesor ha vivido un mandato marcado por, entre otros aspectos, los recortes en los recursos por la crisis. ¿La cree superada?
-Tendremos que seguir luchando para conseguir más recursos, que duda cabe. Nuestro presupuesto depende de las subvenciones públicas, las tasas, las colaboraciones y patrocinios y hay que seguir trabajando para hacer de la UIMP una institución atractiva. Ojalá que no tengamos una época parecida a la anterior, que yo también sufrí al frente de la -Agencia Estatal- CSIC; todos los indicadores señalan que no va a ser así. Por ello, creo que afrontamos una etapa donde nos podemos plantear llevar a cabo iniciativas ambiciosas como las que hemos hablado.
-Viendo los muchos paralelismos de su trayectoria y la de Nombela, se puede intuir que su línea será continuista.
-Si eso no tiene tintes peyorativos, que entiendo que no los tiene, se puede decir que sí, dado que la trayectoria ascendente de la UIMP en los últimos años hace que no precise de grandes cambios, sino de ajustes, refuerzos, retoques. Hay iniciativas ya marcadas, de las que ya hemos hablado anteriormente, que Nombela no ha podido materializar, que a mí me gustaría sacar adelante, ya que pueden ser positivas para el desarrollo y enriquecimiento de la universidad.
-¿Qué le ha transmitido Nombela tras su elección?
-Estamos en contacto continuo. Sé que siempre le puedo encontrar al otro lado del teléfono para cualquier consulta, consejo o análisis que pueda necesitar. El profesor Nombela es un amigo muy querido, tenemos una relación personal desde 1996, cuando me llamó para ser vicepresidente del CSIC cuando él era presidente. No puedo tener más que palabras excelentes para él y para lo que con él he aprendido. Deja el listón muy alto -con crecimiento en alumnos y cursos- e intentaré acercarme a él y, si es posible, sobrepasarlo, aunque sé que es muy difícil.
-Uno de los retos permanentes que subyacen en la identidad de la UIMP es la necesidad de una mayor integración con las instituciones cántabras y con la sociedad santanderina. ¿Qué ideas tiene al respecto?
-Otra de las líneas de trabajo fundamentales será fomentar la conexión con la sociedad local en las diez sedes de la UIMP y en la que más, si acaso, en la de Santander, que es la cuna y la raíz de la Universidad, ligándola más si cabe a la ciudad, no sólo a través de las 70-80 actividades culturales que se plantean cada verano, sino animando a la participación a través de cursos y talleres más ligados con la realidad de Santander y, por extensión, de Cantabria.
–¿El modelo de la UIMP sigue siendo válido? ¿No cree que el formato de universidad de verano está estancado?
–Ya lo creo que es válido. Mucho. En una época de continuos –y rápidos– cambios como la actual, precisamente el planteamiento de la UIMP, que es absolutamente flexible y es capaz de cambiar la programación de un año a otro, es aún más válido. La UIMP da opción de adaptar la temática de los cursos a las necesidades que nos indica la sociedad que nos rodea, cada año cambia y plantea cursos nuevos vinculados a la actualidad, como la crisis de los refugiados o el ‘Brexit’, por citar dos ejemplos recientes. Esto es muy difícil de realizar en otro tipo de universidad, porque tienen una estructura académica que les hace más costosos, en términos de tiempo y gestión, poder hacerlo. La UIMPtiene que seguir estando en la primera línea de las preocupaciones y las ocupaciones de la sociedad, porque su capacidad de reacción y la flexibilidad para responder a lo que pide la ciudadanía es uno de nuestros principales hechos diferenciales. Cada año tenemos, y tendremos, capacidad para mover u orientar la temática de los cursos, escuelas, seminarios...
–¿No tiene la sensación que la UIMP en los últimos años ha perdido protagonismo, presencia en los medios? ¿Falta llegar con más fuerza mediática a la sociedad?
–No lo sé. La importancia que tienen muchos de los cursos y los ponentes es un exponente positivo que creo que sí tiene repercusión, sobre todo cuando son temas que están de plena actualidad. A lo mejor el problema es que hay demasiada actualidad en otros ámbitos.
–Respecto a los cursos de Las Llamas, ¿tendrán más actividad durante el resto del año?
–Los cursos de español, en todas sus vertientes, están absolutamente arraigados y hay que seguir manteniéndolos, potenciándolos, igual que los cursos de inmersión en inglés, que tenemos en Santander pero también en las otras sedes. El campus de Las Llamas es fundamental, por ello estamos expectantes por terminar las obras de reforma y redistribución del Pabellón III –se estima que concluirán en junio– que creo que van a dar un impulso importante a la UIMP.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.