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229 alertas meteorológicas en 90 días

229 alertas meteorológicas en 90 días

Uno de los «inviernos más duros de las últimas décadas» dispara los avisos por temporal en Cantabria

José Carlos Rojo

Santander

Lunes, 2 de abril 2018, 13:11

Han sido tres meses de récord. Diciembre, enero y febrero, lo que dura el invierno. Solo así se explica que Santander volviera a amanecer nevado el pasado 28 de febrero –después de 33 años– o que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) asegure que éste ha sido el más lluvioso desde 1981. «Ha sido duro, mucho más que el pasado, no cabe duda», asegura José Luis Arteche, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la región. La cifra de avisos que ha dejado el frío, la nieve, el viento, la lluvia o los fenómenos costeros, estremece. En esos tres meses se cuantificaron 229. O lo que es lo mismo, hubo de media dos avisos y medio diarios:«Casi el doble que en el invierno del pasado año, en que se registraron 118», acredita Arteche.

Son resultados medidos de acuerdo a los criterios del Plan de Predicción y Vigilancia de Fenómenos Meteorológicos Adversos (Meteoalerta), puesto en marcha en septiembre de 2015. «No es que hayamos modificado el modo de valorar los niveles de alerta. Lo que ocurre es que este invierno realmente ha sido especialmente complicado», confirma Arteche.

La temperatura media se ha situado en toda la región en los 7 grados, lo que significa que ha estado casi un grado por debajo de los valores normales. Los mínimos alcanzaron los -13,2 grados en Nestares y Campoo; y la lluvia ha acompañado la sensación desapacible. Las precipitaciones casi han doblado la media hasta alcanzar los 693 litros por metro cuadrado. Algo que ha ayudado a que la nieve haya permanecido en el suelo desde diciembre.

«Lo más importante son las complicaciones que traen todos estos fenómenos para el desarrollo normal de de la población», asegura este experto. Por eso se ha perfeccionado la coordinación entre los diferentes organismos: Aemet y Emergencias (112). «Para activar los avisos nosotros nos manejamos con los umbrales establecidos por el 112», explican fuentes de la agencia. «Ellos estipulan cuando es conveniente activar los avisos de acuerdo con el riesgo que los fenómenos meteorológicos entrañan a la población. Nosotros los activamos y luego son ellos quienes ponen en marcha las alertas», cuenta el delegado de Aemet.

Un sistema desde 2015

Lo llaman Plan de Predicción y Vigilancia de Fenómenos Meteorológicos Adversos. Hay valores para definir cada color:amarillo, naranja y rojo. En el primer caso «no existe riesgo meteorológico para la población, aunque sí para actividades concretas». En el naranja «existe riesgo importante, con cierto grado de peligro para las actividades usuales». Yen el caso del nivel rojo, «el riesgo es extremo porque se trata de fenómenos meteorológicos nada habituales, de intensidad excepcional y con peligro para la población muy alto».

La directriz europea por la que se rige Meteoalerta pone el foco cada año en que la predicción sea cada vez más aplicada a los impactos sobre la población. Con toda lógica un temporal de nieve no afectará por igual a una estación de esquí que a una ciudad como Santander. «Más que nada porque en un sitio están acostumbrados a la nieve y en el otro no. El funcionamiento de las infraestructuras y los servicios quedará más impactado en un lugar y no tanto en el otro. Por eso los avisos cada vez tendrán más en cuenta la conjunción del fenómeno meteorológico aplicado a cada territorio concreto», argumenta el delegado de Aemet.

Son criterios complejos. Dependen del tipo de fenómeno meteorológico, de la época del año y también de la zona geográfica. Este invierno se cuantificaron 163 avisos amarillos, 57 naranjas y 9 rojos. «Estos últimos son muy extremos, creo que no deberían indicarse salvo en casos muy particulares», opina Arteche.

¿Menos accidentes?

Con un nivel semejante de alertas cabría plantear si las advertencias resultan útiles para prevenir accidentes; pero si se atiende a los datos, esa lógica no termina de funcionar. «El 112 recibió el pasado año un total de 329 llamadas de emergencia diarias como media. Más que las recibidas en 2016 (304) y que las registradas en 2015 (287)», explica el director general de Protección Civil, Luis Sañudo.

Los avisos y las alertas que se ponen en marcha no han frenado el aumento de la popularidad de los deportes al aire libre y de riesgo. Todo ello incrementa las probabilidades de que se produzcan accidentes. «Nosotros seguiremos trabajando por estar en redes sociales y continuar con las campañas de prevención», afirma Sañudo.

Un pálpito parecido se tiene en la carretera. «Este invierno hemos conseguido reducir mucho el número de vehículos que han quedado aislados. Por eso creo que estamos haciendo un buen trabajo», concreta José Miguel Tolosa, jefe de la Dirección General de Tráfico (DGT) en Cantabria.

A ellos las alertas del 112 les sirven para planificar las medidas, «pero luego, a la postre, tienes que estar al pié del asfalto, porque las condiciones cambian en minutos y hay que tomar decisiones». Los cortes recurrentes de la A-68, la Autovía a la Meseta, acreditan la velocidad con la que se abre o se cierra la vía. «Lo que hace falta es que la gente sea consciente del peligro cuando se dan estos avisos y quieren salir a la carretera», informa Tolosa.

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