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Jesús Lastra
Lunes, 18 de septiembre 2017, 12:25
Los alcaldes de la Cantabria rural equiparan la importancia de su despliegue para fijar población a la que tuvo la ejecución de carreteras en las décadas pasadas. De comunicación rodada a telemática. Conectar personas, en todo caso, y acercar distancias en un mundo cada ... vez más global. Porque aún hay áreas de la Comunidad que no conocen lo que es navegar a alta velocidad por internet y en las que un trámite tan ordinario hoy en día como enviar un correo electrónico puede llevar buena parte de la mañana. En cifras, 19 ayuntamientos de la región mantienen en la actualidad en sus territorios las conocidas ‘zonas blancas’, esto es, aquellas que no disponen de cobertura de redes de banda ancha de nueva generación, ni previsiones para su dotación por algún operador en el plazo de tres años, en base a planes de inversión creíbles.
Así consta en el último listado elaborado por el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, que recoge que 87 localidades de Cantabria se hallan en esta situación. Una desigualdad que también está cuantificada en términos poblacionales, pues desde la entidad que dirige Álvaro Nadal totalizan en 2.728 personas el censo total en estas entidades singulares, cuyo grueso se concentra en municipios como Valderredible, Valdeprado del Río, Miera, Polaciones o Las Rozas de Valdearroyo, sin olvidar zonas de las comarcas pasiegas o el Valle de Villaverde.
Raúl Calderón, regidor de las Rozas de Valdearroyo, explica en primera persona la problemática que se esconde tras las frías cifras ministeriales. No en vano, cuenta entre sus ‘dominios’ con pueblos como Arroyo, Llano, Renedo, Villanueva, Bustasur o Bimón, entre otros, catalogados como ‘zonas blancas’. «Es un asunto que vemos necesario mejorar. Lo último que sabemos respecto al tema es que el Gobierno regional quería, a través del proyecto ‘Conecta Cantabria’, llevar este asunto a buen puerto», arranca.
Según el alcalde, «hoy en día no se pueden poner fronteras. En un entorno rural como el nuestro es fundamental para que los hijos puedan estudiar. Internet es su biblioteca o fuente de información. Más si cabe en invierno, cuando las comunicaciones por carretera empeoran. Es algo básico para varios negocios de aventura que tenemos en la zona», relata, mientras detalla que actualmente disponen de tecnología wifi a baja velocidad o la opción de tener ‘pinchos’ que actúen como módem.
Desde la Consejería de Industria recuerdan que el departamento que pilota Francisco Martín llevó a cabo una serie de encuestas por los ayuntamientos rurales que han sido fundamentales para identificar las zonas de mejora y la voluntad de que la empresa privada pudiera ofrecer un servicio que acabara con esta deficiencia.
El informe ‘Cobertura de banda ancha en España a mediados de 2016’, publicado por la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital del Ministerio de Energía, señalaba que prácticamente todo el territorio se encuentra bajo el manto de las nuevas tecnologías de comunicación, al menos de las más básicas. Eso sí, la velocidad de comunicación es otro debate.
Sin ir más lejos, en la geografía nacional se observa una relación prácticamente directa entre la pérdida de población en el interior y en las zonas rurales con la ausencia de internet de alta velocidad o las últimas tecnologías móviles. Autonomías como Castilla y León o Galicia copan los puestos más altos en la lista de ‘zonas blancas’.
En este punto ha encajado como un guante la iniciativa de la firma cántabra Ibiocom, que desde hace dos años buscaba una alianza para poder desplegar fibra óptica por toda la Comunidad. Finalmente, y tras negociaciones fallidas con algunos operadores, el pasado febrero rubricó un acuerdo de intenciones con el fondo de inversión sueco EQT para llevar a cabo el proyecto. Tras una semana de visita por la región, el contrato definitivo se firmó en junio entre Ibiocom y Adamo, el instrumento que EQT emplea para la actuación. Al plan se suma Viesgo como proveedor al alquilar sus canalizaciones para hacer más sencillo el proyecto. En cifras, se prevé una inversión de 80 millones, según explica el responsable de Ibiocom, Luis Marina.
Los trabajos, de hecho, ya se están desarrollando en algunos puntos de Cantabria, como Matamorosa. Un calendario que tiene como paradas siguientes Reinosa, Piélagos o Noja. Cabe recordar que el orden de despliegue se está llevando a cabo según criterios técnicos. Según informa Marina, entre finales de septiembre y primeros de octubre se procederá al encendido del primer cliente. De momento, hay más de 75 personas contratadas para ejecutar los trabajos que contempla el plan, aunque la previsión gravita en torno a que en noviembre esta cifra aumente hasta las 180. El ritmo de avance es considerable, a una media que oscila entre 5.000 y 6.000 unidades de vivienda al mes que puedan disfrutar de internet de altísima velocidad.
«El germen de esta idea hay que buscarlo en varias reuniones con el consejero de Industria, Francisco Martín, que trasladó la necesidad de que Cantabria contara con internet de calidad en todo su territorio. La Administración no ha puesto un euro en el proyecto, pero nos ha acompañado en esas conversaciones que mantuvimos en busca de algún socio. Además, evidentemente, hay una buena interlocución para completar los diferentes trámites administrativos», razona.
Estos avances hacen a Fernando Fernández, alcalde de Valderredible, ser «relativamente optimista» de cara a los tiempos por venir. «Lo necesitamos como agua de mayo. Para nosotros es algo fundamental para poder fijar población. Primero fueron las carreteras y ahora es la conectividad. En la actualidad tenemos serias dificultades y la velocidad de navegación es lenta. No solo se cae en ocasiones internet, sino que seguimos contando con ‘zonas de sombra’». El regidor igualmente otea el impacto económico que podría tener este avance tecnológico en la comarca. «Sería fundamental para el turismo rural, por ejemplo. La verdad es que lo estamos deseando casi tanto como que llueva», bromea. Lo cierto es que Valderredible es el municipio más afectado por las ‘zonas blancas’, pues concentra 30 entidades singulares sin acceso a la última tecnología. Localidades como Rebollar de Ebro, Villamoñico, Sobrepeña, Montecillo o Navamuel están a la espera de mejoras en este campo.
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