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Domingo, 7 de febrero 2021, 07:33
Saray Ceballos.
«Esta va a ser la década de la rehabilitación en mayúsculas», así de contundente se mostró Pablo Zuloaga, vicepresidente del Gobierno de Cantabria durante la clausura del 'Ciclo de Vivienda', organizado por El Diario Montañés, con el apoyo de la Consejería de Empleo y Políticas Sociales que dirige Ana Belén Álvarez, a través de la Dirección General de Vivienda, con Eugenia Gómez de Diego a la cabeza.
Y es que precisamente la rehabilitación del parque edificado y la regeneración urbana son, junto con el derecho de toda persona a una vivienda, digna y adecuada, recogido en la Constitución, los grandes desafíos en materia de política pública de vivienda. «Todos ellos retos de una envergadura enorme que desde Cantabria estamos dispuestos a asumir».
En esta línea, y en el marco de este primer Ciclo de Vivienda, Zuloaga anunció que desde la Consejería de Empleo y Políticas sociales se está preparando una estrategia «global». «De aquí al 2030 tenemos que ser capaces de impulsar la rehabilitación de 12.000 viviendas en Cantabria, con criterios de eficiencia energética».
Acompañado por Ana Belén Álvarez y Eugenia Gómez de Diego, Pablo Zuloaga fue el encargado de poner el punto y final a una iniciativa que cierra el proceso participativo que se ha llevado a cabo desde dicha Consejería para elaborar el anteproyecto de la futura Ley de Vivienda de Cantabria, que se presentará el próximo mes de marzo.
Un texto legal que establecerá, además, «un marco regulador para promover el desarrollo de actuaciones de regeneración urbana», posibilitando la apertura de Oficinas de Rehabilitación en la región, cuyo objetivo será «ofrecer asistencia técnica, jurídica y financiera a propietarios y comunidades, evitando el deterioro del patrimonio municipal, mejorando la estética urbana e impulsando un modelo de desarrollo sostenible», explicó el vicepresidente.
Bajo el título 'Rehabilitación y regeneración urbana', la tercera y última mesa del ciclo, moderada por la periodista Alicia del Castillo, contó también con la participación de David de Lucas, secretario general de Vivienda y Agenda Urbana, perteneciente al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Asimismo, junto con Eugenia Gómez de Diego, debatieron y reflexionaron Juan Requejo, codirector del Plan de gestión para el casco histórico de Santiago de Compostela, y Patricia Molina, Antena en el País Vasco del Observatorio Ciudad 3R, e Investigadora Líder del Laboratorio de Transformación Urbana en Tecnalia Research & Innovation.
En un contexto de crisis sanitaria, que ha hecho del 2020 el año que más tiempo hemos pasado dentro de nuestras viviendas, se han puesto en evidencia las grandes debilidades, no solo de nuestras casas –hay 9,7 millones de viviendas que necesitan algún tipo de rehabilitación, especialmente en lo referido a la parte energética–, sino también de los modelos actuales de ciudad, resurgiendo dos conceptos que se han colocado en el epicentro de la acción pública de las distintas administraciones: la rehabilitación y la regeneración urbana.
Dos ámbitos de actuación que se presentan como «un elemento fundamental para salir de la crisis económica, para hacer posible que cumplamos los criterios y compromisos adquiridos con la Unión Europea en sostenibilidad, para posibilitar viviendas dignas y para dinamizar la economía», según David de Lucas.
Frente a unas ciudades con problemas «propios de la contemporaneidad», según Requejo, y un ritmo de rehabilitación «que no nos permite alcanzar los objetivos sostenibles que necesitamos alcanzar», en palabras de Molina, la conclusión fue unánime: hace falta un cambio en el modelo. «No vamos a obtener resultados diferentes aplicando las mismas fórmulas. Es el momento de innovar», propuso la investigadora. Junto a la realización de diagnósticos «que nos permitan focalizar y segmentar las diferentes situaciones», Molina apostó por la participación de los distintos agentes involucrados en los procesos de rehabilitación. «Es algo fundamental, y requiere tiempo, dinero y recursos».
Por su parte, el también economista y geógrafo incidió en la necesidad de «aceptar que la ciudad es un sistema vivo» siendo necesario hablar de una regeneración mucho más «orgánica» y dirigida hacia la reducción de consumos energéticos. «Cualquier iniciativa visionaria sobre qué hacer con los edificios supondrá una revisión profunda de la forma de vivir».
Pero si hubo una afirmación en la que todos los participantes estuvieron de acuerdo fue en la necesidad de fomentar la unión y colaboración público-privada, «una coordinación muy necesaria», en palabras de De Lucas, y que se presenta para Eugenia Gómez de Diego como una acción fundamental a llevar a cabo «junto a las modificaciones necesarias para quitar todas las trabas burocráticas y agilizar la gestión de este tipo de actuaciones».
«Es imprescindible que nosotros, desde el Gobierno, y los agentes de la vivienda, vayamos de la mano y trabajemos juntos para exprimir al máximo los recursos que llegan a Cantabria desde Europa en beneficio de los habitantes de nuestra comunidad autónoma», sentenció durante el final de su intervención, el vicepresidente, Pablo Zuloaga.
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