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Domingo, 26 de noviembre 2017, 07:48
Para un recién nacido prematuro, que lucha por salir adelante con apenas un kilo de peso, la leche materna es «el alimento perfecto». Un salvavidas para auténticos bebés milagro. No solo representa el mejor escudo frente a las infecciones sino que favorece su desarrollo psicomotor. ¿Pero qué pasa cuando una madre, por razones ajenas a su voluntad (no produce lo suficiente, padece alguna infección o toma medicación incompatible con la posibilidad de dar el pecho...), no puede proporcionar ese sustento vital a su hijo? Recurrir a la lactancia artificial, que es lo que se venía haciendo hasta ahora, dejará de ser la única alternativa. Cantabria ha puesto en marcha el primer banco de leche materna, un centro especializado dependiente del Banco de Sangre y Tejidos de la Fundación Marqués de Valdecilla, que se encargará de procesar, almacenar y distribuir a los niños hospitalizados que lo necesiten la leche humana donada por madres con producción de sobra.
«Está demostrado que aporta muchas ventajas respecto a las fórmulas artificiales, por lo que la apuesta por dotar a Cantabria de este recurso era clara», señala José Luis Arroyo, director del Banco de Sangre e impulsor de este proyecto desarrollado en coordinación con la Unidad de Neonatología de Valdecilla. Tanto la Organización Mundial de la Salud, como Unicef y sociedades científicas implicadas en el cuidado y alimentación de los niños, como la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Europea de Nutrición Pediátrica, establecen que cuando no hay leche de la propia madre, la donada es la mejor alimentación para niños enfermos o prematuros, ya que «contiene elementos antimicrobianos, inmunológicos, hormonales y factores de crecimiento que promueven un óptimo desarrollo del recién nacido y le protegen de infecciones y enfermedades», explica Arroyo.
¿Dónde apuntarse? En las instalaciones del Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria (Pabellón 13 de Valdecilla), de 10.30 a 13.30 horas, o en el teléfono 682 549 884.
Requisitos Estar amamantando a un bebé satisfactoriamente (mínimo tres semanas tras el parto), estar sana, llevar una vida saludable y querer donar de forma altruista.
Almacenamiento La leche extraída se almacena en el congelador de casa y será recogida antes de 15 días por el personal del banco, que se encargará de procesarla.
En definitiva, «supone una mejora en la asistencia médica de los bebés prematuros», que por otro lado son cada vez más frecuentes, como consecuencia del retraso de la maternidad -a mayor edad de la madre más probabilidad de complicaciones del embarazo- y de los tratamientos de fertilidad, que también se han disparado por las dificultades para concebir de forma natural cuando el reloj biológico apura los tiempos. El boom de embarazos gemelares experimentado en los últimos años tiene, en el grueso de las estadísticas, el sello de una fecundación in vitro. «La estimación que hemos hecho es que podrán beneficiarse del Banco de Leche Materna de Cantabria entre 30 y 40 niños al año», apunta el director de la institución. Para poder satisfacer esta demanda, «se necesitan madres dispuestas a donar su leche de forma voluntaria y altruista» y que cumplan con una serie de requisitos imprescindibles: estar amamantando a su hijo satisfactoriamente (mínimo tres semanas tras el parto), estar sanas y llevan un estilo de vida saludable.
El proceso que se seguirá para garantizar que la leche «es segura para los bebés que lo reciban» será igual de escrupuloso que el establecido para las donaciones de sangre. El primer paso para las potenciales donantes consistirá en una entrevista con el médico o la enfermera del banco de leche, tras la cual se pedirá la firma del consentimiento informado. Si no se ha detectado ningún inconveniente, se le extraerá una muestra de sangre que será analizada para descartar infecciones (como VIH o Hepatitis). Las candidatas que pasen este filtro recibirán el material necesario para la recogida de leche de forma segura y cómoda, que incluye un sacaleches eléctrico, bolsas de esterilización, frascos de recogida, una bolsa isotérmica y las instrucciones detalladas por escrito «para evitar la contaminación de la leche durante el proceso de extracción», que se podrá realizar en casa o también en el propio hospital, si tienen al hijo ingresado.
José Luis Arroyo, Director del Banco de Leche
«La leche se congelará inmediatamente y se almacenará en el domicilio hasta un máximo de dos semanas, que será cuando el personal del banco acudirá a recogerla y se encargará del transporte». Arroyo subraya que «la leche donada, una vez procesada y con total garantía de seguridad, será de uso exclusivo para el hospital. Los pediatras de la Unidad de Neonatología de Valdecilla nos solicitarán los biberones que necesiten y, antes de administralos, los padres de los bebés a los que irán destinados deberán autorizarlo», aclara. El coordinador de la Unidad, Daniel Gutiérrez, destaca que «una buena nutrición con leche materna es la mitad del trabajo para sacar adelante a un gran prematuro, ya que aumenta sus defensas y disminuye la tasa de enterocolitis -inflamación intestinal grave de los reción nacidos-», pero además, añade el neonatólogo, «no solo será muy útil para los prematuros, que son el mayor grupo, sino también para bebés con problemas digestivos».
La apertura del banco de leche coincide con el impulso que se está dando en Valdecilla a la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN), promovida por Unicef y la OMS. El hospital acaba de ser aceptado en la primera de las cuatro fases en las que está estructurada su implantación hasta alcanzar la acreditación. De entrada, acaba de aprobarse una normativa específica sobre lactancia materna, que cuenta con todo el apoyo institucional y de los profesionales del bloque materno-infantil, como subraya Pilar Cortázar, neonatóloga y presidenta de la comisión creada en junio para impulsar la humanización y la lactancia materna.
Daniel Gutiérrez, Coordinador de Neonatología
«En Valdecilla no hemos tenido que empezar de cero, porque ya había mucho trabajo hecho, como por ejemplo la no separación del recién nacido de su madre tras el parto. Pero estamos en un momento óptimo para impulsar el resto de objetivos de la iniciativa IHAN», porque «hay buena sintonía» entre la Administración y los profesionales. En este sentido, uno de los retos pendientes es «la introducción del contacto piel con piel con la madre en caso de cesáreas -ahora el recién nacido se queda con el padre-». Entre las novedades más recientes destaca la creación de la figura de la coordinadora de lactancia materna, a cargo de la enfermera Carolina Lechosa, partícipe junto a Cortázar en el asesoramiento para la puesta en marcha del banco de leche.
El almacenamiento de las donaciones se ubica en el Hospital de Liencres, junto a las dependencias del Banco de Sangre. Las instalaciones se han dotado con cámaras de conservación, un pasteurizador y una aplicación informática para garantizar la trazabilidad. «Haremos un control nutricional de todas las donaciones para conocer la cantidad de grasas, proteínas, hidratos y calorías que aporta cada biberón, que llevará toda esa información en el etiquetado. Así los neonatólogos utilizarán el que necesiten en función de las necesidades de cada niño», apunta. De este control se encargará directamente el Laboratorio Interprofesional Lechero de Cantabria, con quien se ha firmado un convenio de colaboración. El director del Banco de Sangre, responsable también del de leche, insiste en la seguridad del proceso, siguiendo las recomendaciones internacionales, y recuerda que «se puede donar la cantidad de leche que se pueda, no hay un mínimo para ser donante». Un pequeño gesto para ayudar a grandes héroes, como los 34 bebés de menos de 1.500 gramos que nacieron en Valdecilla el año pasado.
es la cifra de bebés que se estima que podrían beneficiarse al año del banco de leche de Cantabria.
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Ana del Castillo
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