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JOSÉ CARLOS ROJO
SANTANDER.
Lunes, 30 de octubre 2017, 07:54
Su perfil es eminentemente técnico: «En cierto modo creo que mi trabajo tiene poco que ver con la política. Más bien es gestión pura y ... dura»; por eso prefiere el segundo plano. Bióloga de formación, Marta Ana López (Madrid, 1973) llegó hace dos años a la Dirección General de Pesca y desde entonces la actualidad informativa le ha mantenido alerta. Primero por la lucha por aumentar las cuotas de pesca para la flota cántabra. Después por la labor para resucitar del sector marisquero, que ha pasado dos años seriamente tocado por la esquilmación de los recursos. Y ahora por la polémica que ha suscitado la pesca de arrastre pelágico de los barcos franceses en la costera del bonito, una técnica mucho menos sostenible que la tradicional utilizada por los pesqueros españoles, y que además podría terminar por hacer peligrar la sostenibilidad de la especie.
-Lo peor de este último asunto es que el Gobierno cántabro tiene poco margen de maniobra...
-Nosotros estamos trasladando a la Secretaría General de Pesca, en Madrid, todo el descontento que existe en la flota cántabra. Entendemos que el arrastre es una técnica legal en la Unión Europea, y que por eso es lógico que países como Francia lo utilicen en la costera del bonito, que se desarrolla en aguas internacionales; pero supone un agravio comparativo importante respecto a los barcos españoles y además destroza la pesquería.
-Los cántabros han logrado incluso certificarse con el sello MSC que asegura la pesca sostenible.
-Por eso es importante que el Ministerio acuda a Bruselas con las reivindicaciones claras, porque si aquí tratamos de hacer las cosas bien, de manera sostenible y para dar valor al trabajo, no tiene sentido que los demás lo estropeen.
-La lucha por las cuotas es otra asignatura importante en Bruselas, y ahora, a final de año, hay que pasar el examen.
-Para la sardina ya se ha anunciado una veda total, y nos preocupa aún más la reducción de la del verdel, que caerá entre el 20% y el 40%.
-El impedimento de pescar este último puede tener mucho impacto en la flota cántabra.
-Por eso ahora es importante que cada país defienda su dependencia socioeconómica de una especie concreta, para que dentro de las posibilidades, podamos tener mayor cupo. Sabemos que desde Madrid se está trabajando mucho para que no lleguen muy malas noticias, pero habrá que esperar a diciembre a ver qué pasa.
-Puede ser un golpe muy serio para los barcos pequeños, familiares, que ya han pasado a ocupar un segundo plano en favor de los más grandes.
-Pertenecen a una flota que se ha visto afectada en los últimos años porque al dedicarse a las artes fijas, dependen más de las cuotas del verdel o la merluza frente a esos más grandes que tienen un abanico más amplio con la anchoa o el bonito. Nosotros aquí estamos trabajando para que puedan seguir ahí y para que además estén bien. Estamos haciendo informes sobre la dependencia real que muchos de estos pesqueros tienen de ciertas especies para poder así defender las cuotas más amplias para los que de verdad lo necesitan.
-Ha hablado de forma recurrente de la reinvención del sector. Una vía que podría transformarse hacia el turismo pesquero.
-Se está implementando con éxito en otros lugares de España y está funcionando muy bien con estos barcos más pequeñitos porque son mucho más asequibles para las visitas familiares. El Ministerio está trabajando en la normativa en este sentido y por eso aún tenemos que esperar.
-¿Quizá otra forma de revitalizar el sector pesquero y agroalimentario cántabro sea potenciar los sellos de protección?
-Tanto las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) como las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) son claves para proteger los productos. Hace unos días el director de la Odeca ha acudido al Consejo Consultivo del sector del Cantábrico para presentar el proyecto de IGP de la anchoa del Cantábrico. Será una forma de valorar la pesca y el trabajo hecho aquí. Lo que tenemos que lograr para finales de año es poner de acuerdo a todos los empresarios implicados, y son unos cuantos porque el sello abarcaría a Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco.
-En el caso de los quesos con DOP, algunos productores protestaron porque la reducción del ganado menor, oveja y cabra, pone en peligro el abastecimiento de leche de la tierra.
-Ha habido un abandono paulatino del campo, sobre todo por parte de la gente joven. Por eso nosotros llevamos tiempo trabajando en esto y ofrecemos ayudas de diversos tipos. En los últimos tiempos muchos empresarios jóvenes han aprovechado el auge de la agricultura y ganadería ecológicas.
-¿Hace falta que los profesionales se formen para los nuevos retos del sector?
-Estamos haciendo formación para animar a más gente en el proceso industrial de la transformación y explicamos las posibilidades del producto ecológico.
-También habrá que ampliar mercados...
-Y se está haciendo. Cada vez más productores acuden a premios de calidad europeos. La gente demanda etiquetas de ese tipo y son mercados exigentes, que pagan por la calidad. Es importante introducirse ahí. Y para eso nuestro papel es fundamental.
-Ahora mismo han cerrado la orden de ayudas a la transformación de productos agrícolas, que casi es de 10 millones de euros.
-Además estamos contentos porque hubo unos años en que la inversión privada cayó muchísimo y ahora se está recuperando con fuertes inyecciones de capital que han revitalizado enormemente esta industria. La empresa láctea, por ejemplo, ha sido clave en el empujón del sector ganadero. Y así los profesionales, que durante un tiempo pasaron tiempos muy complicados, empiezan a estar más tranquilos porque tienen contratos más serios e incluso se ha subido el precio de la leche.
-Queda pendiente aprobar el nuevo presupuesto. Pero para eso la situación de aguas revueltas en el Gobierno no es lo mejor.
-No somos ajenos a la situación política, claro que no. El equipo del PRC se mantiene unido y trabaja muy bien. Ahora esperamos que los socios sean capaces de coordinarse para entre todos sacar adelante y aprobar el presupuesto, que es lo que ahora hace falta. De hecho tenemos muchas esperanzas de aumentar las ayudas al sector pesquero.
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