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Marta San Miguel | Guillermo balbona
SANTANDER.
Domingo, 4 de marzo 2018, 19:01
Desde hace una semana, algo cojea en las estanterías de Historia. La unanimidad ya no existe sobre un tema tan palmario como quién hizo las primeras pinturas rupestres. La nueva interpretación surgida tras la datación del arte rupestre de La Pasiega, Maltravieso (Cáceres) y ... Ardales (Málaga) ha enfrentado a científicos ante la duda de si las pintaron los Neandertales o sólo pudieron hacerlo los Homo sapiens, como hasta ahora se creía. Mientras la cueva de Puente Viesgo ha sido objeto de análisis del propio New York Times, o investigadores en Europa buscan nuevos yacimientos para contrastar las dataciones con fechas similares, en Cantabria toca preguntarse ¿y ahora, qué?, ¿cómo se convive con la noticia de que bajo el suelo de la región es posible que habite el arte más antiguo de la historia de la humanidad? Con la «cabeza fría», responden desde el Gobierno regional.
La «falta de unanimidad» entre los prehistoriadores marca los primeros pasos dados por el departamento de Francisco Fernández Mañanes, quien ante noticias «de esta naturaleza y la repercusión mediática que acarrean», tira de tacto: «Algunos científicos prefieren mantener una cierta prudencia, otros directamente discuten los resultados», dice, pero donde no hay lugar a dudas es en que La Pasiega sigue cerrada al público, y así seguirá si su conservación lo requiere.
La cueva nunca ha estado abierta al público en un régimen de visita reglado, como puede ser el Castillo o Las Monedas. Hasta ahora, sólo han entrado «visitas especiales (30 personas al año), los responsables de su conservación y unos pocos científicos que la han estudiado fundamentalmente en 1911, en los años 80, y a partir del año pasado, cuando dos equipos distintos solicitaron autorización para trabajar en ella: el que trabajó en los ochenta y quiere ahora rematar la tarea, y un equipo belga que inicia un nuevo estudio con técnicas actualizadas».
Francisco Fernández Mañanes | consejero de cultura
eva ranea | directora general de cultura
Ante la presencia «tan frecuente» de científicos, se restringió cualquier otro uso, en particular en la galería C, «donde se localiza el panel que ha sido ahora datado, es una pequeña cavidad muy próxima a la ladera del monte y, en consecuencia, muy sensible al ambiente y las variaciones exteriores». Además, dice, no sólo es la cueva donde se alcanzan «las temperaturas más altas del Monte Castillo», sino que en la pared donde se ha datado la calcita, «se observan importantes variaciones anuales en la humedad de la roca, sucediéndose una parte del año en que la pared está literalmente empapada de agua y otra en la que se deseca por completo».
La estrategia, por tanto, no pasa por su apertura sino que mira hacia la formación, la divulgación y el debate como única acción en respuesta al hallazgo en La Pasiega, una de las diez cuevas cántabras declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco hace ahora una década. En Cáceres, sin embargo, lo han abordado de otra manera. La Junta de Extremadura, por ejemplo, estudia ya inversiones y planes para potenciar el centro de interpretación que existe en el entorno de la cueva de Maltravieso, y se ha abierto el debate sobre la posibilidad de abrirla al público. Maltravieso es junto con la de Ardales (Málaga) -que sí está abierta al público-, y Puente Viesgo, los tres emplazamientos donde la investigación ha obtenido las dataciones más antiguas (65.000 años).
Ante la pregunta de si se deberían hacer infraestructuras alrededor de La Pasiega, y la falta de oportunidades de visitarla, el prehistoriador Daniel Garrido aboga por «una política de formación para que la gente conozca el método y que cada uno tome sus propias conclusiones», explica el coordinador de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria y uno de los colaboradores del revolucionario estudio: «Creo que en el centro de recepción de visitantes que se va a hacer en Puente Viesgo en torno a Monte Castillo, o en la reubicación del Mupac, estaría bien introducir el fenómeno de La Pasiega, porque no sólo somos únicos por la riqueza del patrimonio arqueológico que tenemos sino también por lo que se refiere a la antigüedad del mismo».
Roberto ontañón | director museo prehistoria
Daniel garrido | Coor. Cuevas Prehistóricas
Cantabria, por el momento, sólo avanzará hacia la divulgación como eje estratégico para empoderar el patrimonio subterráneo de la región, como recoge el Plan Estratégico de Dinamización del Arte rupestre que presentó el pasado verano el entonces consejero Ramón Ruiz. Dicho plan, que establecía líneas maestras para asegurar la conservación y promoción del patrimonio prehistórico con un presupuesto de 25 millones de euros, sigue «en plena vigencia», como aseguran desde Cultura. «Hay que continuar con todo lo bueno que realizó el anterior equipo, y este plan estratégico lo es», dice la directora general, Eva Ranea, de ahí que en su reciente intervención en la Comisión de Cultura, celebrada el pasado miércoles en el Parlamento autonómico, hiciera pública la intención de su departamento de implantar la asignatura de Patrimonio en el currículum educativo de la región. «Queremos que nuestros estudiantes sientan el patrimonio como algo que debe ser conservado para la posteridad», dijo.
Y mientras la idea toma entidad, a corto plazo lo que sí ha hecho es abrir de par en par las puertas del Mupac. «Cuanto más se hable de las cuevas, mejor», dice Roberto Ontañón, director del Museo de Prehistoria de Cantabria y responsable de las Cuevas Prehistóricas de la región. En ese contexto se enmarca la mesa redonda organizada para el próximo miércoles, día 7 (20.00 horas), en la que con una marcada actitud didáctica, cuatro prehistoriadores abundarán en el conocimiento como forma de protección. Los invitados son los catedráticos Manuel González Morales y Pablo Arias; Diego Gárate, doctor e investigador Ramón y Cajal en el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas, y el propio Ontañón. «Para conservar hay que conocer, y no se puede divulgar lo que no se conoce», sostiene el responsable del Mupac, para quien la mesa tiene una voluntad «puramente didáctica»: «El objetivo es informar al público para que tengan conocimientos suficientes con los que enfrentarse a noticias de este ámbito». No es sobre La Pasiega, advierte, a pesar de que el título sea '¿Pintaron los neandertales las cuevas de Cantabria?'. «El título es un gancho», aclara, «queremos que los ciudadanos acudan al museo, que conozcan cómo funcionan los medios de datación, informarles sobre cómo se realizan las investigaciones».
La riqueza y diversidad del patrimonio cántabro es innegable. La cuestión radica en si realmente existe conciencia de ello y en qué medida el Gobierno regional potencia la labor de difusión. Desde Cultura se destaca que esa es una tarea que debe ser mantenida con constancia. «Estamos trabajando en esa línea, por ejemplo, en el marco del Protocolo de Colaboración con Dordoña, que tiene como foco la riqueza en arte paleolítico de ambas regiones. Y, en este sentido, se está diseñando una exposición y se van a realizar en breve intercambios de estudiantes y también un campo de trabajo este próximo verano».
Los trabajos en marcha para el nuevo Mupac y el Centro de arte rupestre / Parque arqueológico en Puente Viesgo, subrayan desde el Gobierno, «van precisamente en esa línea y pondrán a la región en el lugar que le corresponde en función de su riquísimo patrimonio».
Los últimos años, además, están siendo prolíficos en el descubrimiento paralelo de nuevas cuevas decoradas en la región. En 2015 se produjo el hallazgo de la Cueva Auria, en Peñarrubia, que originó el diseño y puesta en marcha, desde la propia Consejería de Cultura, de un proyecto de investigación orientado a la exploración de las cavidades de la región y que ha tenido ya como resultado el descubrimiento, en dos años, de cuatro nuevos sitios con arte parietal paleolítico en Cantabria. Gracias a este proyecto denominado ‘Estudio de conjuntos de pinturas rojas de posible cronología paleolítica en la Comunidad Autónoma de Cantabria’, se registran ya setenta cuevas con arte paleolítico en la comunidad.
El próximo mes de julio se cumple una década de la declaración de la Unesco que catalogó como Patrimonio de la Humanidad nueve cuevas cántabras de un tirón: Chufín, Hornos de la Peña, Monte Castillo –en la que se encuadran las cavidades de Las Monedas, El Castillo, Las Chimeneas y La Pasiega–, el Pendo, La Garma y Covalanas. Desde Cultura se trabaja en diversos frentes e instituciones, tanto nacionales como regionales, para ofrecer este año «un programa donde se incluyan seminarios, coloquios y otras acciones divulgativas como la edición de una guía de las cuevas patrimonio mundial que esperamos poder distribuir en Semana Santa».
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