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Los descubrimientos en la cueva de La Pasiega abarrotaron anoche el Museo de Prehistoria. Aunque la mesa con cuatro expertos estaba convocada con un sentido didáctico, para explicar sobre todo los métodos de datación del arte rupestre en general, las preguntas del público obligaron a los especialistas a 'mojarse'. Y todos llegaron básicamente a una conclusión similar. «Con la información que tenemos en la mano no es suficiente para plantearlo de esta manera». O sea, para concluir que los neandertales pintaron en las cuevas de Cantabria. No negaron que pudiera ser así, pero les pareció que, con los datos obtenidos, «tal vez sea aventurado hacer estas afirmaciones». «Antes de establecer grandes teorías interpretativas necesitamos más y mejor información», resumió Roberto Ontañón, director del Mupac. Y todos los que se sentaron para participar parecieron estar conformes con la afirmación.
El museo estaba lleno. Hasta el punto de que habilitaron una segunda sala para que el público pudiera seguir las intervenciones de la mesa redonda a través de un plasma. Y, aún así, hubo personas que siguieron el acto de pie. Empezó el catedrático de Prehistoria Pablo Arias con un repaso de los diferentes métodos de datación utilizados a lo largo de la historia. Su compañero en el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas, Manuel González Morales, repasó investigaciones y casos como los de las cuevas de Chauvet o Cosquer. Y, por último, Diego Gárate, investigador del programa 'Ramón y Cajal', trasladó métodos y ejemplos a las cavidades de la cornisa cantábrica.
Fue él quien entró de lleno en La Pasiega. «Teníamos dataciones por series de uranio con manos, puntos y figuras rojas en el inicio del Paleolítico Superior, entre 40.000 y 27.000 años. Disponíamos de una información muy coherente. Pero si estamos hoy aquí es porque hay unas nuevas dataciones que no encajarían con lo que teníamos hasta el momento». Después de ir al detalle de las figuras y de las dataciones dispares en el estudio (de 1.100 años a casi 65.000, la que ha despertado el interés) pronunció una frase que marcó en adelante el hilo de las conclusiones: «Algunos consideramos que hace falta más información».
Pablo Arias | Catedrático de Prehistoria
Manuel González Morales | Catedrático de Prehistoria
«Estos resultados nos advierten de la dificultad de establecer grandes teorías a partir de un único dato», resumió Ontañón tras la primera pregunta del público. «Cuando tienes una serie de diez dataciones y una da fuera de rango tiendes a pensar que puede estar equivocada y lo que tratas es de probar con otros medios para no quedarte con el dato puntual», siguió Gárate.
Arias se preguntó si «en una disciplina menos dada al sensacionalismo un artículo de este tipo hubiera pasado el filtro». González Morales, por su parte, se centró en la dificultad para avanzar si «cuando sale una fecha aberrante en las dataciones -así se denomina a la distinta, a la que está más alejada en una serie-, no sólo no se considera un error sino que se toma como la buena».
Fue una coincidencia general dentro de una llamada «a la mesura». Y lo hicieron a través de lo habitual en los procedimientos. «La fecha puede estar bien, pero el problema es qué estamos datando». Así llevaron el discurso hacia la importancia de la interpretación al obtener un dato distinto en una serie -uno tan importante que cambia lo que se piensa de los neandertales-. «Puedes poner la fecha en el contexto de lo que tenías anteriormente y seguir investigando o hacer 'tabula rasa' de lo que se sabía antes y utilizar la fecha anómala como base de tu estudio».
Diego Gárate | Investigador 'Ramón y Cajal'
Roberto Ontañón | Director del Mupac
Fue la línea de las intervenciones y también de las preguntas. Una de las más curiosas fue la de un padre que pidió a los ponentes un titular concreto para explicarle a su hija. «Ha venido del colegio diciéndome que la profesora les ha dicho que tienen que cambiar la fecha del libro de Santillana. La que pone de cuándo son las primeras pinturas rupestres», contó. Fue ya casi al final del acto, antes de que el catedrático González Morales hiciera sonreir a todos con una frase final: «¿Ha quedado ya todo el mundo lo bastante decepcionado?».
‘¿Pintaron los neandertales en las cuevas de Cantabria?’. Así titularon la mesa redonda de ayer y el lleno en el Museo demostró que el título tenía gancho. «Lo que queremos, vista la euforia que se ha desatado, es ofrecer una información reflexiva. Los que participan no están invitados para que debatan o polemicen», explicó de entrada Ontañón al hilo de las noticias sobre la cueva de La Pasiega. Y todos los ponentes, en sus intervenciones, se mostraron satisfechos por la presencia de un público tan numeroso. Tanto, que tuvo que repartirse en dos salas y poner una pantalla.
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