Miguel Mirones, que es presidente de la Asociación Nacional de Balnearios, ha comparecido en la Audiencia de Cantabria junto a uno de sus hermanos, Santos, acusados ambos de un presunto delito de apropiación indebida en la compraventa de un negocio familiar dedicado a la explotación de balnearios.
La Fiscalía sostiene que Miguel Mirones y su hermano Santos incurrieron en una apropiación indebida porque orquestaron una maniobra fraudulenta para controlar la sociedad familiar y expulsar a sus hermanos, quienes, según el Ministerio Público, se vieron perjudicados económicamente por los términos de la operación.
El Ministerio Fiscal solicita por ello para Miguel Mirones y para su hermano Santos Miguel dos años de cárcel y multa, o alternativamente 18 meses por administración desleal.
Sus hermanos, que ejercían la acusación pero que este mismo martes se han retirado de ella al inicio de la vista oral, pedían tres años y nueve meses de prisión por delito societario para Miguel Mirones, así como inhabilitación para el cargo de administrador o miembro de consejos de administración de empresas de hostelería, y tres años para el otro acusado, Santos Mirones.
Un acuerdo al filo de la medianoche
Pero al inicio del juicio el abogado de los hermanos ha comunicado al tribunal que se retiran de la acusación y se ha disculpado por no haberlo comunicado antes porque se llegó a un acuerdo «al filo de la medianoche».
La retirada de los hermanos de Miguel Mirones ha supuesto que la Fiscalía queda como una única acusación. Además, por la Sala solo ha pasado en calidad de testigo uno de los hermanos, Javier, el único que tenía funciones directivas en la sociedad junto al expresidente de la patronal cántabra, y que se ha acogido a la dispensa legal para no declarar por razón de su parentesco. Otras hermanas y socias estaban citadas pero solo por la acusación particular que se ha apartado del proceso, de modo que ya no declararán.
Esta causa por la que Miguel Mirones está acusado se originó por la venta de un paquete de más de un millón de acciones de la sociedad familiar Tres Mares SA a Estratac SL, de la que él y su hermano Santos son socios al 99 % y al 1 %, respectivamente. La Fiscalía sostiene que la venta de esas acciones se hizo «sin conocimiento del resto de socios y con claro perjuicio» para ellos, y subraya que se realizó por debajo del valor económico y en unas condiciones que en modo alguno hubieran aceptado esos socios.
Sus hermanos estaban al corriente, según Miguel Mirones
Sin embargo, tanto Miguel Mirones como Santos Mirones lo han negado y han dicho que sus hermanos estaban al corriente de la compraventa y de sus términos, porque era una empresa familiar y todo lo relativo a ella se hablaba con frecuencia en reuniones familiares.
«Era una empresa familiar y lo que iba a ocurrir y la operación se hablaba en el seno de la familia. Fue una operación pactada y acordada», ha asegurado Miguel Mirones, que ha recalcado que todos estaban de acuerdo y que éste era un tema recurrente en comidas, encuentros en casa de su madre y otras reuniones.
Miguel Mirones ha añadido que en una reunión que hubo en el despacho de un primo se llegó al acuerdo de vender las acciones y que al día siguiente su hermano Javier, que fue uno de los querellantes, le mandó un correo electrónico en el que quedaban plasmadas las condiciones, lo que demostraría que eran conocedores de todos los detalles. Según su relato, se plasmaron todos los detalles de la operación, incluido que no se pagaran intereses por el aplazamiento del pago, que estaban incluidos en una mejora del precio de la acción.
Sin embargo, la Fiscalía considera que las acciones se pagaron por debajo de su valor, sin pactar interés alguno en el aplazamiento, y sin garantías para asegurar el pago.
Un día antes de ser cesado
La operación la realizó Mirones, según el Ministerio Público, un día antes de ser cesado como administrador de la sociedad familiar Balnearios y Hoteles de Cantabria (BALYHO SL), cuyo principal activo era la participación en Tres Mares, cuando ya estaba convocada la junta de socios en cuyo orden del día figuraba dicho cese.
Sin embargo, Miguel Mirones ha destacado que tuvo que acelerar la operación por «presiones» de sus hermanos y que además puso personalmente avales, que los otros socios no quisieron asumir, para salvar la empresa, después de que su hermano Javier advirtiera en un consejo de que había un problema de tesorería que podía llevar a una insolvencia.
«Yo ofrecí un aval personal, que ha llegado a ser de 9 millones de euros, y se logró salvar la situación de Tres Mares y de Balnearios y Hoteles de Cantabria, porque sí la otra empresa entra en situación de concurso la arrastraba», ha señalado.
Dado que los hermanos de Miguel y Santos Mirones se han retirado de la acusación las defensas han solicitado que se declare que no ha lugar a las reclamaciones indemnizatorias. El Ministerio Fiscal, por su parte, no ha alterado su escrito de acusación y mantiene sus peticiones. El juicio continúa mañana.
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