El cartel de 'cerrado' coronaba este viernes sendas puertas principales del hotel Campomar, en Isla. La investigación tratará de esclarecer el origen del escape de gas que afectó a 92 personas en la mañana del jueves y que ha provocado el fallecimiento ... de José Manuel Calleja, el hombre de 62 años que se encontraba en estado crítico. Fuentes de la Consejería de Turismo e Industria confirmaron que los técnicos del Gobierno trabajaron sobre el caso desde primera hora de la mañana del viernes. Según indica la legislación, le corresponde al propietario la responsabilidad de llevar a cabo las inspecciones correspondientes del suministrador de combustible para verificar que el funcionamiento de todo el sistema es correcto.
Preguntada por este periódico, la gerente del hotel Campomar prefirió no entrar en detalles de esta índole: «Lo único que me preocupa ahora es que no haya más víctimas. Estamos destrozados y necesitamos que todos los afectados se recuperen lo antes posible. No podemos hacer más declaraciones porque estamos rotos». Rocío Campo aseguró el día del accidente que era el primer problema que sufrían en el hotel en los 35 años de funcionamiento del establecimiento.
Horas después emitía un comunicado para dejar claro que «el establecimiento hotelero permanecerá cerrado el tiempo necesario mientras se desarrollen las investigaciones y las pruebas necesarias para esclarecer el suceso». «Desde el primer momento, la gerencia y empleados de este hotel han ofrecido la máxima colaboración para facilitar la labor de los servicios de Protección Civil y Emergencias en apoyo a las víctimas. También se han puesto a disposición de la Guardia Civil, que ha abierto las necesarias diligencias para esclarecer el suceso, poniendo toda la información y documentación de la que se dispone».
El hotel permanecerá cerrado el tiempo que dure la inspección de los técnicos
Desde la consejería de Industria se aseguró que sus técnicos trabajan por verificar que efectivamente la cadena de control de la instalación se ha cumplido, pero aún carecen de un informe que aclare la situación.
Preocupación en el sector
Lo que algunos profesionales del sector turístico temen es que dos casos tan cercanos, como el accidente de Isla y el brote de legionela, que causó otro muerto en el Balneario de Liérganes, puedan repercutir en las reservas.
Tanto el presidente de la Asociación de Hostelería, Ángel Cuevas, como el de Turismo Rural, Jesús Blanco, confían en que estos dos hechos no afecten a la llegada de viajeros a Cantabria en los próximos meses porque «en cualquier caso son episodios muy tristes, pero aislados, que pueden ocurrir en cualquier provincia».
«Te quedas preocupado, claro, pero estoy convencido de que los responsables de los establecimientos de Liérganes e Isla lo tienen todo controlado», apunta Blanco. «El turismo es muy sensible cuando ocurren este tipo de sucesos, pero no dejan de ser dos accidentes y deben quedarse en eso».
Facua-Consumidores en Acción, por su parte, ha reclamado al Gobierno cántabro que aclare las causas que han provocado el escape de monóxido de carbono que ha causado un fallecido. Y la asociación, a instancias de su delegación territorial en Cantabria, ha remitido un escrito a la Consejería de Innovación, Industria, Turismo y Comercio solicitando que abra una investigación y depure responsabilidades tras la intoxicación.
Facua apela a lo establecido en la Ley 5/1999 de Ordenación del Turismo de Cantabria, que advierte a los establecimientos turísticos de que «deberán cumplir las exigencias mínimas de infraestructuras establecidas en la normativa de aplicación». Según informa en un comunicado, la norma señala que «la Dirección General con competencias en materia de turismo comprobará la adecuación o no de las instalaciones existentes a la declaración responsable presentada por el titular. A tal efecto, se comunicarán las deficiencias detectadas para su subsanación».
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