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La vicepresidenta de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, en la sede del Ejecutivo ROBERTO RUIZ
«Es una irresponsabilidad que Zuloaga traslade al Gobierno la fractura del PSOE»

«Es una irresponsabilidad que Zuloaga traslade al Gobierno la fractura del PSOE»

Eva Díaz Tezanos. Vicepresidenta de Cantabria y exsecretaria general del PSOE ·

«Me voy a quedar con mi equipo. Hasta ahora no he oído un razonamiento serio para hacer cambios. No quiero pensar que sea una purga o una vendetta contra algunas personas que están haciendo un buen trabajo»

Enrique Munárriz

Santander

Domingo, 20 de agosto 2017, 12:08

Tras la pérdida de la secretaría general del PSOE cántabro hace algo más de un mes, Eva Díaz Tezanos no piensa tirar la toalla ni está dispuesta a ser una marioneta en el Gobierno. La vicepresidenta de Cantabria anuncia que va a acabar la legislatura en el Ejecutivo, no va a permitir que nadie toque a su equipo y recuerda que los únicos con potestad para relevar a los cargos de confianza son los consejeros.

–¿Por qué ha guardado silencio tanto tiempo?

–No ha sido silencio. He estado esperando para ver qué pasos daba el secretario general, que lógicamente es al que le tocaba actuar. Creo que se ha tomado un tiempo de reflexión.

«Para que dos bailen debe haber armonía, porque si no hay tropezones, y de momento no la ha habido»

–¿Se va a quedar en el Gobierno?

–Soy una mujer de palabra e intento siempre cumplir mis compromisos. Lo he demostrado a lo largo de toda mi carrera política. En 2015 adquirí uno con mi partido cuando encabecé la lista del PSOE y le voy a cumplir. Voy a seguir con mis responsabilidades como vicepresidenta delGobierno y a tomar medidas para contribuir a cambiar la vida de los ciudadanos. Obviamente, eso incluye también al equipo que está haciendo posible esas políticas que los socialistas estamos llevando a cabo en el Gobierno de Cantabria. Un equipo en el que confío y que está haciendo un gran trabajo. Todos van a continuar.

–Usted dijo que una desautorización de la militancia tendría consecuencias, ¿qué ha pasado para cambiar de opinión?

– Consecuencias ha habido. Es evidente que hay una situación de inestabilidad política y que el partido está fracturado.

–¿La ha convencido su equipo y los alcaldes para seguir?

–He tenido la suerte de contar con muchos militantes y alcaldes y alcaldesas durante las primarias. Me siento orgullosa de todos ellos y de la labor que están desarrollando desde los gobiernos locales, porque están contribuyendo a cambiar la vida de sus vecinos. Ellos me han trasladado la necesidad en estos momentos de tener estabilidad institucional, para consolidar los proyectos municipales y porque eso es bueno no ya sólo para el PSOE, sino para el futuro de esta tierra y de sus ciudadanos. Esta reflexión me la han hecho llegar y, por tanto, mi futuro inmediato es seguir como vicepresidenta y llevar a cabo las políticas socialistas que están cambiando el rumbo de esta Comunidad.

«Nadie se imaginaría a la secretaria general de Torrelavega diciéndole al alcalde qué cambios hacer»

–¿Zuloaga se equivoca al querer hacer cambios en el Gobierno?

–Hay que hacer una reflexión y un poco de pedagogía. No es entendible que se ratifique la buena labor que estamos haciendo los consejeros socialistas en el Gobierno, como ha puesto de manifiesto en varias ocasiones el secretario general, y que se cuestione al mismo tiempo a los equipos de confianza que están haciendo posible esas políticas. Por lo tanto, esto no puede ser. Aquí la única base para que se produzca un relevo es que un cargo público no cumpla sus funciones con responsabilidad, eficacia y honradez; y esa circunstancia no se da. Las personas que me acompañaban estaban capacitadas, cualificadas, comprometidas y tenían muy claro que el objetivo era trabajar durante esta legislatura para cambiar las políticas de empleo, educativas, sanitarias y sociales... Y desde el minuto uno esas personas están haciendo un buen trabajo y una buena gestión. Estamos en el ecuador de la legislatura y somos un equipo cohesionado que está dando la talla y, por lo tanto, no tiene ningún sentido que en estos momentos y sin ningún tipo de razonamiento, porque no he oído ninguna argumentación sólida, se ponga en cuestión la gestión de algunas personas.

–Entonces, ¿no hace falta reforzar ningún área como recalca el nuevo líder?

–Es que no puede poner en valor la buena gestión que hacemos y al mismo tiempo cuestionar los equipos. A mí lo que realmente me entristece es que en estas semanas el PSOE sea sólo noticia por quitar o poner cargos públicos en el Gobierno y no por cuestionar las políticas que el PP está llevando a cabo desde el Gobierno central y su maltrato a Cantabria.

«No es entendible que se respalden las políticas y a la vez cuestionar a los cargos que las desarrollan»

–¿Qué va a hacer cuando el secretario general le ponga encima de la mesa la lista con los cambios?

–Le vuelvo a decir, que no hay ni un sólo argumento ni una sola razón para el cuestionamiento de determinadas personas. Los cargos de confianza del Gobierno no los decide el partido, ni en la política municipal ni en la autonómica ni en la estatal. ¿Se imagina usted a la secretaria general de Torrelavega exigiéndole al alcalde de la ciudad que cambie a sus personas de confianza y modifique las competencias de los concejales socialistas? Obviamente, hoy en el PSOE de Cantabria tenemos una bicefalia y cada uno tiene sus funciones y competencias. Y estamos obligados a entendernos y a convivir sin choque de legitimidades y competencias. El secretario general tiene que dirigir el partido desde Bonifaz y yo gobernar para los ciudadanos desde Peña Herbosa.

–Llegado el caso, los únicos que puede cesar son usted y sus consejeros, ¿estaría dispuesta a no hacerlo para mantener a su equipo?

–Efectivamente, en el Gobierno de Cantabria el único que puede cesar a los consejeros es el presidente Revilla y los consejeros somos los que elegimos a nuestro equipo de confianza y los únicos que tenemos potestad para proponer los nombramientos y cambios de los altos cargos. Y los cambios, como he dicho, se producen en el momento en que un cargo público no ejerce sus funciones con eficacia y honradez, y le puedo decir, que no es el caso.

«No es entendible que se respalden las políticas y a la vez cuestionar a los cargos que las desarrollan»

–Los cambios que han sonado durante este proceso están ligados especialmente a los Servicios Sociales,Sodercán, Medio Ambiente... ¿Hay una obsesión con el departamento que usted dirige?

– No lo sé y no alcanzo a entenderlo. Se han puesto en valor las políticas sociales y no he oído razón para cuestionarlas. No lo entiendo. Lo que le puedo decir es que en estas semanas he recibido llamadas de distintos representantes del ámbito social mostrando su preocupación por lo que se estaba oyendo y tenían miedo a que se pudiera quebrar la buena gestión que estábamos llevando a cabo.

–El exsecretario de Organización y alcalde de Colindres, Javier Incera, dijo que esperaba que no hubiese purgas. ¿Hay una detrás de los cambios?

– Quiero creer que no hay ningún tipo de vendetta, purga o limpieza selectiva en el Gobierno, que es lo que se ha llegado a decir. Yo he sido secretaria general del PSOE durante cinco años y mi máximo objetivo fue fortalecer al PSOE. La función más importante de un secretario general es aunar y tejer alianzas entre las distintas sensibilidades del partido. El cuestionamiento de compañeros que están desarrollando una buena gestión, lo único que hace es debilitarnos interna y externamente. A los socialistas en el Gobierno y al PSOE en su conjunto. Esta situación erosiona la imagen y la gestión de los socialistas en el Gobierno.

–Ni siquiera se molestan en ocultar su fractura interna cuando van a los actos y ni siquiera son capaces, salvo contadas excepciones, de fotografiarse juntos. ¿La dirección del partido va por un lado y ustedes por otro?

– No estoy muy pendiente de las redes sociales. Pero el secretario general no puede trasladar alGobierno y al resto de instituciones la fractura y la división interna que existe en el partido y que no podemos negar. Es una irresponsabilidad, porque esto sí que tiene repercusión en la vida de los ciudadanos. Por eso, quiero mandar un mensaje de tranquilidad y de confianza a la ciudadanía y decirles que los consejeros y yo, como vicepresidenta, vamos a seguir trabajando para garantizar la estabilidad del Ejecutivo y seguir cumpliendo nuestros compromisos electorales.

«Nadie me ofreció la presidencia del partido, me enteré por los medios de comunicación»

–¿Es un error dejar a un lado al poder institucional y a los alcaldes que la respaldaron a usted?

–El secretario general y la nueva dirección tienen que hacer un esfuerzo para integrar a todo el mundo, para gestionar las discrepancias y convertir las distintas formas de pensar que existen en una diversidad que enriquece al partido. Los alcaldes necesitan un partido fuerte y unido para llegar en las mejores condiciones a las próximas elecciones. Al PSOE cuando mejor le ha ido es cuando ha estado unido y haciendo políticas desde las instituciones. Sé de lo que hablo. Cuando llegué a la secretaría general hace cinco años me encontré un partido dividido y que acababa de perder el Gobierno. Y me marqué dos objetivos: unir al partido y recuperar el Gobierno, y eso se hace desde el diálogo y empezando a tejer alianzas. Y muestra de ello es que hoy dentro de mi propio equipo de gobierno, hay gente que no me apoyó en aquel momento, pero que está haciendo una gran labor en el Gobierno y en la que confío plenamente.

–El secretario general la acusó directamente de torpedear su llegada al PSOE durante su discurso de proclamación cuando dijo aquello de «dos no bailan si uno no quiere...» ¿Le ha puesto palos en las ruedas?

–Estuvo muy desafortunado con ese comentario. Mire, a mí me gusta mucho bailar y estar al día de la música que suena en cada momento. Pero para bailar en pareja tiene que haber armonía para dar los mismos pasos, porque en caso contrario se tropieza torpemente. Y hasta ahora no la ha habido. No pongo en duda que el secretario general tenga voluntad de conseguir esa armonía para poder bailar al compás, pero hasta ahora no la ha habido. Los primeros pasos no parecen ir en la dirección del entendimiento y del consenso. En mí encontrará siempre lealtad y colaboración.

–¿Prohibió a la gente de su entorno que se integrara en su dirección?

– En ningún momento. Tengo la suerte de militar en un partido en el que todos los militantes son personas adultas que toman sus propias decisiones. Personas que actúan con absoluta libertad para votar en unas primarias y para decidir dónde quieren o no quieren estar. Las personas que han rechazado formar parte de la nueva Ejecutiva lo han hecho de manera personal y, sobre todo, libre.

–Ha recibido críticas por no aceptar la Presidencia del PSOE después de las primarias, ¿por qué la rechazó?

–Permítame que diga que hasta ahora no me he pronunciado al respecto. Y lo primero que quiero hacer es manifestar que ocupar cualquier cargo orgánico en el PSOE es un auténtico orgullo. Creo que fueron Cristina Narbona y Amparo Rubiales las que han dicho que es un honor ser presidentas del partido y lo comparto plenamente. Las dos, que están en torno a los 70 años, han tenido una dilatada carrera política que ellas mismas han decidido dar por concluida con un cargo meramente representativo. Pero yo no me siento en ese mismo momento ni político ni personal. Yo sigo activa políticamente. Además, tengo que decir que me molestó el juego que se hizo al respecto. Nadie me hizo ese ofrecimiento. Me enteré por los medios de comunicación, el secretario general lo anunció sin habérmelo comentado a mí en privado y haber esperado la respuesta.

«No descarto presentarme a la Presidencia en 2019»

–¿Aspirará a las primarias por la Presidencia del Gobierno en 2019?

–En política, el futuro está determinado por el presente. Mi futuro político inmediato es liderar las políticas socialistas desde el Gobierno y cumplir los compromisos que adquirí para revertir los daños causados por el PP. Quedan dos años por delante. Falta tiempo y todo dependerá del escenario político que se dibuje en ese momento, pero no descarto presentarme. Me encuentro con las mismas ganas y fuerza que hace dos años, pero además cuento con un mayor conocimiento de los problemas de la región y con un mayor bagaje y experiencia en la gestión de Gobierno.

–¿Le dolió que durante el Congreso Regional se intentase impedir inicialmente a los medios el acceso a su balance de gestión?

–Fue triste y lamentable llegar a esa situación. Me enteré minutos antes, cuando vi que se retrasaba mi intervención, y lamentablemente me sorprendió. Yo nunca lo hubiera consentido y menos cuando durante todo el proceso de primarias se han estado autoproclamando como la candidatura de la transparencia. Si decimos transparencia, hacemos transparencia. Porque, si no hacemos lo que prometemos, nunca recuperaremos la confianza y la credibilidad de los ciudadanos.

–Zuloaga dijo en una entrevista con este periódico que hay que saber ganar y perder con humildad, ¿él lo ha hecho?

–He asumido totalmente el mandato de la militancia y ahora le toca a él ejercer con responsabilidad el cargo orgánico para el que ha sido elegido. Le puedo decir que seguiré defendiendo lo que he defendido siempre: la lealtad y la colaboración con el nuevo secretario general, y que el proyecto político del PSOE no pasa por personalismos, sino por hacer posible un proyecto político sólido y creíble. Y creo que para dirigir el partido se necesita humildad, honestidad, generosidad y mucha capacidad de diálogo y mano izquierda, si queremos hacer posible un PSOE más fuerte y más unido.

–¿Puede acabar el PSOE como el PP cántabro?

–Mire, yo creo que los socialistas vamos a trabajar, como he dicho antes, para hacer un partido más fuerte y más unido, y así recuperar la confianza de los ciudadanos. Sin duda, tenemos mucho trabajo y muchos retos por delante, que son responsabilidad de todos, pero fundamentalmente del secretario general.

–¿Qué balance hace del primer mes de la nueva dirección?

– Me preocupa que han pasado todo el tiempo hablando de hacer cambios y de los temas internos. Es pronto para hacer valoraciones.Llevan 30 días y sólo han llevado a cabo una Ejecutiva. Esperemos que en septiembre, a la vuelta de las vacaciones, se pongan a trabajar para unir el partido y a defender las políticas socialistas.

–Podemos ha sido muy crítico con su gestión en el Gobierno, ¿ve ahora posible un acercamiento con la nueva dirección?

–El secretario general ha dicho que va a mantener una reunión con ellos y creo que es lo correcto, lo recomendable. Ahora bien, tengo que decir que al inicio de la legislatura se negaron a pactar con nosotros y que es indudable que Podemos en estos dos años ha sido especialmente beligerante con las áreas que los socialistas dirigimos en el Gobierno. Pero ahora será la nueva Ejecutiva la que marque la línea política.

–En unos meses les toca volver a negociar los presupuestos, una de las líneas rojas de Podemos fue pedir la cabeza del responsable de Sodercán, Salvador Blanco, y usted se opuso frontalmente. ¿Estaría dispuesta a aceptarlo ahora después del desgaste que tuvo para su departamento?

– Nunca entendí que la negociación de un presupuesto se basara en pedir la cabeza de un responsable político y no en las prioridades políticas que necesitan los ciudadanos. Insisto en que los cambios tienen que venir determinados por razones y argumentos sólidos. En el caso de Sodercán, su director general está cumpliendo sus funciones con responsabilidad y eficacia.

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