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Consuelo de la peña
Santander
Domingo, 15 de diciembre 2019
Alberto Núñez Feijóo tiene voz propia dentro del PP, una voz autorizada y libre que el martes se hará oír en La Moncloa para pedir al presidente en funciones Pedro Sánchez que rectifique, vuelva al punto de partida y abrace la Constitución.
–¿Le han ... llamado ya de La Moncloa para reunirse con Sánchez?
–Han llamado y hemos quedado para el martes.
–¿Y qué le va a decir?
–Le voy a hablar de los problemas de los gallegos. Le diré que es la primera vez en 40 años de autonomía que el Gobierno no quiere transferir a las comunidades autónomas lo que ha recaudado por IVA. Para Galicia son 200 millones que necesitamos para pagar las farmacias y la extra de Navidad. Y le hablaré de la situación industrial en la que está Galicia, con más de 8.000 personas que pueden perder su trabajo en los próximos meses. Le voy a decir que pague lo que debe y que se tome en serio la industria de nuestro país, tanto la política energética como la política industrial.
–Indudablemente saldrán a colación las negociaciones con los independentistas. ¿Le dirá todo lo que piensa?
–Sánchez ha mentido durante seis meses. Dijo que no podía gobernar con Podemos ni podía depender de Torra y a las pocas horas de la noche electoral del 10-N pactó con Podemos, y ahora está intentando que ERC y Torra bendigan su acuerdo. Le diré que la llave de la gobernabilidad de España no la pueden tener aquellos que no creen en España, y que se puede convertir en el primer presidente de la democracia española secuestrado por el independentismo. El abrazo a Podemos y ponerse en manos de los independentistas es un disparate.
–Usted ha apostado por el diálogo con el PSOE, pero en el PP hay varios discursos. Unos hablan de Gobierno de coalición, otros de concentración y otros de pactos de Estado.
–Nosotros hemos dicho que si el PSOE, en vez de abrazar a Podemos y al independentismo, abraza la Constitución ahí se va a encontrar con el PP. Pero desde la noche electoral la primera vez que va a hablar con el PP será este lunes. Sánchez se va a encontrar con Casado después de haber cerrado un acuerdo con Podemos y de cortejar a Esquerra Republicana.
–¿Debería Casado haber dado un paso al frente y plantear una oferta a Sánchez en lugar de esperar a que le llamen?
–No es posible dar un paso al frente cuando te encuentras con alguien que ha pactado ya de forma pública y notoria a las pocas horas de cerrar las urnas con la izquierda radical en nuestro país. No es posible dar un paso al frente con alguien que ha establecido un cordón sanitario en todas las comunidades autónomas y en todos los ayuntamientos en el mes de mayo para que el PP no pudiera gobernar en ningún sitio.
–¿A estas alturas todavía ve posible un Gobierno de partidos constitucionalistas?
–Empiezo a ver algunas voces en el PSOE que echaba de menos en el tiempo y en intensidad. El PSOE ya no es el partido de Alfonso Guerra, ni de Felipe González, ni de Joaquín Leguina, ni de Paco Vázquez, ni de Nicolás Redondo. Sus dirigentes hoy son Junqueras, Puigdemont y Torra, que son los que mandan en el PSOE, que ha perdido su personalidad como partido de Estado. Aquí no nos estamos jugando un cambio de Gobierno, sino un cambio de modelo. Nos estamos jugando que el Gobierno de la nación dependa de aquellos que no reconocen la nación y que además han delinquido contra la nación y están en la cárcel o fugados.
–¿Contempla la posibilidad de que fracasen las conversaciones con los independentistas y entonces Sánchez recurra al PP?
–Si Junqueras y Puigdemont quieren que fracase el Gobierno de Sánchez, fracasará. En España ahora ocurrirá lo que digan los dos partidos independentistas de Cataluña. Es como si los partidos independentistas de Cataluña aplican un 155 a España, porque van a decir si hay Gobierno, cuánto tiempo dura y, por último, si toma la decisión de cesar a todos los diputados y senadores y nos vamos a unas quintas elecciones. Ellos son los que en este momento tienen el futuro de España en sus manos.
–¿Ante este panorama apocalíptico, qué salida ve?
–Abrace usted la Constitución.
–¿Pero parece que el acuerdo con Esquerra está hecho?
–El PSOE apartó una vez al señor Sánchez de la Secretaría General cuando provocó las segundas elecciones y no admitía el resultado electoral. Ahora el PSOE vuelve a tener la responsabilidad de qué quiere que sea su partido y cómo va a influir en España la decisión de su secretario genera.
–¿Ve alguna posibilidad de que el PSOE aparte a Sánchez?
–Me gustaría que su secretario general volviera al punto de partida. El problema es que si no quiere, el PSOE tiene que tomar una decisión. ¿Es posible revertir todo el camino disparatado que hemos iniciado después de las elecciones de noviembre? La respuesta es sí.
–¿Está pidiendo a los barones que den ese paso?
–Hay barones que nos han recomendado que los Reyes no nos regalen vaselina y estoy totalmente de acuerdo. No es una vaselina para los militantes del PSOE, es una vaselina para todos los españoles. Por consiguiente, los barones del PSOE deben hacer reflexionar a su secretario general de que lo que está haciendo no lo soporta ni la historia de España ni la historia del PSOE, y que se puede rectificar, desandar el camino y volver a la casilla de salida y sentarse con partidos constitucionalistas para gobernar la España constitucional. Le tienen que decir a Sánchez que abandone el precipicio y vuelva por un camino seguro.
–¿Las negociaciones de Sánchez con Esquerra pueden romper las costuras del partido?
–El problema es que el Comité Ejecutivo del PSOE es el equipo de Sánchez, salvo algunos presidentes autonómicos que tiene una cierta autonomía y autoridad. Los socialistas que han gestionado los gobiernos y han sido claves en la historia de nuestro país están en contra de ese acuerdo. ¿Están equivocados todos? El equivocado es el secretario general del PSOE. Y no es un planteamiento apocalíptico, no es una crítica; es una crónica de lo que está ocurriendo.
–El año que viene hay elecciones en Galicia. ¿Se va a presentar ?
–(Risas). En esta España donde los políticos solo hablan de sí mismos, yo intento proteger a Galicia de esta inestabilidad y de la egolatría que envuelve hoy la política nacional. El objetivo de Galicia es aprobar el Presupuesto.
–¿Un Gobierno de Sánchez con Podemos y el apoyo del BNG constituye una amenaza electoral para usted?
–Sería una amenaza para los cántabros, asturianos, gallegos...
–En Cantabria llevamos una semana 'horribilis' en la industria con expedientes de empleo por doquier. ¿Está relacionado con la inestabilidad del Gobierno o con una coyuntura global desfavorable?
–Está muy relacionado con la errática política energética que están diseñando y con la absoluta falta de política industrial. Las empresas estaban con un coste por megawatio de 35 euros y ahora tienen que pagar más de 50, y no le salen los números. El Gobierno está insuflando inseguridad sobre los motores diésel y a las instalaciones en la costa que llevan 50 años instaladas les están impidiendo su prórroga para seguir trabajando. Todo esto junto, con una desaceleración de la economía española, está castigando de una forma innecesaria a determinadas industrias. La economía de la cornisa cantábrica se parece mucho y auguro, en el caso de que todos los españoles dependamos de la agenda independentista de Cataluña, que los temas económicos, industriales y sociales van a ser secundarios y los problemas territoriales e identitarios ocuparán cada martes el Congreso de los Diputados.
–Si los problemas de la cornisa cantábrica son similares, ¿no sería bueno que los gobiernos autonómicos plantearán un frente común para conseguir sus objetivos, la paralización de la reforma de la Ley de Costas, por ejemplo ?
–Está claro que tenemos problemas comunes que se atajan con alternativas comunes y estamos a disposición. En su día analizábamos con el anterior presidente de Asturias nuestras infraestructuras y las pactábamos con Castilla y León y Asturias. Recientemente nos hemos reunido con el presidente de Asturias, que también plantea problemas con las industria electrointensiva. Los gobiernos están para dar soluciones y en este momento el Gobierno de España está obsesionado con crear problemas. Sería bueno que las comunidades autónomas con problemas comunes podamos aportar propuestas alternativas comunes. En Costas está muy claro: deje el 'statu quo' porque la Ley de Costas que tenemos es correcta.
–¿Por qué no existe esa colaboración con el Gobierno de Cantabria?
–Tenemos relación con Asturias, Castilla-Leon, Aragón o Castilla La Mancha. Y no tenemos problema en colaborar con Cantabria. Cuestión distinta es que Cantabria depende de lo que diga el Partido Socialista y a lo mejor al PSOE cántabro no le gusta que el Gobierno regional hable con un Gobierno del PP.
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