Un mes y medio de informes, críticas e incógnitas de futuro

Mientras, la oposición municipal (en especial el PSOE y el PRC) se han mostrado muy críticos con toda la gestión del post-incendio: primero porque no se informaba de lo que estaba pasando y, cuando se informó, porque a sus ojos se hizo evidente la desidia de los responsables locales respecto a un centro que contaba con una importante biblioteca especializada en arte moderno y contemporáneo (unos 28.000 volúmenes) de la que solo se habría salvado un 10%. Aunque la cifra real es probable que no se llegue a conocer, ya que Salvador Carretero admitió en su informe al Ayuntamiento que el MAS solo había podido inventariar e informatizar uno de cada cuatro volúmenes por falta de personal.

Podrían haber sido arrasadas por las llamas, pues, importantes colecciones como las de Luis Alberto Salcines, Colomer, Diego Bedia y Simón Marchán. El conocido como 'fondo Marchán', compuesto por entre 10.000 y 12.000 libros, estaba por inventariar e informatizar. Según el dato aportado por Carretero, otros 3.000 libros, de los que no especifica la procedencia, estaban también a la espera de ser correctamente controlados.

En el plano político, el MAS ha generado peticiones de dimisión para la concejala de Cultura desde el PSOE, el PRC, Ganemos y el concejal no adscrito Antonio Mantecón, formaciones que creen que la responsable política directa debe responder por el desaguisado. Miguel Saro, concejal de IU, ha pedido la destitución del director, al igual que el PRC. Los regionalistas han aprovechado el incendio para denunciar la situación en que se encontraba el museo, con falta de personal, de recursos y de ideas.