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PRC y PSOE aprueban el Presupuesto con el apoyo de Carrancio
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La oposición critica duramente a Miguel Ángel Revilla y Pablo Zuloaga por apoyarse en un «tránsfuga»Cantabria ya tiene Presupuesto para 2018. Después de una semana de tiras y aflojas entre PRC y PSOE, este viernes, los dos partidos que sustentan el Gobierno regional han sumado sus votos al del diputado del Grupo Mixto Juan Ramón Carrancio. Todo ha salido según el guión marcado en un debate centrado más en críticas al respaldo de un «tránsfuga» que a las cifras y la letra pequeña de las cuentas regionales y la ley de Medidas Fiscales.
Para sacar adelante las cuentas que se le habían atragantado desde el primer minuto, el Ejecutivo ha renunciado a parte de la subida de impuestos con la que pretendía financiar un incremento de un 4,9% del Presupuesto regional hasta los 2.729 millones.
Carrancio se negó al aumento de las tasas a las «clases medias» desde las primeras reuniones que ha mantenido con el Ejecutivo. Fue una de sus «condiciones indispensables» durante los contactos que mantuvo con los consejeros y los directores generales durante las últimas semanas. Y, al final, el Gobierno ha tenido que ceder para poder conseguir el voto que le falta en la Cámara para aprobar las cuentas.
El acuerdo incluye, entre otras medidas, que el impuesto de Transmisión de Bienes Inmuebles se mantenga con el tipo impositivo al 8%, en lugar del 10% que planteaban PRC y PSOE, para rentas declaradas que no superen los 30.000 euros; reducir el gravamen al 1% en las donaciones entre cónyuges, descendientes, adoptados y tutorizados hasta 50.000 euros, frente al 6% proyectado; y, en el caso de sucesiones, aumentar la bonificación del 100% hasta el límite de los que perciban 100.000 euros de herencia, frente al límite de 60.000 euros. Una subida que el consejero de Economía, Juan José Sota, describió, en su día, como «mínima, justa y equilibrada».
Durante el debate, los grupos de la oposición han acusado al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y al secretario general del PSOE, Pablo Zuloaga, de mentir sobre la negociación del presupuesto y de «manchar» las instituciones de Cantabria.
Pasaban tan solo unos minutos de las diez de la mañana en el debate presupuestario que se celebra este viernes en el Parlamento de Cantabria cuando el transfuguismo ha entrado por primera vez en escena. El diputado de Ciudadanos, Rubén Gómez, acaba de subir a la tribuna para cargar con dureza contra el Gobierno regional por apoyarse en Juan Ramón Carrancio para dar luz verde a las cuentas públicas de 2018. Saca toda la artillería, acusa al bipartito de comprar a un «tránsfuga» y le recuerda a Miguel Ángel Revilla que durante dos décadas se vendió como la víctima del transfuguismo de Juan Hormaechea. Gómez insiste a Revilla que ahora es el responsable de esta «vergüenza» junto al secretario general del PSOE, Pablo Zuloaga. «Ustedes nos han querido convencer de que la tierra era plana, de que vivimos en el mundo al revés y de que el voto de un tránsfuga es el más digno… Vaya teatrillo cutre. Se han mofado de esta Cámara en un alarde de prepotencia y soberbia». Toda una descarga eléctrica que se ha repetido en las intervenciones de los diputados de Podemos, que han considerado «humo» el documento presentado, y del PP, que ha acusado al bipartito de «meter un sartenazo a los ciudadanos con la subida de impuestos gracias a un tránsfuga». Toda la oposición ha responsabilizado directamente al jefe del Ejecutivo de una alianza que «mancha» las instituciones.
Ante este panorama, el portavoz regionalista, Pedro Hernando, y el socialista, Víctor Casal, han defendido las cuentas presentadas por el bipartito y han culpado en todo momento a la oposición de arrojarles en manos de Carrancio al «no tener la más mínima intención de apoyar» el Presupuesto. En la misma línea, Juan Ramón Carrancio, el hombre sobre el que estaban puestas todas las miradas, ha defendido su acuerdo, ha repasado una a una las 28 medidas que ha sellado con el bipartito y ha criticado a la oposición por estar «más centrada en los intereses particulares que en los suyos», lo que ha provocado las risas de los parlamentarios morados y de Ciudadanos.
Todo ha quedado reducido al transfuguismo. Desde la «mayoría absoluta tránsfuga», a la «cláusula tránsfuga», al «tránsfuga de libro»... Hasta en más de 50 ocasiones se repitió la palabra, como los niños de San Ildefonso cantando los números de la lotería. Y es que la lotería estuvo muy presente. Tanto en la bancada de los partidos que sustentan al Gobierno como en las de la oposición bromeaban que a Revilla le había caído el Gordo porque, a pesar de que no llevaba el número premiado, el debate iba a quedar eclipsado por la lluvia de millones que habían caído en la lotería.
El diputado naranja Rubén Gómez, excompañero de filas de Carrancio, ha sido uno de los más críticos con el pacto. Ha lamentado «que en las últimas semanas se han visto escenas que no se las hubiera imaginado ni el mismo Dalí» y ha denunciado que tanto Revilla como Zuloaga «han manchado esta institución».
La portavoz de Podemos, Verónica Ordóñez, ha insistido en que lo que estaba ocurriendo «va a perjudicar nuestra calidad democrática» y ha alertado de que «este documento nos dirige a una situación de quiebra económica y social». Los morados han recordado a Revilla que pidió perdón por la traición de Muguruza en Castro y «yo le pregunto si pedirá perdón ahora por apoyarse en Carrancio para no aumentar la cuantía de la Renta Social Básica», que era una de las demandas de Podemos para apoyar el Presupuesto. Ordóñez le ha recordado al jefe del Ejecutivo que «está tiempo de no manchar de nuevo la democracia» y de «no desconectar a la región de la moralidad política».
El socialista Casal ha responsabilizado directamente a Ciudadanos de llevar «el transfuguismo» a las instituciones, como si la negociación presupuestaria no fuera con el PSOE. El portavoz socialista ha reconocido, después de semanas negando la mayor, que se había sentado a negociar con Carrancio, al tiempo que criticaba la «falta de responsabilidad» del PP, Podemos y Ciudadanos. Casal ha lanzado balones fuera durante todo su discurso intentando culpar únicamente a Podemos de no apoyar las cuentas, lo que, a su entender, supone posicionarse «en contra de la sanidad, la educación y los servicios sociales».
Para el regionalista Hernando, «lo más importante de un Gobierno es tener Presupuesto». Ha contrapuesto el panorama apocalíptico que ha dibujado la oposición con una mejora de la economía. «Su objetivo era no aprobar el Presupuesto para que Cantabria fuera mal», ha reprochado a toda la oposición, con un ataque especial al PP por intentar introducir una enmienda para destinar a la carta de capitalidad de Santander un millón de euros. «Ustedes han gobernado cuatro años y no hicieron nada. ¿Para qué quieren la carta de capitalidad de Santander? ¿Para gestionarla como el Museo de Arte de Santander (MAS) y que se les queme la ciudad?»
Sus palabras han sublevado a la bancada popular, y Cristina Mazas ha pedido a Hernando que retire esta afirmación porque es «la mayor bajeza moral que he oído en esta Cámara». Sobre el debate, el PP ha criticado el acuerdo «con el tránsfuga» y ha preguntado al Gobierno «de dónde va a sacar el dinero que van a dejar de recaudar con la rebaja fiscal» que ha tenido que pactar con Carrancio. A su juicio, con estas cuentas «vivir en Cantabria se va a convertir en un lujo» y va a ser donde «más impuestos paguen los ciudadanos».
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