«Potenciar la inteligencia de manera artificial no nos haría mejores personas»
Mara Dierssen Neurocientífica ·
Experta en síndrome de Down, participó esta semana en una charla en Santander para explicar los fundamentos del aprendizajeSecciones
Servicios
Destacamos
Mara Dierssen Neurocientífica ·
Experta en síndrome de Down, participó esta semana en una charla en Santander para explicar los fundamentos del aprendizajeJOSÉ CARLOS ROJO
SANTANDER.
Lunes, 11 de diciembre 2017, 08:23
A Mara Dierssen (Santander, 1961) se le considera un referente mundial en el estudio del síndrome de Down, pero ese intento por entender la enfermedad le ha alimentado, inevitablemente, la curiosidad por comprender el funcionamiento cerebral hasta su nivel más complejo. Los mecanismos que explican ... la memoria, los procesos de aprendizaje o, incluso, los fundamentos de la creatividad humana centran algunas de sus investigaciones en el laboratorio de Neurobiología Celular y de Sistemas del Centre de Regulació Genòmica (CRG). Un mundo amplio de respuestas que desmenuzó hace unos días en Santander, dentro de su participación en el ciclo de conferencias que organiza la Sociedad Menéndez Pelayo para reunir a algunos de los mejores investigadores del país.
-Usted se ha preguntado varias veces cómo el cerebro es capaz de almacenar tal cantidad de información...
-Me interesa mucho la mecánica del aprendizaje, pero no solo eso. Quiero saber también hasta qué punto esa memoria es real o más bien una representación que cada uno hacemos del mundo. O qué es lo que motiva que haya personas con ciertas enfermedades, como el síndrome de Down, que ven afectadas esas capacidades.
-Usted ha encontrado una molécula para atajar la enfermedad.
-Más que una molécula es una sustancia natural. Esta patología motivada por una copia extra del cromosoma 21 afecta a la plasticidad del cerebro, esa capacidad que tiene nuestra mente de aprender y modificarse. El objetivo es normalizar la dosis de los genes culpables de esa disfunción. Y a día de hoy, una sustancia candidata para normalizar esa superactividad genética es la llamada epigalocatequina galato del té verde.
-Y si se aplicara esto a un cerebro sano, ¿podría potenciar su capacidad cognitiva?
-No tendría ningún sentido porque nosotros lo que buscamos es la normalización de ese gen. Un individuo sano ya no necesita esa intervención. Además, ¿qué sentido tiene tratar de buscar una mayor inteligencia? El cerebro tiene que esculpirse a sí mismo, y debe hacerlo por el camino natural, aprendiendo y cultivándose. Potenciar la inteligencia no te hace mejor persona ni más capaz para contribuir con algo bueno a la sociedad.
-Pero es inevitable que surjan intereses en torno a ello.
-Nosotros solo ponemos este conocimiento en manos del público. El uso que después se haga de él...
-Lo que sí existen son buenos hábitos para mantener la salud del cerebro.
-Evidentemente tiene mucho impacto la alimentación que hagamos, el ejercicio físico y la toxicidad a la que lo sometamos. Cualquier tóxico tiene un efecto muy deletéreo sobre el cerebro. Y, por supuesto, observamos cada vez más que las personas que se han cultivado durante toda la vida y han mantenido unos hábitos sanos, están más protegidas frente a la demencia y otros cuadros degenerativos.
-¿También el Alzhéimer?
-Sí, también reduce su impacto.
-La creatividad es quizá la máxima expresión de la inteligencia humana...
-La creatividad consiste en hacer que algo que no existía, surja. Pero es que nuestra misma percepción del mundo puede ser una visión creativa. El cerebro no capta la realidad como una cámara, de manera fidedigna, sino que realiza una representación. Nuestros ojos no gestionan una señal continua, es el cerebro el que genera esa ilusión de continuidad, por ejemplo. Tampoco prestamos siempre atención a todo, sino que focalizamos. Todo eso nos hace representar una visión del mundo que es diferente a la que tiene otra persona.
-Esas cualidades definen también las inteligencias, que al contrario de lo que se creía, son múltiples.
-Vivimos con una imagen de la ciencia que han creado unos pocos científicos, que no tienen siquiera que ser los más inteligentes, sino los que han tenido más oportunidades de estudiar. A medida que se ha ido entendiendo esto, se ha ido aplicando, por ejemplo, a los equipos de trabajo, que cada vez son más multidisciplinares.
-Una misma persona puede también tener inteligencias múltiples...
-Claro. Pensar que un filólogo no puede entender las matemáticas o que yo, como científica, no puedo tener cualidades artísticas es absurdo.
-¿Y pensar que el cerebro del hombre y de la mujer son diferentes?
-Existe un dimorfismo sexual claro, pero no se ha identificado esa diferencia en ninguna otra estructura cognitiva. Todo lo que nos diferencia como personas tiene más que ver con los sesgos culturales que han condicionado nuestra educación que con la realidad biológica.
«La comunicación científica es una obligación que se ha desvirtuado», explica Mara Dierssen. «Ahora la gente publica para progresar en su carrera, para lograr becas, etc, y ¡es un grave error!». «No explicamos a la sociedad lo que hacemos porque le debamos una respuesta, sino porque todo el conocimiento que generamos es suyo». Por eso ella defiende la divulgación, pero bien entendida. Hecha de esa manera que puede alcanzar a todos los públicos. Participa del grupo musical 'From lost to the river'. «Somos un grupo solidario que hacemos música difundiendo ciencia. Lo pasamos muy bien», cuenta.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.