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La miniatura del trono del Cristo de la Agonía con el fondo de una de las cabañas. Celedonio
Procesión entre cabañas

Procesión entre cabañas

Una exposición recrea en miniatura la Semana Santa de Málaga con más de cuatrocientas figuras por los paisajes de los Valles del Pas

Álvaro Machín

Santander

Sábado, 17 de marzo 2018, 16:58

Va la banda, a su ritmo, acompañando al Cristo de la Agonía. Pero anda lejos de la plazuela Virgen de las Penas, de la calle Larios o de esa escalera que en Málaga todos conocen como tribuna de los pobres, en Carretería. Allí a los pasos les dicen tronos. Y que a nadie se le ocurra llamar a los que los llevan costaleros. Hombres de trono o portadores, a lo sumo. Son las cosas de una Semana Santa malagueña que en una exposición en Santander han cambiado de sitio. El Cristo es idéntico al de allí, pero los músicos que le siguen procesionan solemnes por delante de la torre de la Iglesia de Alceda. Corvera de Toranzo. «Es un hermanamiento entre Málaga y Cantabria», dice el promotor de la idea. Un hermanamiento en miniatura.

La muestra, en pleno centro de la capital (en los bajos del edificio del Club de Regatas, en la mano de Hernán Cortés), recrea una numerosa procesión malagueña pero en el entorno del paisaje cántabro de los Valles Pasiegos. Entre cabañas, ermitas, lavaderos, corrales o puentes... En miniatura y en una fila que ocuparía 24 metros en línea recta, hay 16 tronos, figuras de diez cuerpos de las Fuerzas Armadas y de seis bandas musicales. Entre nazarenos, militares y músicos, más de cuatrocientas ‘personitas’ con sus uniformes y todos los detalles. «Ya no es por una cuestión religiosa, es por el arte mismo de los imagineros», explica Carlos López d’Hers, de Seficosa. Empezaron con esta afición en la empresa pero –igual que les pasó con el Belén pasiego que exponen en este mismo local– ya no tienen sitio y han dado el paso de enseñárselo a todo el mundo. «En los escaparates de las tiendas de Málaga suelen poner miniaturas de los tronos. Alguno suelto. Entré a una tienda de ropa y coincidió que conocían al autor, así que me dieron el teléfono de Luis Miguel Rus».

Para la agenda

  • Horario Hasta el día 31, de lunes a viernes (excepto festivos), de 17.00 a 21.00 horas.

  • La dirección Está en un local de la calle Hernán Cortés, en los bajos del Club de Regatas, de Santander

  • Organiza Área cultural del Grupo Seficosa.

Desde que le encargaron el Cristo del Amor han pasado nueve años. Luego vino la Virgen de las Penas, la de La Esperanza... «Cada año nos hacía dos o tres». Luego conocieron en Jerez a otro artista especializado en las figuras. Y siguieron sumando. En la exposición hay, de hecho, obras ya de hasta cinco autores distintos (contando a Teresa Riancho, que les hace las casas pasiegas). «Yo diría que la exposición es única. Porque sí que se hacen muestras de miniaturas de los tronos, pero que yo sepa no procesionando». Y menos, por los Valles Pasiegos.

Por allí andan las figuras de los legionarios con el Cristo de Mena. Y sí, por supuesto, con la cabra. A falta de una, dos y hasta con un mono encima. Hay figurines de los Cuerpos de Montaña, con los esquís y la mochila al hombro. O de Los Regulares, con su típica capa. La Guardia Civil, la Marinería, la banda de Bomberos de Málaga o la de la Cruz Roja... La Policía Municipal de la ciudad andaluza se representa con esos antiguos cascos que recuerdan a los orinales de toda la vida. Además, de la pared cuelgan cuadros con las pulseras de todas las hermandades o con la colección de Vírgenes de Cantabria que en su día ofreció El Diario a los lectores.

Delicadas

Para fijarse en los detalles, López d’Hers se detiene en un trono que tiene colocado aparte, junto al nazareno a tamaño natural y el pendón de la santanderina Cofradía de Los Dolores, que ha colaborado en la muestra. La Virgen del Amparo. Es algo más grande y por eso no procesiona con el resto. Habla de partes hechas con flores de manzanilla, con lentejas... «No hay nada que se compre como una pieza acabada. Los artistas tienen que pensar qué utilizan para recrear cada cosa». Con toda la delicadeza. Y cuidado. La del Amparo se fue a buscarla hasta Salamanca. En los traslados siempre se rompe algo. «Uno de los imagineros vino una vez a Santander para restaurar algunas miniaturas». Los pequeños tesoros.

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