Borrar
La nueva estructura se desliza poco a poco para ocupar su lugar justo encima del antiguo puente de Lebeña. En la imagen, en plena maniobra. Héctor Díaz

El nuevo puente de Lebeña ya está abierto al tráfico

Liébana ·

La estructura está construida justo al lado del antiguo vial | El jueves se fue deslizando, milímetro a milímetro, lateralmente sobre unas vigas y patines hasta que quedó fijada después de tres horas de trabajo

ÁLVARO MACHÍN

Viernes, 23 de febrero 2018, 11:57

Costaba ver el avance. Casi imperceptible. Pero sí que se movía. Milímetro a milímetro, 275 toneladas de pieza deslizándose sobre vigas y patines hasta quedar en su sitio. Justo encima del antiguo puente de Lebeña. Porque ese fue el truco de una de las maniobras más llamativas en las obras que se desarrollan en el Desfiladero de la Hermida. Que el tablero principal del nuevo paso, la pieza del centro, se construyera sobre cuatro torres metálicas justo en paralelo a la antigua carretera. Al lado, pegada. Con la idea de cortar el tráfico el menor tiempo posible. Y que, una vez hecha, sólo hiciera falta deslizarla a la derecha para poner todo en su sitio. Encajarla. Eso hicieron ayer por la mañana. Tardaron tres horas.

Tan bien ha ido el procedimiento, que se ha abierto al tráfico antes de lo previsto. En lugar de a las 18.00 horas, desde las diez de la mañana es posible transitar por la nueva construcción.

«Bueno, vamos». Después de un buen rato de preparativos, la voz del jefe de la cuadrilla puso a todos en sus puestos. Antes, desde primera hora, se escuchaba el sonido de una máquina picando para ensanchar la vía en el tramo que viene de Potes o el de una pala allanando el piso con la tierra que acababan de echar en el otro lado. Incluso dio tiempo a que pasaran a pie los últimos vecinos por el antiguo puente. Les trajo un microbús, que les dejó en un extremo, cruzaron y se subieron a otro, que les esperaba un poco más adelante. Gente con maletas, estudiantes... «Venimos de Potes. Nos baja uno y nos coge otro ahora». Eran, por entonces, las diez menos cuarto.

«Se mueve despacio, pero sí se mueve», comentaban algunos de los obreros cuando comenzó la maniobra. Muchos tiraban de móvil para grabar uno de los momentos más llamativos de las obras que Fomento está ejecutando en el Desfiladero. El ripado. Eso, según la Real Academia de Ingeniería, es lo mismo que una «translación transversal». «Consiste en fabricar el puente en una porción paralela a la deseada y trasladarlo con un movimiento transversal hasta dicha ubicación».

Justo eso. Sobre dos vigas con una chapa de acero inoxidable por encima para facilitar el desplazamiento. Sobre esto, unos patines con una lámina de teflón para deslizarse sobre el acero con la pieza encima. Para completar el operativo, unos gatos hidráulicos en los extremos se ocupaban de tirar de la pieza a través de unas barras.

La pieza del nuevo puente fue tapando a su predecesor. Muy poco a poco. Y a medida que la pieza avanzaba iban retirando todo lo que había sobre la antigua. «Hay que quitar esta escalera de aquí». Vallas, conos, herramientas... Todo fuera para dejar paso libre.

El primer avance fue el más espectacular. El más 'rápido'. Luego tocó hacer paradas para cambiar los patines, ajustar las barras, repasar los planos... Y hasta para llenar la viga con un aporte extra para el deslizante: un buen chorro de lavavajillas Fairy. A las doce menos cuarto reanudaron el movimiento y, pasados unos minutos de las doce, los pasos de lado a lado ya se hacían por encima del nuevo vial.

Cómo queda

Para entonces -y a falta del remate (dejarlo en cota, ajustar y hormigonar sobre los apoyos definitivos)- ya se podía vislumbrar el trazado por el que se circulará a partir de ahora. El viejo puente de Lebeña, sobre el río Deva, era uno de los puntos más estrechos de paso del Desfiladero (y también, en cierto modo, uno de los más distintivos del trazado, con la iglesia de Santa María al fondo). La idea era ampliar ese tramo, hacerlo más ancho, eliminar los ángulos rectos y, a poder ser, cortar la carretera lo menos posible y conservar, además, el viejo puente. Lo que han hecho entonces es ampliar la anchura de la carretera de acceso por ambos extremos del puente, suavizando las curvas y apoyar la nueva estructura en unos estribos colocados en la superficie ampliada, que permiten un tablero mucho más ancho.

El antiguo puente queda justo debajo, a la misma altura. Intacto, pero sin uso. «La nueva estructura no va a afectar para nada a la estructura existente, que tenía un valor estético importante. Un arco con más de un siglo de vida. La nueva estructura apoya fuera, en unos estribos que se hicieron, con lo cual la antigua queda para siempre, pero no sufre ningún tipo de sobrecarga. Es más, ya no tendrá ninguna carga sobre ella porque el tráfico ya no pasa por encima», explicó ayer a este periódico el jefe de la Demarcación de Carreteras en Cantabria, Fernando Hernández, que estuvo en Lebeña para presenciar la maniobra.

«El objetivo -comunicaron esta semana desde Fomento- es desarrollar las actuaciones necesarias para dotar a la carretera de unas condiciones de circulación dentro de unos márgenes aceptables de seguridad vial, permitiendo el cruce de los vehículos, consiguiendo una notable mejora de las condiciones de circulación desde el punto de vista de la seguridad y comodidad, y a la vez definiendo una actuación compatible con la riqueza medioambiental existente».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes El nuevo puente de Lebeña ya está abierto al tráfico