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Si hay una época del año en la que los establecimientos hosteleros de Cantabria pueden poner el cartel de completo es la Semana Santa. Ni Navidad, ni puentes, ni festivos, ni por la celebración de grandes eventos o congresos... Ni siquiera en verano, cuando llegan ... muchos turistas, pero de forma más escalonada, se alcanzan las cuotas de ocupación de estas fechas. No hay que ir muy lejos para encontrar la confirmación. En 2017 fue prácticamente imposible encontrar una habitación libre a partir de Jueves Santo y un día después el Parque de la Naturaleza de Cabárceno conseguía el récord de visitantes en una única jornada. Pero eso es la teoría. Este año la cifra media de ocupación hotelera en toda la región no superará el 75%, lo que hace que en el sector ya califiquen esta primera temporada alta del año como «mala».
Ángel Cuevas, presidente de la Asociación de Hostelería, hace la estimación con los datos de los libros de reservas que le pasan los asociados, pero también con la tendencia acumulada de los días precedentes: «Desde el pasado viernes y hasta hoy (por ayer), que todavía se considera temporada baja y los precios son más asequibles, no hemos pasado del 40%. Hace doce meses estábamos en el 60%». Una caída de 20 puntos que podría repetirse de aquí hasta el domingo.
Tampoco se salva Santander. Parecía que la capital aguantaría mejor el temporal a tenor de las reservas que habían llegado en las últimas semanas, porque «es verdad que han seguido entrando reservas de última hora, pocas, pero también muchas anulaciones», dice Cuevas. La mayoría de hoteles dan la opción a sus clientes de cancelar casi hasta el último minuto. El turista que viene de otras comunidades autónomas mira la previsión del tiempo, ve las nubes y la lluvia y se queda en casa o busca alternativas.
Ángel Cuevas | Asoc. de Hostelería de Cantabria
Cuevas recuerda que el sector en Cantabria lleva tres años creciendo y las estimaciones para este 2018 vuelven a ser positivas, así que la única explicación que encuentra es la meteorológica. «Contra eso no podemos luchar», remarca José Carlos Campos, responsable de los paradores de Santillana del Mar y Limpias. Tampoco contra el hecho de que este año la Semana Santa caiga tres semanas antes que en 2017. Hay menos horas de luz y los días son algo más cortos, igual que el ánimo de los turistas. «El año pasado se dieron todas las circunstancias para tener una Semana Santa de récord y en esta ha ocurrido justamente lo contrario», señala Campos, quien confirma los porcentajes de ocupación de sus compañeros.
Las habitaciones las reservan parejas y grupos de amigos, pero sobre todo familias. Ese es el perfil típico para esta época del año. En cuanto a la procedencia, ganan los que llegan desde Madrid, Castilla y León y País Vasco. Puntualmente, también hay un pico de catalanes. Aunque el viaje es más largo, ellos también disfrutan de más días festivos.
Jesús Blanco | Asoc. de Turismo Rural
La única comarca de Cantabria que supera en estos momentos la media de ocupación, aunque tampoco llega a los niveles de hace doce meses, es Liébana. Allí están convencidos de que «no se debe tanto al efecto del Año Jubilar Lebaniego como al atractivo natural de la zona». Por ejemplo, en el Hotel Balneario de La Hermida, están al 80%. Es la media anual, pero tratándose de la Semana Santa lo suyo era rozar los tres dígitos. Su responsable, Alberto Rentero, cuenta mientras habla por teléfono bajo el sol que brillaba ayer por la mañana que «los meteorólogos no tienen la culpa, pero anuncian lluvia y echan para atrás a la gente». En el caso del turismo termal, está seguro de que tampoco juega a su favor que las estaciones de esquí estén abiertas y con abundante nieve. «Es cierto que son actividades totalmente distintas, pero el perfil socieconómico de las personas que apuestan por estas dos opciones es parecido», subraya.
Alberto Rentero | Balneario de La Hermida
Al otro lado de las montañas, desde el albergue La Cotera de Abiada, un punto de referencia para los esquiadores que pasan el día en Alto Campoo, Manuel Morante le corrige: «No sé los demás, aquí estamos a la mitad de ocupación, más o menos. Las llamadas que cogemos son para cancelaciones». ¿El motivo? «Como dan malo... Desde luego no es lo normal, pero lo que más influye es el tiempo», comenta antes de apresurar el final de las explicaciones para mover las alubias.
Los mismos motivos y argumentos que utilizan los hosteleros también se pueden poner en la boca de los dueños de alojamientos rurales. En este caso, la ocupación ronda el 80%. Jesús Blanco, presidente de la principal asociación que agrupa al sector, se muestra contento a pesar de que lo lógico en Semana Santa sería estar en el cien por cien: «Tal y como se presentaba la cosa por el mal tiempo y por las anulaciones, ni tan mal. Si nos quedamos en esa cifra estaremos contentos».
La parte positiva para ellos es que esa anulación de última hora sí que suele tener una penalización económica, y por eso los clientes se lo piensan más. La negativa es que en el medio rural «las opciones de ocio cuando llueve son menores, porque es más difícil disfrutar de la naturaleza o hacer una excursión. Por eso normalmente la lluvia nos afecta más a nosotros que a los hoteles».
José Carlos Campos | Paradores de Santillana y Limpias
Por si las previsiones no se cumplen, la Consejería de Turismo ha ampliado los horarios de su red de oficinas durante la Semana Santa y pone en funcionamiento otras tres de refuerzo en la Estación de Autobuses de Santander, en Unquera y en Cabárceno. Precisamente, otra de las medidas afecta al Parque de la Naturaleza, que ampliará los horarios de la taquilla a partir de hoy (de 08.30 a 18.00 horas). También habrá más tiempo para disfrutar de la telecabina y se ampliará a tres el número de pases de los espectáculos de leones marinos y aves rapaces.
Además, para agilizar la entrada de vehículos a Cabárceno, especialmente los días de mayor afluencia (hasta este domingo, día 1), Cantur ha reordenado el tráfico en ambas entradas -Obregón y Cabárceno- mediante el uso sendos terrenos propiedad de la empresa pública, que permitirán incrementar la longitud de los viales. Asimismo, el parque abrirá una taquilla doble más en la zona del Lago del Acebo (pueblo Cabárceno) y también se han ampliado los viales de esta zona asfaltando un terreno propiedad de Cantur que permita mayor fluidez de tráfico. En total, estarán operativas once taquillas de acceso (cinco en Obregón y seis en Cabárceno).
La abundante llegada de visitantes se traduce en buenos datos estadísticos para el turismo cántabro, beneficios para los empresarios del sector y creación de puestos de trabajo. Por eso, los bajos niveles de ocupación –o no tan altos como cabría esperar– para los próximos días siembran la duda sobre cómo afectará al número de contratos temporales que habitualmente se firman para cubrir la demanda de camareros, cocineros, limpiadores o recepcionistas. Según la Asociación de Hostelería, el impacto será mínimo. «Los empresarios que ya se han comprometido a contratar a un trabajador no creo que les digan ahora que no aunque haga menos falta», opina Ángel Cuevas.
Desde CC OO no están tan seguros y apuntan que las altas son más importantes en pequeños bares que en hoteles. En 2017 el número de contratos temporales fue muy elevado. «Los días después de Semana Santa había colas en el sindicato por la gente que venía a calcular su liquidación. De momento no tenemos datos sobre lo que pasará este año. Veremos dentro de poco», apunta la responsable de servicios, Marta Careaga, quien destaca la gran precariedad de estos contratos: «En muchos casos, sobre el papel son de media jornada y en la práctica trabajan ocho horas».
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