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alberto santamaría
Domingo, 6 de agosto 2017
Niega, de forma tajante, que el Gobierno central margine a Cantabria. Por el contrario, defiende el «compromiso» del Ejecutivo de Rajoy con la Comunidad, plasmado –recuerda– en la finalización de obras que se pararon durante la gestión del socialista Rodríguez Zapatero, y las próximas inversiones ... anunciadas por el titular de Fomento, Íñigo de la Serna. Samuel Ruiz (Santander, 1967), delegado del Gobierno desde 2012, censura el discurso crítico con el Ejecutivo central de Miguel Ángel Revilla, y aborda la situación interna del PP, su partido:«Para llegar a un acuerdo, en todos los ámbitos de la vida, es necesario mucho diálogo», dice.
–«La falta de inversiones del Gobierno central lastra el crecimiento de Cantabria». La frase es de Miguel Ángel Revilla, ¿cree que tiene razón?
–Ninguna. Es más, considero que si Cantabria avanza es en muy buena parte gracias a que la situación a nivel nacional ha mejorado considerablemente en relación a los últimos años y esa mejora ha repercutido positivamente en la economía regional. Es poco serio asegurar que si Cantabria va mal es culpa del Gobierno central y si va bien todo el mérito es del Gobierno de Cantabria. La recuperación de este país ha sido un trabajo conjunto, de mucho esfuerzo, que han llevado a cabo todas las Administraciones, y por supuesto, todos los españoles.
–¿A qué cree que es debido la hostilidad en la que parece haber entrado el Gobierno de Cantabria respecto al Ejecutivo de la nación en los últimos meses y que ha llevado a Revilla a anunciar una demanda judicial contra el Estado?
–Desconozco los motivos sinceros de Revilla. Puede ser una maniobra de distracción para esconder una mala gestión, puede ser afán de protagonismo y de crear titulares fáciles en los periódicos y chascarrillos en tertulias televisivas, no lo sé... pero está claro que el Gobierno de Cantabria está en todo su derecho de anunciar demandas. Otra cosa es si la demanda es razonable o no y si prospera o no.
Críticas
–¿Cómo calificaría el trato que da el Gobierno de la nación a Cantabria?
–El trato es excelente, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades económicas de los últimos años. Desde que gobierna el PP en España el esfuerzo destinado a Cantabria ha sido importantísimo. A pesar de los años de crisis, se han aprobado cuantiosas partidas, sobre todo en materia de Fomento. Ha sido gracias a este Gobierno central que se han podido finalizar la A-8, la Ronda de la Bahía, el Enlace de la Marga, todas ellas obras fundamentales para Cantabria que estaban paralizadas cuando Rajoy llegó al Gobierno. Se han pagado todas las expropiaciones pendientes, se han hecho y se continúan haciendo millonarias obras de mejora en la red ferroviaria, en el Puerto de Santander… Entiendo que el Gobierno regional reivindique más actuaciones, es su obligación y es lógico que quiera para Cantabria aún más dinero del que recibe, pero no se puede negar la mayor.
–El Gobierno cántabro cifra en 80 millones lo que debe el Estado a la región. ¿Da usted validez a esta reclamación?
–Validez ninguna, partiendo de que el convenio entre el Ministerio de Cultura y el Gobierno de Cantabria para la Fundación Comillas está resuelto desde diciembre de 2013. Tampoco existe validez en lo referido a la financiación de la Ley de Dependencia, que el Ejecutivo regional interpreta a su antojo. El Gobierno de Cantabria puede reclamar lo que considere oportuno. Lo puede hacer ahora y lo podía haber hecho también cuando gobernaba Rodríguez Zapatero, aunque entonces no lo hizo. Y de aquellos barros, estos lodos.
–¿Tienen razones los cántabros para sentirse engañados con la financiación de Valdecilla?
–Valdecilla ha sido siempre una prioridad del PP y todo el dinero recibido para el hospital ha sido siempre gracias a gobiernos del PP. En esta ocasión, el Gobierno regional hizo las cosas mal y no justificó como debía la subvención recibida. Cuando las cosas se hacen mal es muy difícil cumplir con los compromisos. No obstante, la disposición del Gobierno de España para seguir colaborando y dialogando con el Ejecutivo cántabro y llegar a acuerdos de financiación es permanente.
Valdecilla
–¿Cree que el Gobierno regional está cumpliendo con los requisitos del Estado (déficit, planes de ajuste, pago a proveedores, etc...)
–No está cumpliendo y lo peor es que tampoco el Gobierno regional reconoce que no cumple por su mala gestión. La culpa para Revilla siempre es de otros, aunque la realidad es que cumplen todas las Comunidades menos Cantabria. Pero hay quienes tienen excusas para todo.
–¿Cómo definiría ahora mismo las relaciones entre ambas Administraciones?
–Por parte del Gobierno de Rajoy son totalmente normales, son relaciones de colaboración y lealtad entre Administraciones. No hay ningún problema con el Gobierno de Cantabria. Pero no lo ha habido nunca. Jamás. Hace días estuvo el ministro de Fomento con el consejero Mazón firmando una aportación del Estado para el Plan de Vivienda de Cantabria de casi 8 millones de euros; ha habido una reunión en el Ministerio de Medio Ambiente con responsables de Cantabria para tratar de alcanzar acuerdos dentro del Pacto Nacional del Agua; el consejero Rafael de la Sierra fue designado por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría para rediseñar la Comisión Nacional de Protección Civil... Sobran ejemplos de que existe una relación fluida.
Crisis en los partidos
–El Estado tiene en marcha diversos proyectos en la región: el tren a Madrid, el tercer carril a Vizcaya, la solución al nudo de Torrelavega, la carretera del Desfiladero. ¿Se puede hablar de plazos concretos?
–Todos estos proyectos evidencian que existe un compromiso especial del Gobierno de España con Cantabria, que se debe reconocer y poner en valor. Sobre todo cuando el Gobierno de Cantabria no dedica ni un solo euro a la obra pública y las actuaciones que tiene en marcha el Gobierno de Rajoy en Cantabria son muchas más que todas las que ejecuta el Gobierno autonómico, que lamentablemente no invierte nada de nada en las infraestructuras de esta comunidad. Estamos hablando de una inversión del Ministerio de Fomento en Cantabria para estos años de 2.000 millones de euros, la mayor inversión en infraestructuras en toda la historia de esta Comunidad Autónoma. Revilla no puede seguir engañando a la ciudadanía hablando de una marginación que es absolutamente imaginaria.
–¿Y los plazos?
–El ministro De la Serna ya ha dicho que la intención es licitar este año el tramo Sierrapando-Barreda. También este año espera poder licitar el ramal de la A-67 de acceso al Puerto de Santander y presentar el proyecto del tercer carril del tramo de la A-8, entre Solares y límite provincial con Vizcaya. Me consta que la voluntad del Ministro es impulsar todos los trámites para que tengan la mayor celeridad.
–De todos ellos, ¿cuál cree que debe ser el prioritario?
–Todos son importantes y todos son necesarios. Pero es cierto que la conexión Santander-Madrid en tren en tres horas es una reivindicación de muchos años que ahora, con Íñigo de la Serna al frente del Ministerio, no sólo está mucho más cerca de hacerse realidad sino que la propuesta final (con la Alta Velocidad hasta Reinosa) será mucho mejor.
–¿Cómo ve la situación política de Cantabria en un momento en que cuatro de los cinco grandes partidos están en crisis?
–No todas las crisis tienen malas consecuencias. En muchas ocasiones son periodos de reflexión y de cambios que permiten a los partidos salir reforzados. Soy bastante respetuoso con los procesos internos de cada formación y sinceramente, confío en que todas las crisis sean para bien porque será bueno para la política y para la sociedad.
-¿Le preocupa la situación interna del PP? ¿Cuál cree que debe ser el camino que ponga fin a esta situación?
–Claro que me preocupa. Llevo militando en este partido desde hace más de 30 años y es una formación de la que me siento parte y a la que quiero y respeto. Para llegar a un acuerdo, en todos los ámbitos de la vida, es necesario mucho diálogo. Y en este caso concreto, no hay que olvidar que es mucho más lo que une que lo que separa. Ojalá se llegue pronto al final de esta situación y el Partido Popular consolide su fuerza en Cantabria, que es muy grande.
–El nombramiento del nuevo jefe de la Policía, Héctor Moreno, fue muy polémico por su condena por torturas en 1994 (posteriormente fue indultado). ¿Cree justificada dicha polémica?
–En absoluto, pero por desgracia existe gente interesada en crear polémicas, por estériles que éstas puedan resultar, y sacar de los cajones cuestiones de hace años que ya fueron en su día juzgadas y resueltas. Pero al margen de ello, creo que es una suerte para Santander y Torrelavega y por extensión para toda Cantabria contar con un grandísimo profesional como es Héctor Moreno, con una trayectoria de éxito policial reconocida por el conjunto de la Policía Nacional, por sus propios compañeros y por los más altos mandos del Ministerio del Interior. En los seis meses que lleva al frente me ha llamado la atención su profesionalidad y su sensibilidad hacia las necesidades y preocupaciones de los vecinos.
–La atención al ciudadano en los cuarteles de la Guardia Civil se modificó «para optimizar recursos» y aumentar la presencia de efectivos en la calle. ¿Cómo está funcionado el nuevo modelo?
–El modelo se puso en marcha para que hubiera más guardias civiles en las calles y menos en las oficinas. Ni más ni menos. Y creo que está funcionando a tenor de los últimos resultados del Balance de Criminalidad que evidencian importantes descensos en delitos que más preocupan a los ciudadanos. La Guardia Civil es operativa siempre.
–La alerta terrorista ha obligado a reforzar las medidas de seguridad. ¿Los ciudadanos cántabros pueden estar tranquilos? ¿Tiene medios para actuar en una situación así? ¿Está preparado para afrontarla?
–Lamentablemente, ninguna ciudad del mundo está libre del ataque de los terroristas, por eso precisamente España está en alerta desde hace tiempo, del mismo modo que lo están otros países europeos. Claro que podemos vivir tranquilos pero siendo conscientes de que existen peligros para los que tenemos medios y estamos preparados.
–Los ayuntamientos se muestran impotentes para luchar contra el botellón. ¿Hasta dónde pueden llegar las Administraciones para acabar con este problema?
–Es complicado acabar con el botellón pero tengo claro que no sólo bastan las medidas que llevan a cabo las policías locales y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En este problema tienen un papel clave las familias, los educadores y la Administración. Nosotros se lo podemos poner más difícil a quienes quieran participar en un botellón pero mientras el fenómeno sea visto como algo ‘normal’ por parte del resto de la sociedad, el problema seguirá existiendo.
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