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A Salvador Blanco le quedan cuatro meses para jubilarse después de seis años en el ojo del huracán político de la región. Un cambio de ... vida radical tras dos intensas etapas al frente de Sodercán, la mayor empresa pública de Cantabria. Ha sido el arquitecto de la política financiera del primer bipartito, reprobado en el Parlamento dos veces, promotor de multitud de proyectos de internacionalización de empresas regionales, protagonista en una comisión de investigación, señalado en una auditoría por ‘irregularidades” en su gestión, brazo derecho de la política empresarial del PSOE, imputado por el caso GFB (después archivado) y enemigo acérrimo de Podemos hasta su salida de Sodercán este mismo mes.
-Si mira hacia atrás, ¿considera que ha sido un buen consejero delegado de Sodercán?
-¿Para mí? Evidentemente, sí. El mejor, eso está claro. Pero me someto al veredicto que den los empresarios, de todos los que han participado en los proyectos. Sodercán está mejor ahora que en 2015. Cuando la cogí no hacía nada, durante el mandato del PP había participado en Ecomasa y poco más, no existían proyectos. En dos años y medio, con la mitad de la plantilla, hemos vuelto a la producción de mi primera etapa.
-En una entrevista, en abril de 2009, dijo: «No contemplo la figura del arrepentimiento. Equivocarte nunca te llegas a equivocar del todo». ¿Sigue pensando igual?
-Sí. Yo nunca me arrepiento de nada, eso lo tengo muy claro. Nunca en mi vida he actuado con mala fe, jamás. Me podrán decir que he sido ingenuo y que me fio de las personas, que me he equivocado por ilusión, por ser optimista... ¿pero arrepentirme? No.
-Entonces, ¿nunca ha hecho nada al frente de Sodercán de lo que arrepentirse?
-No. Equivocarme sí, claro, pero nunca del todo. Cuando haces algo, sin maldad, siempre se genera algo positivo. Hay que quedarse con eso para seguir creciendo, para generar conocimiento. Lo que me entristece es que, hoy en día, eso no cotiza, no sirve.
-Sodercán inyecta 15 millones de euros en Sidenor, usted dimite de la primera empresa y entra al consejo de la segunda. ¿Entiende que se hable de puertas giratorias?
-Se ha querido trasladar a la opinión publica que pasaba de un puesto a otro cuando es falso. Lo que me duele es que, sabiendo que es mentira, se haya insistido y creado un relato sobre puertas giratorias cuando no es así. Primero, Sodercán no ha dado ninguna ayuda a Sidenor, solo ha ejecutado la política que el Gobierno le encomendó, avalada por la unanimidad del propio Parlamento. Entramos en el accionariado de la empresa y compramos activos por valor de 15 millones, pero no dimos ninguna subvención. Y segundo, se me pide que me incorpore al consejo para preservar esa inversión después de diez meses negociando con los propietarios. Un cargo que no está remunerado, por cierto.
-¿Quién se lo pide?
-El propio presidente del Gobierno, directamente. La primera vez fue el pasado mes de junio. Pasó el verano, con todo el vía crucis que sufrimos algunos, y cuando se ejecutó la promesa de compra, el propio Miguel Ángel Revilla y la vicepresidenta me insisten en que vaya de consejero. Y yo lo acepto aunque no tengo ningún interés en estar allí.
-Si no es un puesto remunerado y ya no tiene obligaciones con Sodercán, ¿por qué va entonces?
-Por responsabilidad. Porque durante diez meses he estado trabajando muy duro, en colaboración con mucha gente de Sodercán, para sacar adelante una negociación muy dificil. Y cuando el Gobierno me dice que sería conveniente que esté yo allí, acepto por sentido del deber. Así soy, así seré y así me moriré. Para mí no es raro. Para mí lo mas cómodo sería quitarme de en medio de una vez. Con esto no estoy sacando nada, lo único que hago es comprometerme en un consejo de administración con mucha responsabilidad.
-El sentido del deber puede sonar a argumento fácil en este contexto político. ¿No hay ninguna otra contrapartida?
-Llegas a una edad en que te molestan pocas cosas como persona, pero como ciudadano me perturba que se hagan juicios de valor de manera gratuita. Me parece inaudito, doloroso y de mal gusto que un partido político (Podemos) esté hablando de puertas giratorias desde el primer minuto, cuando saben que no se cobra y no hay dietas de ningún tipo. Y es de poco recibo que el secretario general del partido que ha estado gestionando este proyecto (Pablo Zuloaga, PSOE) diga que es poco ético. ¿Sabrá él lo que es poco ético? ¿Ir gratis es poco ético? ¿Lo es aceptar un encargo del Gobierno para terminar el proyecto que, en cuantía, es uno de los más importantes de esta legislatura? Es un proyecto de región. Y si me piden que vaya, voy por sentido del deber.
-¿Le sorprendió que el de la CEOE fuese el único voto en contra de nombrarle consejero de Sidenor?
-No.
-Su presidente, Lorenzo Vidal de la Peña, dijo que «nunca habría contratado a Salvador Blanco para dirigir Sodercán». ¿Ha tenido enfrente a la patronal estos años?
-Bueno, depende. Si la patronal es la CEOE y la CEOE es Vidal de la Peña, pues evidentemente no hemos tenido una relación…. tampoco diría mala. Él ha hecho algunas declaraciones en mi contra, pero no hay nada personal por mi parte, no sé si por la suya. De todos modos, mi relación no ha sido con la patronal, ha sido con las empresas. Si me tengo que someter al veredicto de alguien no es al de Vidal de la Peña ni la CEOE, sino de los muchos empresarios que han pasado por Sodercán. Y estoy convencido de que aprobaría con buena nota.
-UGT sí salió en su defensa y denunció una campaña de acoso contra usted. ¿Esto sí le sorprendió?
-Tampoco. Mi relación con los sindicatos ha sido extraordinaria. En el caso de Sidenor, por ejemplo, ha sido clave el trabajo desde el comité de empresa y de los sindicatos. Han estado ayudando mucho en el proyecto. Por eso no me extraña. La reacción de los empresarios y sindicatos a este linchamiento o acoso que he sufrido ha sido extraordinaria. Me siento muy halagado.
-Pablo Zuloaga y Podemos coincidieron mucho en las criticas a su nombramiento, ¿está muy cerca el líder socialista del partido de Pablo Iglesias?
-Zuloaga le está haciendo el trabajo a Podemos. Utiliza el mismo discurso. Quizás sea una estrategia, en eso no voy a entrar, pero desde fuera, como ciudadano próximo al PSOE, me preocupa la deriva que está tomando. Zuloaga tiene mucha responsabilidad, si los militantes han votado esa aproximación a Podemos, no sé… Lo tiene que explicar él.
-¿Nunca se ha sentado a hablar con él antes o después de que exigiera su cese en Sodercán?
-Nunca. Me he ofrecido por varios sitios y varias veces, pero jamás he tenido una reunión con Zuloaga. Nunca me preguntó por Sidenor y no tardó ni cinco minutos en salir diciendo que mi comportamiento era antiético. Sin haberse informado de nada. Que me venga a mí a hablar de falta de ética o de regeneración democrática, en fin… Nunca he dado problemas y llevo 37 años trabajando. Soy un servidor público, un funcionario, no he estado ahí por la cuota política, no he formado parte de ningún cargo orgánico en un partido.
-«Es llamativo que Eva Díaz Tezanos vincule su futuro político a Salvador Blanco», dijo Zuloaga este verano. ¿Por qué la vicepresidenta le ha defendido con uñas y dientes?
-Ella no se merece lo que le han hecho. Es una mujer absolutamente honesta y tremendamente trabajadora. Llegaron a decir que me defendía porque el PSOE me debía algo. A mí no me deben más que el haberme entregado al Gobierno durante diez años sin reservas de ningún tipo y sin buscar ningún tipo de beneficio personal. Ella ha sufrido mucho durante este proceso contra mí. Y yo por ella. Si fuera por mí, me hubiese marchado hace ya tiempo de Sodercán.
-¿Por qué no lo hizo?
- Por ella.
-¿Le pidió que se quedara a pesar de todo?
-No hacía falta. Eva sabe, desde el mismo momento en el que me nombra, que no tiene más que decir media palabra y yo me voy. Pero ella tenía claro donde me quería y lo injusto de la situación. Han puesto en duda mi honestidad, me han investigado mis cuentas hasta el último céntimo, han mirado todo mi patrimonio y el de mi familia. Por ahí no me van a pillar.
-¿Le aconsejan que dimita o es decisión suya?
-Se juntan muchas cosas. Los años de acoso y linchamiento diario, con Zuloaga haciendo listas de gente como si esto fuera un Gran Hermano de la política, consiguieron desactivarme. Estaba aburrido pero seguía trabajando todos los días, sacando adelante proyectos... Además, a Eva la estaban acosando para que me fuera. Y le dije que me iba ya, que ya no estaba en condiciones de aportar. No tenía ningún sentido aguantar.
-¿Y se marcha sin condiciones, sin pactar ninguna salida?
-Ninguna. En enero me voy al paro y en abril me jubilo. Eso es lo que estoy planteándome. A lo mejor me hubiera gustado terminar proyectos, pero no tengo ninguna puerta giratoria. Esas acusaciones vienen de donde vienen, pero aún así me duelen porque la gente se las cree. No me gusta de este país lo poco que nos queremos. No soy rico y no tengo cuentas en Suiza, mi único patrimonio es mi prestigio profesional, mi trayectoria de cuarenta años. Y que todo eso te lo echen por tierra en nombre de yo que sé…. ¿Qué lecciones estamos dando a las nuevas generaciones?
-En esos momentos de mayor presión de los que habla, ¿echó en falta más apoyo de Revilla? «Nadie es imprescindible», dijo el presidente en 2016, cuando Podemos pidió su cabeza para apoyar el Presupuesto.
-A la gente le pido lo que me puede dar. Ese ha sido mi gran éxito en la vida. Nunca pido lo que no puede darme.
-¿Y Revilla no podía darle más?
-A la vicepresidenta, evidentemente, le podía pedir apoyo porque era la persona que había confiado en mí. Y me lo dio. A Revilla no le podía pedir lo que no me podía dar.
-¿En privado sí lo hizo?
-Por dos veces me pidió que fuera a Sidenor. Nunca he percibido que dudara de mí. ¿Qué no ha habido un apoyo explícito? Tampoco lo he echado en falta porque no lo esperaba.
-El diputado de Ciudadanos, Rubén Gómez, dijo en una entrevista reciente que «Sodercán es una empresa para jugar con los amiguetes a ver cómo nos repartimos el dinero». ¿Le consta que Sodercán haya financiado o ayudado de alguna manera al PSOE?
-Jamás. Lo niego absolutamente. ¿Financiar al PSOE? Nunca me hubiera prestado a eso.
-¿Por qué Eva Díaz Tezanos y el PSOE pusieron tanto empeño en gestionar Sodercán, en sacarlo de Industria y llevarlo a Vicepresidencia?
-Porque tenemos un proyecto de desarrollo de la región y como dependamos únicamente del Presupuesto, vamos listos. Solo cubrimos Educación, Sanidad, Dependencia, la nómina de los funcionarios y el pago de la deuda. Y punto. ¿Qué instrumentos tiene la política para sacar adelante proyectos industriales e inversiones? Muy pocos. Aquí tenemos Sodercán. Y, en vez de mimarla y defenderla, se ha convertido en el saco de los golpes.
-En febrero de 2016, la vicepresidenta dijo que la decisión de mover Sodercán fue del propio Revilla. Parece difícil de creer visto las tensiones posteriores.
-Eso ya no lo sé, no lo puedo contestar. Lo desconozco. Lo que sí creo es que debe depender de Presidencia o de Vicepresidencia. Tiene que salir del ámbito de una sola consejería. No solo Sodercán, sino todos los instrumentos que sirvan para hacer política fuera de los presupuestos, como el ICAF, que debería ser un verdadero banco, o la Cámara de Comercio, que no se está utilizando y en el ámbito internacional es importantisima. Son herramientas transversales, de todo el Gobierno.
-Al consejero de Industria no le hizo ninguna gracia quedarse sin músculo financiero. ¿Ha tenido roces con él?
-Ninguno. Es amigo mío y con mis amigos nunca tengo roces. No lo consentiría.
-Pero él quiere a Sodercán en Industria. «Sería música celestial», llegó a decir el año pasado.
-Probablemente es porque no ha reflexionado sobre lo que estoy diciendo de su uso transversal. Industria no queda vacía, Sodercán ha estado trabajando para ellos. Igual molesto si digo esto, pero es que no veo ningún problema. Estos celos que puede haber entre consejerías no los entiendo. Si algo sé hacer bien es generar equipos, y no puedo entender que haya celos. Los ciudadanos te ponen ahí para ser eficaz y eficiente. Lo demás son tonterías.
-Es una idea muy idealista de la política. ¿Como la que tienen los nuevos partidos?
-No, no. Los nuevos partidos han empeorado la política. Sí que es cierto que los partidos tradicionales habían entrado en una cierta esclerosis, normal por otro lado, ya que todas las organizaciones necesitan renovarse. Entonces aparecieron nuevas siglas y la gente se creó unas expectativas que no solo no se han cumplido, sino que han ido a peor. No estoy nada de acuerdo con su política-espectáculo, en la que no se hace ninguna reflexión. Se está hurtando a los ciudadanos un debate serio sobre gestión y políticas.
-¿Por qué no se han cumplido esas expectativas?
-Está pasando en todo el mundo: los partidos están en crisis y lo que se impone son los ‘outsiders’ con mensajes que son píldoras de doctrina. El descrédito, el insulto y la descalificación se imponen. Yo no participo de eso. No tengo twitter, ni Facebook. Estoy a favor de la tecnología de manera absoluta, pero no con que la política resida en ámbitos oscuros donde, a través del anonimato, se pueda denigrar a la gente. A mí se me ha machacado de manera gratuita, sin conocerme, sin saber, dando por hecho las cosas sin comprobarlas. Con GFB, por ejemplo, dijeron que yo había tirado dinero, que lo había despilfarrado…
-Le imputaron en esa causa...
-Pero por participar en un único consejo de administración en el que se aprueba contratar a treinta personas para poner en marcha la maquinaria y cobrar, así, la subvención regional. Al final, el juez dijo claramente que no había fraude ni nada. Yo entré al final del proceso y puse orden, no metí más dinero publico… ese es el verdadero relato. Y el que circula por ahí es que yo soy un despilfarrador. ¿Qué hago, salgo con una pancarta a decir que es falso? Esto es lo que no me gusta de la nueva política. Hay unos personajes en el Parlamento interesados en este tema y da igual lo que digas. Estoy cansado de estas peleas. Son seis años ya aguantando.
-¿Tiene miedo de que dentro de 20 años se le recuerde solo por esta última etapa de conflicto?
-No, miedo no, me da pena. No solo por mí, sino por todos los salvadores blancos que se dejan la piel, día a dÍa, por hacer las cosas bien. Ahora no cotiza al alza ser responsable y tener iniciativa. A veces te equivocas, pisas callos… pero no molestar y pasar desapercibido es lo que más se lleva, como malmeter, intrigar, denostar… esto es lo que hay.
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