
Zuloaga aumenta la presión y solicita a Revilla el cese del consejero de Educación
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El presidente regional recibe con recelo la propuesta y quiere hablar con Ferraz antes de adoptar una decisiónLas pocas opciones que aún quedaban de lograr un acuerdo entre Pablo Zuloaga y Eva Díaz Tezanos para resolver la fractura interna del PSOE han quedado dilapidadas en las últimas horas. Según ha podido conocer este periódico, el secretario general ha solicitado al presidente del Gobierno, Miguel Ángel Revilla, que cese al consejero de Educación, Cultura y Deporte, Ramón Ruiz, mano derecha de la vicepresidenta Eva Díaz Tezanos y uno de los más críticos con las intenciones del nuevo líder socialista. El nombre de Ramón Ruiz se suma así al de otros altos cargos del Gobierno ya avanzados tras el encuentro entre Revilla y Zuloaga. El movimiento del secretario general socialista se ve dentro de Peña Herbosa como un intento de demostración de fuerza ante la rebelión interna que se ha encontrado dentro de sus propias filas. «La confianza, igual que se gana, se pierde», se ha llegado a decir desde el entorno de Zuloaga en las últimas horas.
No por esperada, la contundente petición expuesta por Zuloaga pilló a contrapié a su socio en el bipartito. Miguel Ángel Revilla confiaba en que los socialistas llegasen a su despacho con una lista de cambios pactada entre ambas sensibilidades y no como una bomba de relojería que le puede estallar en las manos en cualquier momento. Él es consciente de que el pacto de gobierno es entre partidos, no entre personas. Pero el cese del consejero de Educación, de cuya gestión además tiene buena opinión, le parecen palabras mayores.
Al culebrón de la ruptura total entre Pablo Zuloaga y Eva Díaz Tezanos le faltaba sólo una imagen que resumiera la confrontación. Y el miércoles se produjo en el lugar menos esperado: en las escaleras de la Catedral de Santander. A ojos de las cientos de personas que acudieron a la misa en honor a los Santos Mártires, y de sus compañeros de partido a través de las redes sociales, el secretario general del PSOE y su homológo de Santander, Pedro Casares, acudieron a la ceremonia con los consejeros de Sanidad, María Luisa Real, y de Economía, Juan José Sota.
La imagen, que a simple vista puede parecer inocente, provocó una descarga eléctrica en la espina dorsal del equipo más cercano a la vicepresidenta, ya que sólo 24 horas antes Zuloaga se había reunido con Revilla y los consejeros -con Real y Sota por un lado y con Tezanos y Ruiz por otro- y había centrado los cambios que planteaba en la Vicepresidencia y en la Consejería de Educación, Cultura y Deporte.
En el PSOE, muchos interpretan esta imagen como un intento de visibilizar «una fisura interna» dentro del Ejecutivo y ven en ella un acercamiento al nuevo líder.
Así que el regionalista ha pedido tiempo para rumiar el asunto antes de dar una respuesta. Su intención es meditarla durante los próximos días y abordarla directamente con la dirección nacional del PSOE. Todo dependerá de lo que diga Madrid. En el Ejecutivo sostienen que la relación de Revilla con el nuevo portavoz nacional del PSOE, Óscar Puente, es «fluida», así que creen que puede hacer de intermediario. «Todo dependerá de lo que acabe planteándose de manera oficial. Nosotros seguimos en la línea de que sería bastante triste que se pusiera en riesgo la estabilidad del Gobierno, y más ahora que empezamos a preparar los presupuestos del próximo año y nos encontramos en la mitad de la legislatura», recalcan desde el PRC. Pero, a renglón seguido, recuerdan el mensaje que mandó el miércoles por la tarde la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, a la exsecretaria general, Eva Díaz Tezanos, al recordar que «quienes ocupan las instituciones han sido elegidos en una lista del PSOE y, por supuesto, deben de seguir la línea que marca el partido en cada territorio».
El encuentro entre los líderes del PRC y el PSOE (celebrado el pasado martes) supuso una doble afrenta para los cargos socialistas en el Gobierno. Estos consideran una «deslealtad» que no se les hubiera avisado con carácter previo hasta el punto de toparse con Zuloaga en Peña Herbosa, esperando para entrar al despacho de Revilla (el presidente y la vicepresidenta comparten la sexta planta de Peña Herbosa). Y, lo más trascendente, que anunciase antes sus intenciones de introducir cambios en el Ejecutivo a su socio de Gobierno que a los propios interesados.
A pesar de la tensión y la inestabilidad en la que se ha instalado el Ejecutivo, este jueves el Consejo de Gobierno no abordó el asunto durante la habitual reunión semanal. «Fue como cualquier otro jueves, como si no ocurriese nada», explicaron varios de los presentes a este periódico.
Lo que está claro es que la dirección regional de los socialistas está dispuesta a ganar el pulso que le echan sus compañeros de filas en el Gobierno de Cantabria cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Así lo decidió la Ejecutiva del PSC-PSOE en pleno el lunes por la noche durante su reunión para abordar la 'hoja de ruta' y los cambios en el bipartito. Algunos de los miembros de la Ejecutiva ven a Ramón Ruiz como el artífice de la resistencia que les plantean los partidarios de Díaz Tezanos y creen que con su destitución la oposición se desinflaría como un suflé.
El núcleo duro de Zuloaga responsabiliza directamente al consejero de Educación de parapetarse y bloquear los cambios. No le ha gustado a ninguno que Ruiz dijese públicamente, a preguntas de los periodistas, que «no iba a cambiar a su equipo porque estaba haciendo un buen trabajo». Y aún menos que en la entrevista que Eva Díaz Tezanos concedió a este periódico, donde rompió su silencio y criticó a Zuloaga por «trasladar la división del PSOE al Gobierno», insistiese en que «hasta ahora no he oído un razonamiento serio para hacer cambios en el Ejecutivo. No quiero pensar que sea una purga o una vendetta contra algunas personas que están haciendo un buen trabajo», llegó a afirmar la vicepresidenta.
Y la estrategia de la nueva dirección parece evidente, porque una salida del Gobierno regional de Ramón Ruiz podría llevar a Díaz Tezanos a abandonar el Ejecutivo de manera voluntaria.
Además, el sacrificio de Ruiz llevaría aparejada la caída de todo su equipo -algunos de ellos ya previstos dentro de los relevos planteados por Zuloaga- y le permitiría acomodar en la Administración, con cargo y sueldo, a algunas de las personas que le apoyaron durante la campaña. La Ejecutiva tiene en su lista de cambios a los directores generales de Sodercán, Salvador Blanco; de Política Social, Ana Isabel Méndez; de Investigación y Universidades, Marta Domingo; de Cultura, Marina Bolado; de Deportes, Zara Ursugía, y otros tres altos cargos del Instituto de Servicios Sociales: Vanesa Solórzano, José Luis Gallo y Judith Pérez, los dos últimos enfrentados en algún momento a Pedro Casares.
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