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Parte de la gran bandada de buitres devorando a la vaca recién parida que estaba en el campo cerca de su cuadra en Hoz de Anero.
"Doscientos buitres" devoran una vaca recién parida y su jato en Hoz de Anero

"Doscientos buitres" devoran una vaca recién parida y su jato en Hoz de Anero

Los ganaderos vuelven a denunciar que la ley que prohibe dejar animales muertos en los montes priva de alimento a estos carroñeros que buscan su supervivencia

Nieves Bolado

Domingo, 12 de junio 2016, 13:01

Ha vuelto a suceder. Ayer fue en Hoz de Anero. Hace unas semanas en San Vicente del Monte. Hace unos meses en San Pedro del Romeral. Los buitres especie protegida necesitan comer y ya no encuentra carroña en los montes para alimentarse, así que acuden donde hay vacas parideras, cuando ellas y sus crías están más indefensas, y materialmente las devoran en lucha por la supervivencia.

«Lo sabíamos pero lo de hoy (por ayer) nos ha asustado. Jamás habíamos visto nada como esto». Quien relata la escena «de pánico» es Guillermo, primo carnal de Ángel Regato, dueño de una cuadra de vacas de carne en Hoz de Anero. Eran las nueve y media de la mañana de ayer sábado. «Fuimos en coche por donde pasta el ganado y nos encontramos con un espectáculo que nos horrorizó». Horas después, aún impresionados, relataban a este periódico cómo se encontraron una gran cantidad de buitres: «Creerá que exageramos, pero eran más de doscientos atacando al animal», aseguraron y las fotos prueban que no se alejan de la verdad.

Una de sus vacas de carne, que pastaba suelta en el campo, entró en parto. Los buitres, al acecho, acudieron en tromba. «No nos atrevimos a acercarnos», relataba ayer, «y en cuestión de minutos, dos centenares de buitres se avalanzaron sobre la vaca, disputándose la matriz. En cuanto la picaron, empezó a desangrarse y allí quedó, agonizando».

«Espectáculo tremendo»

Será una vaca de carne, criada para el matadero, pero a estos ganaderos les dolía ayer «la muerte terrible del animal, más que el dinero que pueda valer». Sacaron fotografías y vídeos con sus teléfonos móviles «porque después nadie te cree». Unos metros más abajo de donde agonizaba la madre, destrozada por los picotazos de las carroñeras, la cría «un jato que acababa de nacer», moría engullido por los buitres.

Dicen que llamaron a los agentes del Seprona (servicio de la Guardia Civil para la protección de la naturaleza) «pero llevamos esperando varias horas y aquí no ha aparecido nadie», explicaba Guillermo, ayer a las siete y media de la tarde. «Ya no queremos que nos paguen el animal, es que esperábamos que pudieran matarle y que dejara de sufrir».

Hace un mes, la escena era similar en San Vicente del Monte (Valdáliga) donde una vaca y su cría agonizaban devoradas por los buitres. Su dueño, también llamado Guillermo, no podía contener las lágrimas mientras relataba lo ocurrido a todos los medios de comunicación nacionales a los que hizo llegar el impactante vídeo.

Atacan por hambre

¿Qué está ocurriendo con los buitres? Una de las claves la aportaba la semana pasada el responsable de Seo Bird/Life en Cantabria, Felipe González, cuando explicaba las razones de que estas aves se acerquen cada vez más a los seres humanos y los animales que crían. Tras la crisis de las vacas locas, el temor a un contagio provocó la prohibición de abandonar animales muertos en el campo y en los tradicionales muladares de las explotaciones ganaderas que servían para eso. «Los buitres se han vuelto más agresivos debido a la escasez de alimento, lo que les condujo a atacar a animales heridos, enfermos o en parideras», explica Javier de la Puente, biólogo de la ONG ornitológica.

«Los ataques al ganado son excepcionales y es una afirmación documentada. En los últimos años, la prohibición de dejar cadáveres de ganado les privó de su alimento. La solución fue aprobar una norma, estableciendo puntos donde dejar los animales muertos, pero no se está cumpliendo porque los ganaderos están todavía obligados a pagar los seguros y siguen llevando los animales a las incineradoras. La salida es aplicar el decreto sobre necrófagas», añade.

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