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nacho gonzález ucelay
Lunes, 13 de febrero 2017, 07:44
El accidente producido en la madrugada del domingo en el puerto de Laredo, siniestro en el que han perdido la vida dos jóvenes vecinos de la localidad, ha venido a agrandar el mal fario que persigue a un recinto en el que, en los últimos ... dos años escasos, han muerto ya cuatro personas, todas en circunstancias dramáticas. «Ese lugar está maldito», aseguraba ayer una vecina conmocionada por la tragedia.
La mujer recordaba nítidamente los dos últimas tragedias ocurridas dentro de la instalación portuaria, donde el 13 de mayo de 2015 falleció una señora atropellada por un trailer y el 26 de enero de 2017 pereció un pescador alcanzado por un pieza de su barco.
El primero de esos dos sucesos se produjo en la zona de la lonja, cuando un trailer de grandes dimensiones que acababa de llegar maniobraba marcha atrás para posicionarse en el recinto de carga y golpeó a una mujer derribándola al suelo y pasándola posteriormente por encima sin que el conductor se percatara del atropello. Cuando los servicios de urgencia se presentaron en la lonja advertidos por el propio transportista y algunos testigos del accidente, la mujer yacía sin vida.
Y el segundo ocurrió en el área de atraque, cuando un pescador efectuaba tareas de mantenimiento en el Nuestro Padre Tonino, uno de los barcos más renombrados de la localidad.
De acuerdo con la investigación que se abrió para esclarecer los hechos, el fallecido, Carlos Fernández San Martín, de 42 años de edad e hijo del archiconocido Tonino, estaba trabajando en la embarcación con el resto de sus tripulantes cuando fue alcanzado por un tornillo que salió disparado del hidráulico de la grúa de mantenimiento causándole una perforación de dos centímetros en el pecho.
Aunque los servicios de urgencias desplazados al puerto practicaron al accidentado maniobras de reanimación durante 25 minutos, el pescador, que al recibir el impacto entró en parada cardiorrespiratoria, acabó muriendo en un puerto «maldito» cuya historia negra va mucho más allá.
Más accidentes graves
Hace prácticamente una década, el 28 de noviembre del año 2007, un grupo de pescadores encontró flotando junto al carro varadero del viejo puerto el cuerpo sin vida de José Luis Martínez Negrete, un vecino de Laredo de 76 años que solía pasear por la zona con las primeras luces del día y que apareció con un fuerte golpe en la cabeza producto, posiblemente, de una caída fortuita.
Tiempo atrás, en marzo de 2001, 30 metros del muro Sur del puerto de Laredo se venían abajo provocando un espectacular socavón. El derrumbe, ocasionado seguramente por los trabajos de dragado que se estaban efectuando entonces junto al área afectada, no provocó desgracias personales porque los propios trabajadores de la draga descubrieron las grietas previas y dieron la voz de alerta.
Solo dos años antes de aquello, en marzo de 1999, un carpintero jubilado resultaba herido grave al precipitarse al vacío desde la rampa del puerto.
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