Tintes de carnaval

Otros de los participantes se asociaron en grupos y realizaron actuaciones tan divertidas o como sorprendetes. Por ejemplo la de la primera pareja de participantes, que emularon a los semidioses de la película de Marvel Thor y Loki; cuando el jurado preguntó a las dos jóvenes caracterizadas al detalle que por qué se habían decantado por estos dos gigantes, ellas, con tanta espontaneidad como orgullo, respondieron: "¿Y por qué no?". Los aplausos estallaron en el salón de actos del Palacio de Exposiciones de Santander. Allí cada colectivo dispuso de tres minutos para mostrar a un jurado capitaneado por el director de cine Paco Cabezas que lo suyo iba más allá de la mera afición y que en el fondo emergía la interpretación amateur.

En conjunto participaron cerca de sesenta fans de todas las edades en un show nunca visto en la capital cántabra. La valoración para dictar veredicto atendió a la calidad de los disfraces y la destreza en la interpretación, que debía contener tintes que recordaran lo más posible a los personajes originales. Noemí Morcillo se llevó el gato al agua con su aproximación a Plantas versus zombies en una actuación redonda aderezada con un disfraz de diez. Ganó 300 euros. Le siguió José Antonio Castañeda y su actuación de Space Marine Warhamer y en el tercer puesto terminó Ainoa Buendía con su papel de Harley Quinn.

La tarde multimplicó las visitas de por la mañana. Más adolescentes y adultos que en la mañana, donde los niños cobraron portagonismo. Se notó que era sábado, tiempo de ocio para la mayoría, sobre todo para los adolescentes sin colegios, institutos ni actividades extraescolares, porque colmaron el palacio de Exposiciones. Predominaron los disfraces, que al terminar de la tarde tuvieron su momento de protagonismo con la final del concurso de Cosplay. No todos concursaron, pero sí disfrutaron. Las máscaras ayudaron a olvidar las inhibiciones, esos lastres inminentes a la adolescencia, y afloraron verdaderos actores amateurs, capaces de mimetizarse en sus papeles, los de sus personajes favoritos del cómic, las sagas cinematográficas, los dibujos animados, las series televisivas o los videojuegos.

Espadas de luz

Lejos de los espectáculos masivos, en una de las salas preparadas para las ponencias, unos pequeños encuentran el equilibrio de la calma. Descubren el poder de la fuerza en un ejercicio que tiene más que ver con la trascendencia de la meditación que con el ruido de las películas de Star Wars, donde nace este concepto que sirve para entender el mundo. Tanto es así que hace décadas que existe el Jedismo, un movimiento religioso que ha tomado los postulados creados por George Lucas para fundar una religión oficial que cada año suma más adeptos en todo el mundo.

«Esto no consiste solo en dar espadazos. Los niños tienen que entender que los valores son fundamentales para estar en equilibrio con la fuerza», desgrana Pilar Acebal, de la asociación asturiana de fans Orden 66. «Somos una asociación que ayuda a explicar a los pequeños que lo importante es el perdón, la solidaridad y la bondad. Todo lo demás es el mal». La filosofía de estos preceptos se traslada también a la realidad porque la asociación asturiana, sin ánimo de lucro, dona todas sus ganancias a obras benéficas. Sus trajes son de una verosimilitud pasmosa, y en su mayoría son de confección casera, como los de las decenas de aficionados del concurso Cosplay, que sirvió de máximo atractivo para cerrar un día con cerca de 6.000 visitantes en el palacio de Exposiciones.

La actividad continúa hoy con varias citas importantes como el encuentro con José Ramón Sánchez o la ponencia del realizador Felipe Gómez Ullate.