AnEmiC ciNema

La velada dadaísta en Bonifaz, desde las 20.30 horas, no obstante, se abre con Opus ll, lll, lV de Ruttmann, cinta estrenada en 1921, aunque casi terminada en 1919, considerada la primera película absolutamente abstracta. «En lugar de contener descripciones de la realidad consiste en una sucesiones de colores y formas», de acuerdo con lo ya expuesto en el manifiesto del autor Pintar con la luz. Continuación de la serie Opus, de Ruttmann, «explora el potencial del cine para cambiar nuestro entendimiento del espacio, el tiempo y el movimiento».

Diagonal Sinfonie de Viking Eggeling, muestra sobre fondo negro, unas formas geométricas que aparecen y desaparecen rítmicamente, siguiendo el trazado de diagonales imaginarias. Los juegos de luces y sombras magnifican las perpendiculares, y las paralelas y las curvas crean una armonía de formas al jugar con la luz. Un cuadro animado de círculos y líneas aparece y luego se borra. Esta obra, compuesta por 6.720 dibujos, inaugura los comienzos del cine experimental: un arte nuevo, que utiliza el cine como soporte de la expresión plástica. Su primera presentación pública fue en Berlín, en 1925.

Rhytmus 21 el primer filme de Hans Richter, pertenece a la corriente de absoluten Films. Tres minutos de geometría visual, cambiando constantemente de tamaño y forma.

El mencionado documento de Léger es un proyecto del compositor norteamericano George Antheil y el artista en el que diversos objetos ejecutan un peculiar ballet.

La jornada tiene su plato estrella en Anemic Cinema de Duchamp. Diseños en forma espiral, de movimiento centrífugo, se mueven generando una sensación hipnótica. Cada disco puede leerse mientras rota. Los mensajes, escritos en francés, forman frases y rimas. Una obra experimental a cargo del artista más influyente del siglo XX. El artista busca restar elementos a la imagen de tal manera que termina ocasionando una deconstrucción. No son más que ilusiones ópticas. El cine puramente dadaísta sirvió de inspiración a otros cineastas por el uso de las «formas geométricas, los destellos de luz, las imágenes en movimiento y el tratamiento del negativo, trastocándolo con objetos contundentes, por ejemplo, agujas o alfileres».

La velada se cierra con Letoile de mer de Man Ray, realizada en 1928, considerada su obra más conocida. Concebida a partir de un poema de Robert Desnos, el resultado es una historia de corte onírico, dimensión que el realizador subraya con filtros de gelatina. El dadaísmo pretendió reinventar un nuevo espectador, incomodarlo y narrar a través de «la subversión en el azar, el fotomontaje y los objetos».

Lo irracional y onírico, las espirales hipnóticas, el valor de la incoherencia, la liberación de las imágenes, la abstracción, las nuevas formas de entender y hacer cine configuran un pequeño cosmos visual cuyos exponentes más representativos podrán verse en esta velada que abarca seis títulos creados entre 1923 y 1928.