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Isaac Cuende, autor de ‘Arte-factos’, fallecido hace casi un año, una figura objeto de estas ediciones destinadas a recuperar su legado.
La escritura recobrada de Isaac Cuende

La escritura recobrada de Isaac Cuende

Cinco libros, entre la recuperación, la mirada inédita y el testamento, acercan la palabra poética y el teatro del autor

Guillermo Balbona

Martes, 13 de septiembre 2016, 18:36

Lo convencional obliga a definirle como poeta, dramaturgo y recitador de poemas propios y ajenos. Pero Isaac Cuende era mucho más, un agitador que hacía bailar las palabras, una criatura libre que rondaba el verbo y soplaba debajo de las alfombras oficiales para descubrir los agujeros negros donde se escondían las fontanas blancas de la libertad. Esa querencia, estilo y verdad asoma en su escritura a veces más citada que conocida y ahora recobrada en un doble proyecto editorial que abarca su obra poética y su teatro.

Publicaciones

  • Yacimiento poético.

  • Colección 4 estaciones de Editorial Universidad Cantabria. Rosa Gil explica la filosofía de esta recuperación, revisión y selección, fiel a las publicaciones originales de estos poemarios Pisando la tierra, Wankie. Tambores africanos, Poesía de superficie y Arte-factos.

  • Logomanía metafísica.

  • Veinte poemas inéditos, a modo de «artefactos (poético explosivos).

  • Teatro.

  • Tres volúmenes que recogen ocho obras. Edita Artezblai con el apoyo de la Consejería de Cultura del Gobierno regional.

  • Las piezas.

  • Maquis y Pensión Conchita; La sucursal, Casquería fina y La fuga, y Brigada 88, La rastra y Dime cómo te mató.

Una recuperación que es, al tiempo, labor de memoria y justa aportación para redescubrir a un autor marcado por su coherencia y autenticidad, en ocasiones más preocupado por alentar la palabra de otros que la suya, y nunca sumiso ni devoto de tribunas institucionales ni concesiones comerciales. Y ello de la mano de su compañera Rosa Gil, con la que compartió escenarios, atriles, plazas, calles, teatros y escuelas, pero también una mirada cómplice sobre el mundo y la creación, la escena y la palabra.

Dos proyectos editoriales plasmados en cinco volúmenes que contienen otros tantos poemarios, uno de ellos exento e inédito, y ocho piezas teatrales verán la luz en las próximas semanas con sendas presentaciones este mes y el próximo mes de octubre. Su trayectoria, la de un hombre inquieto, de creación pausada pero incesante, está sembrada por una veintena de obras poéticas y dramáticas.

La trascendencia de las nuevas publicaciones se fundamenta en tres pilares: la reunión de una escritura o bien dispersa, o publicada antes y ya imposible de hallar en librerías; segundo, el acercamiento global de la creación de Cuende (Santander 1930-2015) a las nuevas generaciones y, por último y no menos importante, el estar acompañada de prólogos e introducciones que contextualizan su labor, escritos encabezados por el estudio preliminar de Ana García Negrete, artífice también junto a Rosa Gil de esta recuperación. Un escaparate editorial a dos bandas que tendrá un anexo a finales de año.

Precisamente en uno de los volúmenes que ahora serán publicados aparece el poema Testamento, toda una declaración de Cuende sobre su filosofía vital y creadora tantas veces forjada durante sus paseos y reflexiones matinales frente a la bahía santanderina. «Quiero salir de aquí sin hacer ruido (...) Brujo soy porque dije a los humanos que prefiero los versos a la hortera vanidad del dinero y de los lujos». Las publicaciones que recobran este otoño su legado reflejan precisamente el espíritu de la letra y el tono cívico y cultural de Cuende, su independencia y sentido creativo. Por un lado, el doble volumen que ve la luz en la colección Cantabria 4 estaciones de la Editorial Universidad de Cantabria: Yacimiento poético y Logomanía metafísica.

El primero, con el estudio de la poeta García Negrete aglutina los poemarios del también actor: Pisando la tierra, Wankie. Tambores africanos, Poesía de superficie y el citado Arte-factos. El segundo, con prólogo del poeta y ensayista Alberto Santamaría, reúne sus últimos poemas y juegos de palabras. Rosa Gil subraya que Yacimiento poético persigue recuperar la poesía de Cuende aparecida entre 1971 y 1979. Y recuerda la vinculación del poeta con la UC, como fundador del Aula de Teatro, lo que la condujo a solicitar esta publicación impulsada por Belmar Gándara y Eva Cuartango.

Cuende, uno de los renovadores y modernizadores de la creación poética en Cantabria y una de las personalidades más destacadas de la vida cultural del último medio siglo, reaparece aquí con toda la fidelidad posible. Rosa Gil remarca precisamente que Yacimiento poético ha tratado de ajustarse a los libros originales, es decir, conservando las imágenes y respetando los detalles con los que vieron la luz. Los libros citados han sido sometidos a revisión y selección y el estudio de Ana García Negrete devuelve al Cuende «verdadero, caminante que avanza al compás de su pisada, al ritmo del sonido del mar, del viento y del tabaleo de sus dedos. Siempre a cuestas con la vida y la palabra», escribe Gil.

Arte-factos que cierra el volumen glosa los experimentos de poesía visual de Cuende, publicados o exhibidos de manera dispersa entre 1977 y 2003.

El breve volumen Logomanía metafísica reúne veinte poemas inéditos, a modo de «artefactos (poético explosivos)». Alberto Santamaría destaca que estos poemas de Cuende «desplazan el sentido rutinario del lenguaje con el fin de provocar una sacudida». A lo largo de este libro, una feliz invitación a descubrir a Cuende, «el poeta se disfraza, voltea las palabras, las rompe, las reúne para hacernos conscientes de la fragmentariedad y fugacidad de todo sentido». Ambos volúmenes de Cantabria 4 estaciones serán presentados el próximo día 29 en el Paraninfo de la UC.

Compromiso, farsa y tragedia

El otro lado del proyecto editorial en torno al autor de Contrabando reside en tres volúmenes que reúnen ocho de sus piezas teatrales: Maquis y Pensión Conchita; La sucursal, Casquería fina y La fuga, y Brigada 88, La rastra y Dime cómo te mató. Las publicaciones ven la luz en la colección Textos Teatrales de la editorial Artezblai junto a la Consejería de Cultura del Gobierno cántabro que ha mostrado en todo momento su apoyo al proyecto de Rosa Gil.

Cada tomo reproduce el texto Mi método de trabajo de Cuende y cuenta con tres introducciones de otros tantos autores. Isidro Cicero destaca que para Cuende «la palabra es imagen, arma arrojadiza, provocación y travesura». Por su parte, Francisco Valcarce subraya que «el discurso ético de Cuende no descansaba sólo en la expresión humorística, sino que se deslizaba lúdicamente hacia un territorio próximo a la tragedia».

Finalmente, Carlos Fernández López introduce las tres obras Brigada 88, La rastra y Dime cómo te mató para destacar que hablan del «sometimiento absoluto como forma de casigo, la forma suprema de violencia que es creerse dueño de la vida del otro».

Estas publicaciones constituyen un paso coherente que responde y refleja la forma en la que vivía Cuende la palabra: «Un poeta-dramaturgo, el nombre cabalga unido en Isaac, de un provocador de palabra y obra cuya intención ha sido siempre incitar una actitud activa en lectores y espectadores», como le define García Negrete.

Una iniciativa que queda totalmente desvinculada del sentido de homenaje o de evocación como pudiera pensarse dada la cercanía del primer aniversario de la muerte del autor. El tiempo sí ha querido armar coincidencias como la del próximo estreno de La Machina Teatro. Este estreno absoluto de la última obra de Isaac Cuende, Casquería fina, que pondrá en escena la compañía de Paco Valcarce, será además un homenaje al actor de esta agrupación, Luis Oyarbide, también fallecido el pasado mes de febrero, intérprete, asimismo, de La sucursal. La cita será en el Palacio de Festivales en octubre.

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