Superman ahora tiene perro... y funciona
La enésima versión del gran superhéroe americano vuelve al confort de siempre, con nuevas caras y un humor que convence
Aunque parezca mentira, la que se estrena este viernes es solo la cuarta película de Superman en lo que va de siglo XXI. Como declaración de intenciones, sale sin subtítulo ni número: es simplemente 'Superman', como si no hubiera habido ninguna otra antes. Ha vuelto la luz, la inocencia, incluso el color azul del traje se ha vuelto más claro que en la etapa anterior: eran los años oscuros —literalmente— del director Zack Snyder, donde se intentaba dotar de mucha profundidad psicológica a un personaje que igual no necesitaba tanta.
Esta película rompe el ciclo. A Superman lo interpreta un sonriente David Corenswet y el nuevo director es James Gunn. Tiene un largo historial en el cine de superhéroes, por ejemplo con 'Guardianes de la galaxia' (2014), un inesperado éxito en parte gracias a un sentido del humor afable y rápido que aquí consigue volver a brillar. La más clara ruptura con la etapa anterior es el perrito. Se llama Krypto, es del planeta de Superman y apareció en cómic en 1955. Cuando se publicaron los primeros avances de esta película, el público se horrorizó ante la aparición del animal, pero lo cierto es que encaja y funciona con el tono de una superproducción que busca volver a los orígenes.
No quiere decir esto que no vaya a haber conflicto , aunque sí que más o menos es el de siempre. Como novedad, en este mundo de hoy Superman «casi nunca» lee lo que dicen de él las redes sociales, su madre —la de Kansas— le grita al manos libres del smartphone, y cuando salva la ciudad, actividad que se ha vuelto desquiciantemente rutinaria, algún viandante le graba con el móvil. En cierto momento los villanos usan a los medios y las redes para enfangar su reputación, trama que también hemos visto muchas veces. Al villano no hace falta presentarlo: el multimillonario magnate tecnológico Lex Luthor.

Interpretado de manera solvente por Nicholas Hoult, no habrá espectador en el mundo que no le vea como retrato de los mandamases tecnológicos de hoy y sus grandes carencias, pero el perfil del personaje no ha cambiado un ápice de película en película. Por eso titulaban en la revista Vulture que esta cinta «no está tratando de ponerse política, simplemente ahora tenemos supervillanos en la vida real». Tanto, que hay un dictador de un país inventado donde el idioma se parece mucho al ruso y cuyos edificios tienen cúpulas de cebolla, que está invadiendo el país de al lado «para liberarlo». Superman ayuda al invadido, país estereotípicamente desvalido y pobre. Sus habitantes podrían parecer árabes, así que parte de los espectadores lo han visto más como un recado para Netanyahu que para Putin. Lo claro es que Luthor está obsesionado con que Superman es extranjero, un 'alien' —palabra que suena mucho hoy día en Estados Unidos— y la mirada enrabietada de Hoult recuerda al mejor Tom Cruise de 'Tropic Thunder'.
Secundarios carismáticos
Otro rasgo de esta vuelta a los viejos tiempos: los personajes secundarios, por poco que salgan, se hacen carismáticos: a uno le ponen un gran bigote, a otro unas gafas colosales, no hace falta más. Si el padre —de nuevo, el de Kansas— sale dos minutos, consigue que sean dos minutos de oro, como en cualquier película del Hollywood de los ochenta. Uno de estos secundarios es Wendell Pierce ('The Wire') con tres o cuatro frases más que suficientes. Es el director del periódico, porque no olvidemos que Superman escribe en el Daily Planet cuando lleva gafas y no capa. Allí trabaja también Lois Lane, todo un acierto de casting: Rachel Brosnahan ('La maravillosa Sra. Maisel'), rápida, con gracia y con mucha energía vital.

Esta película solo decepcionará a quien busque en ella lo que no es. Por supuesto hay alguna pelea demasiado larga, varias frases muy redundantes y algunos estereotipos exagerados. Pero es coherente consigo misma, sus personajes están vivos, el viaje del héroe se completa igual de bien que siempre ha hecho, y alguna secuencia de acción es muy espectacular (la de Mr.Terrific en la playa, por ejemplo). O sea, exactamente lo que uno buscaría en una película de Superman. Y, además, se van a adoptar muchos perros blancos.
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