La mirada de José Ramón Sánchez sobre Moby Dick llega a la Biblioteca Central

Tras su paso por Comillas, la Biblioteca Central de Cantabria expone las viñetas y dibujos de la mítica novela de Herman Melvill, en los que el dibujante santanderino deja su sello personal en seis obras a color, que incluyen al propio autor.

En uno de esos cuadros, el narrador de la novela, Ismael, descorre una cortina y ve a José Ramón Sánchez con un pincel en la mano y otro entre los dientes y, este, a su vez, mira a una playa en la que ve al único superviviente de la historia que, cerrando el círculo, vuelve a dirigir su mirada hacia el ilustrador.

La exposición, que pouede visitarse desde este jueves y hasta el 15 de marzo en la Biblioteca Central de la capital cántabra, narra a través de 62 obras la persecución del Capitán Ahab a la ballena blanca, lo que a juicio de su ilustrador supone una historia «muy actual».

«Sigue habiendo capitanes Ahab, en el mundo de las finanzas o en la política», asegura Sánchez, quien añade que esa novela le produce «obsesión».

El blanco y negro del cómic contrasta con seis coloridas obras de gran formato, en las que Sánchez -hace 17 años- se dibuja a sí mismo compartiendo escenas con Ismael, el capitán Ahab y compañía, ya sea directamente o reflejado en un espejo, y donde deja constancia que él estuvo allí a través de una alusión escrita.

El dibujante considera que en la actualidad hay muchas personas que se creen «profetas» como el capitán Ahab y que persiguen sus propios problemas, como hacía el comandante del Pequod con la ballena blanca. «Leer Moby Dick en profundidad es descubrir que también tú eres un poco Ahab, en alguna parte de tu vida como en el trato con tus hijos o con tus colegas», reconoce Sánchez.

Así, el Premio Nacional de Ilustración en 2014 se identifica «con todos y con ninguno» de los protagonistas de esta novela porque, según explica, «cuando uno se mete en una aventura de este calibre no puede ponerse de un lado o de otro».

Para Sánchez, el fondo de esta obra es «tan rico, metafórico y universal» que se queda con todo, incluso con el papel que juega el barco o la ballena.

Este cómic es la primera experiencia del ilustrador santanderino en ese género, pese a sus 81 años y su dilatada trayectoria, aunque recuerda que con 7 años ya dibujó un western en viñetas.

Sobre el proceso de creación, Sánchez destaca el gusto de los artistas -y el suyo propio- por adentrarse en su «torre de marfil» y disfrutar de la soledad sin que nadie los interrumpa.