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GUILLERMO BALBONA
SANTANDER.
Domingo, 1 de octubre 2017, 08:07
«Lanzarse a los mares de todo el mundo, resueltamente, ambos cogidos de la mano». La sentencia que puede leerse en la inmensa y arrebatadora odisea de Herman Melville, 'Moby Dick,' simboliza el nuevo paso dado por el veterano artista santanderino José Ramón Sánchez, Premio Nacional, y la editorial cántabra Valnera: la novela gráfica del monstruo, de la metáfora, de la ballena. Para el dibujante y pintor después de decenas de travesías y proyectos, de la ilustración a la pintura, del dibujo al cine, de la televisión a los libros, este es uno de sus mayores sueños ahora cumplido tras nueve meses de trabajo y muchos antecedentes de bocetos, esbozos e incursiones creativas.
Y para el proyecto que dirige Jesús Herrán supone un salto cualitativo por cuanto Valnera se adentra a lo grande en el mundo de la novela gráfica de la mano de la firma Panini. La editorial cántabra coeditará la obra universal de Melville -que se publica el próximo día 20- con eVolution, el sello español de esa multinacional italiana. Hay que tener en cuenta que Panini es el líder mundial en el sector de los cromos coleccionables, cuarto editor europeo en el ámbito de los jóvenes, así como líder italiano y español en la distribución de cómics en librerías. Además, con esta edición, Valnera y Panini (eVolution) han conformado una sociedad que puede garantizar en el futuro la difusión nacional e internacional de autores regionales y del recién creado Premio de Novela Gráfica del Gobierno de Cantabria.
En datos. ‘Moby Dick’. Ilustraciones: José Ramón Sánchez. Adaptación literaria: Jesús Herrán. Epílogo: Daniel Sánchez Arévalo. Diseño de portada: David Baldeón (sobre una imagen de Sánchez). Supervisión Técnica: Enrique Venturato.
Publicación. Día 20 de este mes. 176 páginas. Encuadernación: tapa dura, plastificada en soft-touch. Tirada: 2.500 ejemplares. Precio: 24 euros
El sueño del artista santanderino desde la infancia era ilustrar un cómic. Hace apenas unos meses José Ramón Sánchez cumplió otro al publicar su primera novela en la que recreaba con singular mirada su admiración por la figura del actor Lon Chaney, 'el hombre de las mil caras'. Ahora el nuevo fruto de esa simbiosis en la que conviven autor y cinéfilo, artista dibujante y pintor y amante del cine, el creador y el hombre que se asoma a viñetas y fotogramas, es su visión gráfica de la tragedia del Pequod. Este pintor que narra, dibujante que indaga y escritor que ilustra conserva su capacidad para seguir asombrándose y su lucidez para ponernos en contacto con el mundo. En su empeño cabezón en no dejar de pintar, ni de dibujar, ni de ilustrar hasta las últimos trayectos de mitologías y fantasías, de la ficción, de las tragedias más globales y más íntimas, agotó los nueve meses de gestación para parir esta novela gráfica, resuelta en 176 páginas y 642 viñetas en blanco y negro.
«Era un sueño porque el talento natural no me daba para ello. Tampoco, a los setenta y nueve años, el talento había madurado tanto como para atreverme por vez primera. De octubre a noviembre de 2016 me atrapó una fiebre que me dejó exhausto: una maqueta con viñetas y textos en los que volví al año 2001, a la tragedia ballenera de Moby Dick», ha confesado sobre este proyecto.
Este año, de enero a junio, trasladó los bocetos al formato de una novela gráfica, para soñar con lápiz negro lo que ya había hecho casi película dieciséis años atrás, con ilustraciones de gran formato y panorámicas coloreadas. Su 'Moby Dick', que ve la luz este mes, a sus 80 años, «es la pequeña cima de una obsesión enfermiza, la del marinero que llega a Nantucket, que se embarca en el Pequod, que persigue a la ballena blanca, que se salva por los pelos gracias al ataúd de Quiqueg, que es recogido por el ballenero Raquel y vuelve a contar la historia otra vez más».
Y a ese estado se refiere su hijo, el cineasta y también escritor Daniel Sánchez Arévalo, en el texto de esta edición con proyección internacional: «Mi padre está lleno de demonios. Todo creador los tiene. Esto no quiere decir que para crear haya que ser un atormentado o pasarlo mal. Al revés, hay que divertirse con los demonios. Abrazarlos, cuidarlos y llevarlos contigo, porque no te vas a poder deshacer de ellos. Entonces ya no sé si pintar es la manera que tiene mi padre de espantar a los demonios o de acercarse a ellos. Supongo que es una mezcla de ambos. Igual que en la novela, que uno no sabe quién persigue a quién, quién quiere dar caza a quién».
Y el director de 'Primos' prosigue: «Después de una impresionante trayectoria profesional y personal, en un acto que para mí requiere mucha osadía y frescura, decide soltar lastre, bártulos, técnicas y quedarse con una sola cosa, un lápiz, para hacer una de sus obras más rotundas e importantes. Y no solo eso, sino que encima se trata de una ópera prima. Porque sí, es su primera novela gráfica, o cómic, o como queráis llamarlo». Y se pregunta: «Dentro de esta historia, ¿quién es mi padre? ¿Ismael, Ahab, la ballena?». Ninguno de ellos, mi padre es el arpón. Mi padre es el lápiz. Mi padre es más que Moby Dick. Es una ballena inalcanzable. Es el mejor de los fantasmas. El mejor padre, compañero y amigo», concluye.
Tras la publicación el próximo día 20 se prepara ya –Óscar Muñiz, propietario de Nexus4, es su principal impulsor– una presentación en el Palacio de La Magdalena, de la mano del Ayuntamiento de Santander, que estará unida a una exposición durante este otoño. Los originales de la novela gráfica y de los óleos que pintó José Ramón en 2001 y 2003 para la edición ilustrada de ‘Moby Dick’ ocuparán dos plantas del edificio. En esa presentación se espera la presencia de José Luis Córdoba, el director de la sección de comics de Panini España, y de otros directivos de la multinacional italiana. Enrique Ventura, veterano dibujante de cómics, ha asesorado técnicamente a Valnera para la colocación de los bocadillos en los lugares precisos, y el cántabro de Cabezón, David Baldeón, destacado dibujante de cómics de Marvel e IDW, ha diseñado la espectacular portada de esta novela gráfica. Herrán escribe en la edición que, bajo la apariencia de realismo, «se esconde un inquietante simbolismo». Borges lo supo expresar con palabras bellas y precisas: «…página por página, el relato se agranda hasta usurpar el tamaño del cosmos: al principio el lector puede suponer que su tema es la vida miserable de los arponeros de ballenas; luego, que el tema es la locura del capitán Ahab, ávido de acosar y destruir la Ballena Blanca; luego, que la Ballena y Ahab y la persecución que fatiga los océanos del planeta son símbolos y espejos del Universo».
Al final de las 160 páginas en blanco y negro de esta edición (Valnera /Panini) se recoge un pliego de 16 páginas en color que reúne los óleos que el autor pintó para la gran edición con la que nació la editorial cántabra en 2002 y la interpretación posterior que hizo el artista en 2003, con la metapintura como tema central.
En virtud del contrato de colaboración que ha firmado Valnera (la empresa cántabra de Ángeles de la Gala, el propio Sánchez y Herrán) con Panini, la multinacional italiana «adquiere con carácter exclusivo los derechos de reproducción, distribución, transformación, comunicación pública y puesta a disposición de la novela gráfica para su explotación comercial en lengua castellana, en todas y cada una de las lenguas oficiales españolas y para los países de habla hispana, excepto Cantabria, donde Valnera será la responsable de su distribución y venta».
La firma cántabra crea el sello Valnera gráfica para la ocasión y toda su producción se realizará en Cantabria, desde la maquetación a la impresión (en los talleres de Camus impresores). Herrán es el artífice de la adaptación literaria y le ha puesto voz a las ilustraciones, intentando conjugar el tono del autor con las imágenes del artista, unos textos que, como en el caso de 'Cantabria la epopeya', ha escrito después de que Sánchez terminara su trabajo gráfico.
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Ana del Castillo
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