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Pilar González Ruiz
Domingo, 31 de enero 2016, 08:11
Podría ilustrar los consejos a las bandas emergentes con capítulos de su propia historia. Alejándose de la zona de confort y tras más de quince años trabajando en diversas agencias, con medio centenar de bandas (Nacho Vegas, León Benavente o The New Raemon) y festivales ( ... Sonorama Ribera, Dcode o Monkey Week), Zara Sierra se lanzó a montar la suya propia. Desvelo tiene un año de vida y su sede en Madrid, con un bonito patio como parte de la acción. Un proyecto compartido con su socia, Xiana Fumega en la que los valores y el estilo a la hora de trabajar priman por encima de otros criterios.
Ella será una de las ponentes en el I Foro de Música y Emprendedores que tendrá lugar el próximo jueves 4 de febrero (16.00 a 19.00 horas) en Casyc Up con carácter gratuito. Promovido por Fundación SGAE y Fundación Santander Creativa, el seminario se configura como en espacio de debate y experiencias compartidas entre diferentes perfiles dentro de la industria musical.
- ¿Faltan herramientas para saber cómo comenzar o a quién recurrir en la escena musical?
- Sí, eso probablemente es lo más difícil para un artista que empieza. Hay un gran desconocimiento del trabajo que hacen las agencias de management o de comunicación. Para un artista emergente es muy complicado acceder a un manager o a un jefe de prensa, así que tienden a escribir a todos y generalmente se lanzan a trabajar con el primero que les haga caso, que a lo mejor no es el más adecuado para su proyecto.
- Si ya es un reto vivir de la música, ¿se puede vivir de gestionar la comunicación de una banda?
- En el caso de las agencias, es complicado, pero se puede. Lo que no se puede es vivir exclusivamente de lo que generan tus artistas, sobre todo si a esos artistas los has elegido por su propuesta artística y no por su potencial económico. En el caso de Desvelo, que somos una agencia muy pequeñita y no tenemos ni un año de vida, lo que hace que el proyecto sea sostenible económicamente es la combinación el trabajo con nuestros artistas y la prestación de servicios a terceros. Lo que nos da de comer son los servicios de comunicación, producción o contratación que damos a otras agencias o artistas.
- Parece difícil el día a día
- Lo complicado es mantener el equilibrio entre esas dos cosas, que el trabajo con terceros sea suficiente para mantenerse, pero que no te ocupe tanto tiempo que acabes descuidando lo tuyo.
- ¿Cuáles son las tres claves imprescindibles de una estrategia de comunicación exitosa?
- Es difícil hablar de claves pero, en mi opinión, la primera sería precisamente esa: tener una estrategia. La del indie es una escena donde reina el amateurismo y se tiende a la improvisación, no hay costumbre de trabajar de acuerdo a un plan diseñado previamente. O, más bien, se trabaja con un plan de promo estándar que se aplica en todos los casos y eso no funciona, porque no hay dos artistas ni dos proyectos iguales.
- ¿Y cómo se debe abordar cada caso?
- Me parece fundamental escuchar al artista, saber cuáles son sus objetivos, a dónde quiere que le lleve su trabajo. Los artistas habitualmente buscan conseguir aprobación, o respeto, como quieras llamarlo, en tres ámbitos: el público, la prensa y sus compañeros de profesión. A cuál de los tres aspire con más ganas va a depender del momento en el que se encuentre su carrera y de dónde haya conseguido más repercusión a lo largo de su trayectoria anterior. Conocer la trayectoria del artista con el que vas a trabajar y ser capaz de hacer un diagnóstico certero del momento en el que se encuentra su carrera es lo primero que hay que analizar antes diseñar un plan de trabajo para su nuevo proyecto.
- ¿Puedes poner un ejemplo de artista difícil de "vender", bien por el producto o bien por el perfil?
- En España, cualquiera que cante en inglés. Hay artistas haciendo cosas de una calidad extraordinaria que no consiguen hacerse un hueco por el hándicap de que no cantan en castellano. Aunque no me gusta el término vender aplicado a un artista o a su obra. De hecho una cosa que me repugna de la industria musical es ese afán de cosificar a los artistas y convertirlos en un producto. No trabajamos con objetos, sino con personas, y se nos tiende a olvidar con frecuencia.
- ¿Y el caso contrario?
- Un ejemplo de campaña que me salió muy bien desde el comienzo fue la del primer disco de León Benavente. Fundamentalmente porque se trataba de un trabajo y una banda excepcionales en cuanto a calidad. Buenas canciones, un directo muy superior a la media de lo que estamos acostumbrados a ver en la escena nacional y con la ventaja de que ellos, a pesar de ser un grupo nuevo, no eran en absolutos desconocidos para la prensa, sino que los cuatro tenían trayectorias anteriores largas y sólidas, vinculadas a proyectos que ya gozaban de gran credibilidad y reconocimiento entre los profesionales de los medios.
Medios, redes y relaciones
- ¿Los medios son receptivos o representan una barrera?
- A menudo lo más difícil de conseguir es que los periodistas escuchen un disco. Alguna vez he tenido entre manos un disco muy bueno con el que no he conseguido gran cosa porque me ha resultado imposible que ciertos medios le den siquiera una escucha.
- ¿Se puede concebir la promoción a día de hoy sin las redes sociales? ¿Ese soporte cambia el tipo de comunicación?
- No; son una herramienta imprescindible. Pero hay que saber usarlas, porque pueden ser igual de efectivas para hacerte triunfar que para hundirte. Lo que sí pienso es que con las redes sociales se está tendiendo a eliminar de la ecuación de la comunicación un factor que a mí me parece fundamental: el de los medios especializados.
- ¿Que implica esa afirmación?
- Las redes sociales permiten la comunicación directa entre el artista y el público y en el actual contexto, en el que la audiencia puede tener acceso absolutamente a todo a través de Internet, me parece imprescindible el papel prescriptor de la prensa especializada. En la era de Internet la prensa no es el único altavoz para llegar al público, pero precisamente por eso creo que su labor es más imprescindible que nunca. Cuando la oferta es inabarcable es necesario un filtro que separe el polvo de la paja. Ese filtro, en mi opinión, es el criterio de los profesionales.
- Un criterio que no siempre se tiene en cuenta
- Hablando de filtros, uno que tiende a desaparecer con las redes sociales es el del jefe de prensa. Ahora los periodistas no te necesitan para contactar con un artista, sólo tienen que mandarle un mensaje por Facebook, por ejemplo. A mí, he de reconocer, no me supone un gran problema porque llevo muchos años en esta profesión, tengo buena relación con los medios y la suerte de los profesionales me conocen y respetan, y no me suele pasar que intenten saltarme. Aparte de que -y esa es mi mayor suerte- los artistas con los que he trabajado siempre han entendido y respetado mi papel de interlocutora entre ellos y la prensa.
- ¿Una aencia y sus artistas pueden acabar siendo amigos?
Sí, desde luego. Y también, y eso a mí me ha funcionado muy bien, es posible ser amigos primero y acabar trabajando juntos. Lo que sí es difícil es reconocer con qué amigos no se debe trabajar. Tengo amigos músicos muy queridos a los que admiro y respeto pero con los que nunca trabajaría, porque considero que mi perfil profesional no es adecuado para su proyecto.
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