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Pilar González Ruiz
Jueves, 21 de julio 2016, 15:35
"Se fueron los buenos tiempos, la juventud ya se escapó" dice la letra de 'Dolores se llamaba Lola', el tema más conocido de Los Suaves. Aunque no para ellos. Están "animados", "contentos" de volver a Cantabria, una tierra que siempre les ha tratado "muy bien", "sobretodo al principio cuando nadie nos conocía". Actuarán en Santander el próximo viernes, dentro del festival Música en Grande. Afrontan los últimos conciertos, no de esta gira, sino como banda. A finales de año, en su Orense natal, llegará el final de un grupo que lleva más de 30 años en la carretera. Antes de ese cierre, hablamos con Charly Domínguez, bajo y cofundador de Los Suaves.
- ¿Es la última entrevista que vamos a hacerles como Los Suaves?
- Claro. Como el gran corrompedor que cuenta billetes de 500 quizá no, pero como Los Suaves, sí.
- ¿Cómo están en estos coletazos finales?
- Con las guitarras listas. Intentando que cada último concierto sea inolvidable.
- Han vendido 4.000 entradas para su concierto final en apenas un par de horas
- El 80% de las camas hoteleras están reservadas para esos días
- Son ustedes un dinamizador económico
- Nuestra gente siempre ha estado ahí. Hemos hecho cosas como meter 80.000 personas en A Coruña, 20.000 en Bilbao. Cuando estoy solo pienso que Los Suaves son el público. Ningún grupo sin su apoyo consigue nada. Cuando nos iba bien nos reñían, cuando nos iba mal nos apoyaban.
- ¿Cuidan la relación con su público?
- Salimos de los conciertos a hablar a la gente después de los conciertos. Lo he hecho siempre. No me voy por la puerta de atrás. Todo en su justa medida; a mí me gustaría que me atendiesen después de un concierto, no que me sacaran a bailar. Las estrellas están en el cielo y en el fondo del mar. Al Papa o al rey me lo imagino sentado en el water como yo.
- ¿Qué es lo qué más les ha costado sobrellevar en estos 30 años?
- La espera. En el sentido de que, normalmente, a las cuatro de la tarde se prueba sonido y a lo mejor tocamos a la una de la mañana. Si estás en la 'furgona' o en el hotel es un aburrimiento permanente. Los viajes hay que hacerlos porque vas a algo que te gusta y te hace sentir importante. Ojala fuera prueba y tocar.
- La carretera cansa
- Si casi hemos hecho las autovías¡vimos cómo se construían! Podíamos hasta aconsejarles de cómo colocar las curvas.
- ¿Recuerda algún concierto que le haya marcado?
- Tocar con Los Ramones. Aquella media hora que nos permitieron tocar fueron estos barros. Era el año 81. No había ni ordenadores. Tenías que ir, no te enterabas de otra manera. La gente que fue a ver a Los Ramones al pabellón de Riazor, comenzó a hablar de nosotros. Un grupo de Orense y así empezó todo.
- ¿Es su grupo favorito?
Sí, sí. El hooligan era mi hermano pequeño, Javier. Les llamaba 'Los Monchos'. Nos enganchó a todos. Hacíamos versiones de Ramones, de Sex Pistols, Thin Lizzy Tras la actuación nos felicitó Dee Dee Ramone. Yo en inglés solo sé decir oui y todo eran nervios.
- Todo queda entre hermanos
- Sí. Javier el loco al que Yosi le copió todo. Y Chicho, que es el médico, no quiso tocar. ¡Si no seríamos los Domínguez Brothers Band!
- En su recuerdo también habrá malos momentos.
- Sí, también duros, pero hacen falta en el día a día; no todo puede ser perfecto, porque si no el grupo se hubiera desecho. Por la pasión al rock and roll los hemos superado. No en sentido económico, que no nos hemos hecho ricos.
Cambios y planes
El grupo ha cambiado durante todo este tiempo
- La gente se iba y venía. Las personas tienen que hacer otras cosas. Surgían propuestas. No era todo jauja. Pero desde el año 99 sigue estable la formación. El que menos lleva es Fernando Calvo y entró ese año.
- ¿Llegaron a estar separados como las parejas mal avenidas?
- Nosotros no llegamos nunca a eso. Teníamos nuestros cabreos pero la sangre no llegaba al río. Después decíamos: ¿Parece que está lloviendo, no? y no lo llevabábamos al paroxismo. En 36 años 5 personas, es normal. Yo comparto habitación con Alberto, imagínate si nos lleváramos mal.
- Filosofía gallega lo de recurrir a la lluvia
- Orense es como la Atenas de Galicia
- Hay cantera en su tierra
- Hay, pero no es patrimonio gallego. Siempre hay grupos de cada sitio que nos abre. Hay una alto nivel, pero sin apoyo mediático. Los conciertos se convierten en actos sociales. Estuve en AcDc aunque no tengo ni uno de sus discos en casa. Esa es la tendencia. Falta infraestructura. Si el público va o no va y está con su teléfono matando marcianos allá ellos.
- ¿Ha cambiado la forma de entender la música en directo?
- El público de los 80 ya iba fuera de sí antes de empezar el concierto. Ahora lo hacen después del concierto para saber que han ido. Fueron momentos comanche. En ese aspecto ha cambiado. Ahora hay más criterio, más información. Hoy te hablan de 'wachunfun'. Antes era Dead Purple, Led Zeppelin . Ahora vana internet y sacan un grupo de Vietnam. La música no se vive igual que antes por exceso de información.
- ¿Cambia el consumo y el respeto hacia el trabajo del artista?
- Todo tiene un análisis mucho más interesante, no digo profundo, eso se lo dejo a los 'mistabobos' que tocan todos los temas en los debates. El formato en sí, por ejemplo, el vinilo; te sentabas en una mesa, ponías el giradiscos y por no levantarte a pasar un tema, escuchabas entera la cara A. Y después hacías lo mismo con la B. Ahora escuchan el estribillo y pasan a otra porque tienen mucho que escuchar. Guardan un millón de canciones en una aparato. ¡Tendrían que empezar a escuchar música de nonatos para que les diera tiempo a todo!
- ¿Cuál es su canción más emblemática?
- 'Dolores' es la canción per sé. Se puede discutir si es mejor o no pero el riff de 'Dolores' es el que empieza a tocar un niño junto al de 'Smoke on the water'.
- Está incluida en su repertorio de despedida, claro
- Dolores la tocábamos dos años antes del primer disco. La fecha de despedida nos la hemos puesto hace hace poco. No íbamos a hacer como los Scorpions, despidiéndonos tres discos y cinco años. Mientras llega, tocamos donde nos llamen, nos da igual el sitio. Somos una banda de directo. Nacimos y moriremos así. Lo demás hay que hacerlo y está en el pack.
- ¿Qué hay de cierto en los problemas de salud de Yosi?
- Tenemos un hermano que es médico y le dijo que se cuidase. "Yosi velate", como decimos en gallego. A lo largo de la vida todo el mundo tiene achaques. Yo voy al pediatra y estoy que me como el mundo. Si se sigue queriendo como hace veinte años palma, claro. A la gente le gusta dar noticias pero no hay que llevarse las manos a la cabeza. A los mentirosos les viene bien. Yo una vez me rompí el peroné y toqué sentado.
- ¿Y qué van a hacer después?
- Fernando y Alberto tienen sus academias e inquietudes. El batería es físico, ingeniero informático, está como una cabra como todos los baterías. Yo tengo un programa de radio en Galicia y cosas que hacer. Voy a seguir sintiéndome vivo. Haré las cosas con calma. Tengo un mundo ahí fuera y otro dentro.
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